Cine Retro: Jurassic Park (1993)

“Es la misma esencia del caos (…). Se trata de la imprevisibilidad en sistemas complejos (..) Nunca se repiten y afectan al resultado. Se resume en el efecto mariposa. Una mariposa bate sus alas en Pekín, y en Nueva York llueve en lugar de hacer sol”.

  “La vida se abre camino”.

  A ver como te explico el follón este de la teoría del caos… lo cierto es que de pequeño se me daban bastante mal las mates, pero haré lo que buenamente pueda (si entre vosotros hay algún especialista, agradecería mucho una manita de ayuda en la caja de comentarios *^_^*).

En fin, abróchate el cinturón que allá va.

La teoría esa de marras interviene en varias ciencias como la física, la biología, pero principalmente las matemáticas (¡malditas mates!). Lo cierto es que tiene una gran importancia en el estudio de diversos campos del saber, cuando se dan gran cantidad de condiciones diversas que pueden alterar totalmente los resultados finales, como la economía, la meteorología, o la biología, por lo que la investigación al respecto del caos puede dar explicación a muchos aspectos de la vida cotidiana y tratar de determinar mas o menos cuando las cosas pueden salirse de madre. Vamos, que la teoría del caos no solo tiene un nombre muy molón, sin que tiene muchas aplicaciones de lo más interesante. Esencialmente viene a decir que, pese a que podamos tener unos mínimos datos concretos de las condiciones iniciales que intervienen en un sistema complejo, son tantas las posibles variables que pueden influir en el resultado final de dichos sistemas, y que son tan sensibles a las condiciones externas que pueden darse, que deducir el resultado final puede ser tremendamente difícil e incluso puede dar lugar a resultados del todo inesperados.

¿Y que tiene que ver esta parrafada científica con el portal que he abierto para ti en este post? Pues la verdad es que mucho, pues la teoría del caos no solo podría ser perfectamente aplicada a la reacción del público ante una película concreta (anda que no hay producciones buenísimas que se han pegado el batacazo padre y viceversa), sino también a mi propia historia personal con el universo que hoy vamos a visitar.

Permíteme que me explique.

Si en una coctelera se ponen un montón de dinosaurios, a Steven Spielberg, diversas técnicas de efectos especiales, una espectacular banda sonora con un tema principal compuesto por el legendario compositor John Williams, una historia basada en una premisa científica de lo más interesante, y se agita bien durante ocho meses, el resultado acaba siendo una de estas películas que marcan a toda una generación al mismo tiempo que marcan un rotundo antes y después desde su estreno. De echo, en su momento fue una producción que estaba en boca de todos que, encima, contó con una campaña publicitaria con mucha garra y bien repleta de promociones de lo más suculentas que solo servían para ponernos los dientes aún más largos. Vamos, que todo quisque estaba como loco por ir a verla.

 Todo este jaleo sorprendió a este que te escribe a la tierna edad de 11 añitos, y debo decir que aluciné cuando vi el primer trailer por televisión. Tanto, que de inmediato me entraron unas ganas enormes de ir a verla. Y no era el único, pues en el patio del cole no hablábamos de otra cosa y todos contábamos los días que faltaban para su estreno. Pero como ocurre siempre que se espera algo con especial ilusión, parecía que el tiempo pasaba más despacio mientras la expectación alrededor de esta película parecía crecer sin parar por todas partes. Y entonces, la misma semana que esta producción se estrenaba en los cines de mi querida Ciutadella de Menorca (ahora no recuerdo si en el Oar o el 17 de Gener), voy y pillo un gripazo de campeonato. Vamos, que servidor estaba ansioso por contagiarse de la fiebre jurásica, y lo que terminé agarrando fue una fiebre de las de toda la vida con todo el pack completo de mal cuerpo, la nariz como un pimiento, y demás cosas de poco gusto que me obligaron a pasarme una semana en cama. Que como adulto uno lo vive de otra manera, pero siendo niño, y con unas ganas que tenía de ir al cine que me estaba volviendo mico, estos siete días se me hicieron eternos. Vamos, que en Estados Unidos estrenan una peli de dinosaurios, y un chaval en Menorca pilla la gripe. ¿Qué posibilidades había de que esto ocurriera con la de semanas que hay?… la única explicación posible no era otra que ¡la teoría del caos!, la cual esta muy presente en esta película que tantas ganas tenía de ir a ver.

Pero bueno, finalmente llegó el ansiado día. Tuve que hacer un montón de cola pero valió la pena.Y es que las cosas buenas se hacen esperar, buenas gentes lectoras.

Y como de costumbre, ya me estoy liando.

Sin más dilación ni rollos macabeos, te animo a que te pongas cómodo, te sirvas una bebida a tu elección, y te prepares para cruzar este portal dimensional en forma de texto que he preparado para ti. Espero que lo disfrutes.

Bienvenidos a Jurassic Park

  Nuestra historia comienza con John Hammond (Richard Attenborough), presidente de la poderosa compañía InGen. Aún en su condición de magnate, este anciano de origen escocés que empezó creando pequeños espectáculos motorizados, resulta que es un tipo bonachón y simpático con fama de filántropo. Pero aunque parezca que lo tiene todo en la vida, Hammond tiene la gran ilusión de construir un parque único y especial que resultara ser algo nunca visto anteriormente.

John Hammond.

  Para ello adquiere la isla Nublar, situada frente a Costa Rica, e inicia la construcción de su gran sueño tras contratar a los mejores especialistas de cada campo. Sin embargo, durante las obras se produce la trágica muerte de un operario como consecuencia de… ejem… “una avería en una de las atracciones”, por lo que los inversores de Hammond amenazan con echarse atrás y dejar de financiar el proyecto, salvo que el anciano logre dar garantías de que no hay peligro. Para lo cual mandan a su abogado Donald Gennaro (Martin Ferrero) para que inspeccione el parque de Hammond y compruebe que es seguro.

  Ante tal situación,el simpático ricachón decide pedir la opinión de dos reputados científicos, siendo cada uno de ellos absolutos expertos en sus respectivas especialidades: el paleontólogo Allan Grant (Sam Neill) y la paleobotánica Ellie Sattler (Laura Dern). A cambio de su colaboración, y de que firmen un par de documentos avalando el parque, el buen Hammond acuerda con ellos financiar sus excavaciones durante tres años más, a lo que ambos investigadores acceden encantados.

  Por su parte, el avaricioso Gennaro también trae sus propios refuerzos en la forma del prestigioso matemático Ian Malcolm (interpretado por Jeff Goldblum y del que ya tuve el placer de escribirte en el post de La Mosca), experto en la teoría del caos y con un comportamiento más propio de estrella del rock que a un doctor en matemáticas.

  Además, Hammond también invita a dos personas que, según él, representan al público objetivo de su futuro parque de atracciones: sus propios nietos menores de edad. Así, por un lado tenemos a la joven Lex (Ariana Richards), a quien le encanta pasarse las horas entre ordenadores, y a su entusiasta hermano pequeño Tim (Joseph Mazello). Al final, y tras un movido viaje en helicóptero, se desplazan todos para pasar un fin de semana en la isla donde las obras del parque están casi terminadas.

De izquierda a derecha: Hammond, Gennaro, Grant, Malcolm, y Sattler. ¿Qué estarán mirando?

  Pero, ¿qué clase de atracciones requieren la supervisión de un paleontólgo y una paleobotánica de renombre?, te preguntarás con esta sagacidad que te caracteriza, oh buena persona lectora que vives en el universo al otro lado de la pantalla.

  Pues, nada más y nada menos que un parque lleno de dinosaurios reales que el equipo científico de Hammond ha logrado clonar mediante avanzadas técnicas de ingeniería genética. Una reserva natural donde conviven una gran variedad de estos seres extintos hace más de 65 millones de años, y entre los que se encuentran varios especímenes de herbívoros como el braquiosario o el  triceratops, y otros bichejos de armas tomar, como astutos velocirraptors o agresivos tiranosauros rex que deben ser aislados del público mediante poderosas verjas electrificadas que protejan a los visitantes de estos feroces depredadores (no vaya a ser que uno se meriende a un turista crudo y sin echarle sal ni nada…¡sería una pésima publicidad para el parque!).

  Sin embargo, lo que ninguno de ellos sabe es que Hammond tiene al enemigo en casa. Pues resulta que uno de sus jefes informáticos, el ambicioso Dennis Nedry (interpretado por Wayne Knight, al que quizás recuerdes por su papel en la película Instinto Básico o como Newman en la famosa serie Seinfield), tiene intención de robar varios embriones de los laboratorios del parque para venderlos a Biosyn, la compañía rival de InGen, a cambio de una buena pasta. Con intención de crear una distracción que le permita escapar de la isla con los embriones sin que nadie pueda detenerle, ni que se puedan encontrar pruebas de sus actos, Nedry desconecta todos los sistemas informáticos del parque, incluyendo las alambradas que mantienen a buen recaudo a los peligrosos animales.

Dennis Nedry.

  Incomunicados de tierra firme, desprotegidos bajo una temible tormenta, y a merced de los temibles dinosaurios carnívoros que pueblan Parque Jurásico, los invitados de Hammond contarán con la ayuda del ingeniero en electrónica Arnold Ray (Samuel L.Jackson) y el cazador Bob Peck (Robert Muldoon) para tratar de restablecer los sistemas del parque y salvar sus vidas.

  Y hasta aquí te puedo contar. Si nunca has visto la película y quieres saber como acaba todo este follón, no te queda otra opción que ver la película por tu cuenta.

¿Hace 65 millones de años? ¿en serio?

  Estrenada en junio de 1993, esta película creó un revuelo impresionante. Piénsalo por un momento: una película de dinosaurios creados con lo más novedoso en efectos especiales y dirigida por el célebre Steven Spielberg, ¿cómo resistirse? Si es que huele a puro espectáculo por los cuatro costados (aunque cualquiera podría pensar que este director ya habría tenido suficiente de bichos mordedores con el problemático rodaje de Tiburón, pero está claro que no).

  ¿Pero de dónde sale este proyecto?, pues nuevamente nos encontramos ante una historia que originalmente surgió a raíz de una novela. Concretamente del escritor Michael Crichton (Octubre de 1942 en Illinois – Noviembre de 2008 en Los Ángeles), quien cuenta en su haber con títulos tan interesantes como Esfera de 1987 (muy bueno por cierto), WestWorld (1974), Congo (1980), Devoradores de cadáveres (1976), o La amenaza de Andrómeda (1969) entre otras, muchas de las cuales se han llevado con gran éxito a la pequeña y gran pantalla. Es más, fue precisamente durante el desarrollo de la serie Urgéncias (basada en un trabajo de este autor y protagonizada por George Clooney) dónde Crichton y Spielberg se conocieron. Entablando conversación, y como quien no quiere la cosa, el director le pregunto a Michael en que nuevo proyecto editorial andaba metido. Se dice que cuando el escritor le explicó en que consistía la historia de Parque Jurásico, a Spielberg se le pusieron los ojos como platos ante la idea, pues siempre había sido un fanático de los dinosaurios y supuso que sería una trama fantástica para una película.

Michael Crichton.

  Lo curioso de esta historia, y de forma muy parecida a lo ocurrido con la novela Carrie de Stephen King, es que al principio Crichton no estaba nada contento con el primer borrador de Parque Jurásico, y terminó tirándolo a la papelera con intención de no volver a retomar la idea jamás (aparte de que siempre se opuso con fervor a la comercialización de la ingeniería genética pues opinaba que esto terminaría muy mal). Pero a veces ocurre que una idea no para de dar vueltas en la cabeza de uno hasta que se le da forma, y en 1989 rescató el proyecto para escribir la novela que hoy conocemos. ¡Y menos mal que lo hizo! Por otra parte, y como suele ser habitual en todas las adaptaciones literarias para el cine, hay numerosas diferencias entre la novela y la película, empezando por el carácter de algunos personajes y sus destinos finales (como por ejemplo Hammond), que los pequeños dinosaurios conocidos como compsognathus (compis para los amigos) no aparecieran en el film, o incluso la propia conclusión de la historia. Eso por no hablar que las secuencias de muerte y violencia son mucha más crudas en la novela (y con diferencia), mientras que en la película suelen ser mas suaves o realizadas fuera de cámara para que la producción fuera apta para el público menor de edad.

  Y como de costumbre, ya me he vuelto a liar.

Portada de la novela.

  Como te iba escribiendo, Spielberg se entusiasmo con la idea de llevar adelante la adaptación de la novela que Crichton publicó en noviembre de 1990. ¡Pero no era el único! Pues varias productoras como TriStar, 20th Century Fox, y Warner Bros también estaban interesadas. Sin embargo, el escritor solo confiaba en Spielberg para hacer la película de su libro, y en cuanto el director llevó la idea a Universal Pictures, estos aflojaron enseguida los dos millones de dólares necesarios para conseguir los derechos de explotación de la novela y de todo el materia que se produjera posteriormente (es decir, las siguientes novelas que Michael Crichton escribió de la saga Jurassic Park después de que Spielberg le convenciera de hacerlo). Acto seguido, ficharon a David Koepp (que trabajó en películas como Spiderman del 2002, Zathura de 2005, The Shadow de 1994, o La guerra de los mundos del 2005 entre otras) para que trabajara en el guión de la película junto al mismo Michael Crichton.

Finalmente, en agosto de 1992 empezara el rodaje.

¿Y de dónde sacaron ADN para crear dinosaurios?

  El legendario maestro de los efectos especiales Ray Harryhausen ya trató de llevar a cabo la tarea de dar vida a grandes saurios en movimiento en muchas de sus películas gracias a la técnica del stop-motion, de la cual era todo un experto. Así lo podemos ver en producciones como El monstruo de tiempos remotos de 1953, El Valle de Gwangi de 1966, o Simbad y la princesa de 1958.

Fotograma de «El Valle de Gwangi», rodada en España.

Pero claro, cuando en una escena se combinan los efectos de stop-motion con actores reales en movimiento, pues se ve mucho el truco, y teniendo en cuenta que para rodar Parque Jurásico se hizo especial hincapié en el realismo de los dinosaurios (Spielberg insistía mucho en ello), esta opción para crear a los dinosaurios se descartó desde el principio. Al fin y al cabo, eran uno de los elementos principales de la producción, y si no se lograba que el realismo de las criaturas fuera lo máximo posible se corría el riesgo de que la película no fuera tomada en serio. Entonces, ¿como se supone que iban a crear dinosaurios con los recursos que habían a principios de los noventa y que encima fueran creíbles?,Puede parecer algo un tanto trivial, pues más allá de los efectos especiales hay otros muchos factores que influyen en la calidad de una película de ciencia-ficción, pero para Jurassic Park era la madre del cordero.

Teniendo en mente la atracción de King-Kong en los Estudios Universal, el director propuso que todos los dinosaurios fueran animatrónicos propulsados por sistema hidráulicos. Pero por exigencias de la trama, había gran cantidad de secuencias en donde las criaturas debían correr, saltar, agazaparse, mostrar a varios seres al mismo tiempo… ¡era una misión imposible! Mas teniendo en cuenta que algunos de los bichos, como el tiranosaurio rex o el braquiosaurio eran realmente grandes y un animatrónico de este tamaña a duras penas podría moverse con agilidad.

Aún así, el Spielberg planteó este importante desafío a Stan Winston, cuyo equipo (entre los que se encuentran verdaderos artistas como John Rosengrant o Shane Mahan) fue el responsable de crear seres como el Predator, los T-800 de Terminator, o la Reina xenomorfo en Aliens. ¡Ahí es nada!

Atracción de King Kong en Universal Studios..

Además, contaban con la colaboración del talentoso artista animador y director Phil Tipett (figura destacada en la compañía de efectos especiales Industrial Light & Magic), al que no solo hay que agradecerle que creara la técnica de animación del go-motion (filmar a la marioneta u objeto de animación en pleno movimiento para mejorar el efecto en pantalla), sino también el genial trabajo que hizo con los AT-AT de El Imperio Contraataca y en varios planos de Robocop.

Así fue como se pusieron manos a la obra con la creación de las criaturas para la película, como por ejemplo el tiranosaurio-rex, el cual supuso un especial desafío debido a su tamaño. Finalmente se creó un gigantesco armazón movido por control remoto a tiempo real, recubierto por varias capas de arcilla para darle el volumen adecuado, y usando espuma de látex para la piel. El bicho era tan grande (ocho toneladas) que suponía un serio peligro para el equipo cuando se ponía en movimiento, por lo que fueron necesarias varias medidas de seguridad que incluían permanecer a una distancia mínima y que sonara una alarma parecida a la que usan los vehículos pesados de obras cuando dan marcha atrás. Por otra parte, en la secuencia en dónde aparece este terrorífico ser por primera vez hay un problema añadido: que llueve torrencialmente (el equipo técnico estaba lanzando agua constantemente sobre el set para dar veracidad a la escena). Y si tenemos en cuenta que la espuma de látex es esencialmente un material poroso, como una esponja… pues ya te puedes imaginar el percal. El cuerpo del tiranosaurio animatrónico terminaba pesando casi cuatro veces mas debido al peso añadido del agua, lo cual no solo ocasionó que se hinchara notablemente (dándole un aspecto extraño), sino que fuera aún más peligroso trabajar con él. Para colmo, se tambaleaba.

«!!Pacoooo, trae un paraguas!!»

Finalmente se lograron superar estos obstáculos y las escenas en que el t-rex engulle la cabra, o sacude los coches con la cabeza, quedaron muy logradas. Y no solo eso, sino que se consiguieron resultados francamente espectaculares en otras secuencias con animatrónicos y otras técnicas más tradicionales. Un buen ejemplo es cuando se filmó la escena con el primer dinosaurio que se utilizó en el rodaje, el triceratops, el cual entusiasmó a los miembros del reparto que participaron en la escena (su reacción de asombro es verídica, pues no sabían que se iban a encontrar) y además resultó ser todo un prodigio manejado por varios especialistas operando el movimiento del animal desde la parte posterior del mismo (fuera del encuadre) y un foso técnico.

Eso por no hablar de varias tomas en que los velociraptors acechan a los niños en la cocina del complejo de visitantes, los cuales resultan ser actores ataviados con complejos disfraces.

En definitiva, el trabajo de Stan Winston y Phil Tipett, con sus respectivos equipos, es una pasada.

Desgraciadamente, todos estos efectos de animatrónicos, maquillaje, disfraces, y demás, tiene severas limitaciones y solo eran efectivos para primeros planos.Cuando el encuadre era abierto y se veía a cada criatura en su totalidad en pleno movimiento, daban bastante el cante y se perdía el efecto de realismo que se deseaba alcanza. Eso aparte de que con estos efectos no se pudo lograr de ningún modo que los dinosaurios realizaran determinados movimientos (los trajes de velociraptor debían pesar lo suyo y era impensable pedir a los actores que saltaran a la encimera de un salto, aparte de que un animatrónico de ocho toneladas no puede correr de forma creíble).

¿Y ahora qué?

Dónde ningún animatrónico había llegado jamás

 Es el momento de presentarte a dos personas que corrieron un gran riesgo para lograr que Jurassic Park sea la gran película que hoy conocemos: el señor Mark Dippé y Steve Williams, dos espíritus rebeldes de Industrial Light & Magic y que han trabajado en producciones bien conocidas como Abyss (1989), La máscara (1994), Spawn (1997), o Terminator 2 (1991).

  Este par de pioneros en el campo de la CGI propusieron desde buen principio que se utilizaran dinosaurios digitalizados por computadora para suplir las limitaciones de los animatrónicos, pero no hay que olvidar que estamos hablando de principios de los noventa y este campo estaba todavía bastante verde. La sola idea de recrear a una criatura de estas características y dotarla de movimiento ágil con este sistema, era algo impensable. Razón por la que el jefe de Williams y Dippé, el señor Dennis Muren (que trabajó en películas como Indiana Jones y el templo maldito de 1984 y E.T. El Extraterrestre de 1981), se opuso firmemente a esta idea argumentando que “era imposible hacer algo así y que intentarlo sería una total perdida de tiempo”, por lo que les prohibió terminantemente que lo intentaran siquiera… lo cual solo sirvió para animar todavía más a Steve Williams para seguir adelante.

  Dispuestos a realizar una proeza nunca vista antes en la historia del cine y de los efectos CGI, Williams y Dippé trabajaron en su proyecto secreto durante meses hasta crear una animación de unos pocos segundos que resultaba muy prometedora y en la que se veía a un esqueleto de t-rex corriendo de forma muy natural. Pero la cosa era presentar su trabajo sin que Muren se enterara. Así que idearon un sencillo pero arriesgado plan: sabiendo que una de las principales productoras de la película, Kathleen Kennedy, visitaría las instalaciones de Industrial Light & Magic en breve, reprodujeron su animación en bucle a través de un monitor estratégicamente colocado e imposible de pasar por alto por cualquiera que pasara por allí. De este modo, cuando Kathleen vio el esqueleto de dinosaurio en acción, quedó tan impresionada que Muren no tuvo otro remedio que admitir el trabajo de su equipo ante la productora.

El esqueleto animado de Williams y Dippé.

  Teniendo por fin luz verde, Williams y Dippé siguieron perfeccionando su trabajo hasta lograr un vídeo en el que se veía un tiranosaurio perfectamente formado y corriendo por una pradera con un realismo francamente asombroso. El resultado era sencillamente espectacular, y habiendo aprendido de sus errores, esta vez fue el mismísimo Duren quien decidió presentar los avances obtenidos a los productores de la película (incluyendo Kathleen) y ante el propio director en un pase especial para ellos. Personalmente, me habría encantado estar allí solo por ver su reacción, pues se rumorea que Spielberg casi llora de la emoción al ver el trabajo de Dippé y Williams. Sea como sea, lo que si es seguro es que todos los presentes quedaron alucinados y que Spielberg diría más tarde “Este es el futuro. Así serán las cosas de aquí en adelante”.

  No iba desencaminado.

  Parque Jurásico fue una película pionera en el campo del CGI que revolucionó la industria de los efectos especiales y amplió sus límites de forma insospechada. Los braquiosaurios, el t-rex de cuerpo entero, los velociraptors saltando, o la estampida de gallimimus son buenas muestras de ello.

«¡¡Eh bicho, por aquí!!»
Salvo algunas excepciones, la «norma» vendría a ser: Primeros planos-Animatrónicos, Planos abiertos y cuerpo entero: CGI.

  Sin embargo, esto no hizo especialmente feliz al marionestista y animador Phil Tipett. Al ver los trabajos de Williams y Dippé, comentó literalmente que “me han dejado extinto”. Anecdóticamente, la frase le hizo gracia a Spielberg y decidió que el personaje Ian Malcolm de Jeff Goldblum la pronunciara en la película (encima recochineo Spielberg… ya te vale). Por suerte, el genial trabajo de Tipett no solo fue una fuente de inspiración para el equipo de CGI, sino que Tipett les ayudó mucho a definir el movimiento de los distintos dinosaurios creados por computadora, iniciándose una valiosa colaboración entre ambos.

Al final, en la película podemos apreciar tanto las maravillas de los avances de la animación computerizada como la artesanía de efectos más clásicos.

No todo son lagartijas grandes en esta vida

  En base a todo lo dicho, me pregunto si la frase de John Hammond “aquí no usamos animatrónicos” es otra broma metareferencial que nació tras las cámaras. Pero una que si lo fue, nació a raíz del trabajo del director de escenografía John Bell, el cual no solo tuvo la genial idea de que los andamios usados en la construcción del centro de visitantes aparecieran en cuadro (reforzando la idea de que el parque sigue en obras durante los eventos de la película), sino que mientras diseñaba las puertas para el parque se basó en la entrada de DisneyWorld. Pero de nuevo inspirado en King Kong, el director le dijo que quería algo más parecido a la primera película del gran simio estrenada en 1933. Y así lo hizo John Bell, siendo esta la razón de que Ian Malcolm haga la broma de “¿A quien tienen ahí? ¿A King kong?” cuando cruzan las puertas de entrada a la visita guiada por el parque.

Arriba, puerta de Jurassic Park. Abajo, puerta de King-Kong (1933).

  Y hablando del personaje de Jeff Goldblum (el tipo borda su papel), hay que decir que los directores de casting hicieron un excelente trabajo en la elección de los actores principales. Pues parece imposible imaginar a otra actriz que no sea Laura Dern para hacer de la doctora Sattler, ni a Wayne Knight para hacer de Nedry. Incluso la actriz Ariana Richards fue elegida casi de inmediato debido a su capacidad para gritar. Sin embargo, para otros personajes la elección fue un poco más difícil. Por ejemplo Hammond, para el cual primero se pensó en Sean Connery antes de contar con Richard Attenborough.

  Aunque el caso más especial fue encontrar a un buen doctor Allan Grant. En un principio se pensó en Kurt Russell y en Harrisson Ford (que estaba muy interesado), pero al final fue Sam Neill quien se llevó el gato al agua. Y eso que no estaba muy seguro de formar parte en el proyecto, pues su papel exigía que este actor de origen neozelandés pusiera acento norteamericano, lo cual no le hacía mucha gracia porque le costaba encontrar el tono adecuado. Sabiendo esto, Spielberg decide hacer otra de las suyas, y durante el primer día de rodaje, le dijo que sin tan mal se sentía pues hiciera su acento normal… solo para decirle que volviera a poner acento norteamericano al día siguiente.

Si yo viera lo mismo que Lex en esta secuencia, seguro que se me queda la misma expresión en la cara.

  Por otra parte, esta no fue la única “ocurrencia” que tuvo este célebre director durante el rodaje, pues este insistía en grabar las secuencias de exteriores en Costa Rica, tal y como indica la novela, pero al final los productores pensaron que sería mejor rodar en Hawaii. Así que ya puedes imaginar a todo el equipo técnico  y miembros del reparto dándose la gran vida entre escena y escena, hasta que una noche se produce una devastadora tormenta que prácticamente arrasó la isla con unos vientos huracanados superiores a los 200km/h. El equipo de rodaje tuvo que racionar el agua debido al corte del suministro, varias casas fueron devastadas, los productores estaban por cancelar el rodaje por seguridad, e incluso se tuvo que recurrir a un piloto privado para poder poner a salvo a varios miembros del equipo técnico y traer provisiones en cuanto la tempestad amainó un poco. Pues con todo este percal, a Spielberg no se le ocurre otra que  aprovechar la situación para grabar algunas secuencias. “Quedarán unos planos de tormenta geniales”.

    Pero bueno, al final todo salió bien. Tanto equipo como reparto pudieron volver de una pieza a los platos que Universal Studios posee en Los Ángeles y se pudo terminar la filmación en noviembre de 1992, tal y como estaba previsto. Sin embargo, Spielberg no pudo quedarse para supervisar el proceso de montaje en persona, pues nada más terminar el rodaje se marchó escopeteado a Europa para empezar el rodaje de La lista de Schindler (¡peliculón!), pero pese a ello quería seguir en contacto con los técnicos de montaje y de efectos especiales para seguir el progreso de Jurassic Park, por lo que prácticamente todas las noches efectuaba una vídeo llamada para poder comentar el proceso y sugerir sus propias ideas.

Tim mirando fijamente un vaso de agua. ¿Porqué será?

  Aunque claro, no toda la película se basa en el concepto de los dinosaurios y de su director, ya que en realidad es un gran todo que incluye un guión lleno de frases que se quedan en la mente de uno, de una banda sonora soberbia, y de un doblaje que en su versión española es para quitarse el sombrero (me encanta la voz del gran Joaquín Díaz para Hammond y Beatriz García para la doctora Sattler). Pero sobre todo es una historia llena de acción, intriga, con momentos para pasar miedo, algún toque de humor, de traición, de arrepentimiento, aventura, y que pone varios temas interesantes sobre la mesa a través de los diálogos que mantienen unos personajes de lo más sólido, con su modo de ser bien definido, sus flaquezas, manías, y virtudes.

  Conclusionando: La película tuvo un presupuesto de 63 millones de dólares a los que hay que sumar 65 millones más que Universal puso sobre la mesa para llevar a cabo una campaña publicitaria por todo lo alto, contribuyendo enormemente a que obtuviera una recaudación de 1034 millones de dólares a nivel mundial. Aparte de esto, se llevó tres premios de la academia en la ceremonia de los premios Oscar de 1994 por los mejores efectos especiales, mejor sonido, y mejor edición de sonido (compitiendo contra La lista de Schindler en esta categoría). Además, contó con un merchandising bien surtido que incluía las clásicas camisetas y posters, así como juguetes, cómics, figuras de acción, novelizaciones de la película, copias en VHS, CD, DVD, ediciones especiales en Blue-Ray, la banda sonora, y videjuegos a punta pala (con especial mención a este título de PS1 que cuenta con un final secreto protagonizado por el mismísimo Jeff Goldblum en el papel de Ian Malcolm, animando al jugador para que apagara la consola). Eso por no mencionar las cuatro películas que aparecieron posteriormente sobre este universo de ficción.

  Todo esto deja bien claro que es una película de gran éxito y popularidad. Pero si lo pensamos fríamente solo son números y datos que no logran explicar por sí mismos porqué esta película logró fascinar a tantas personas que la vieron al momento de su estreno, ni tampoco sirven para describir como este gran todo que es Jurassic Park de 1993 sumergió a tantos espectadores en su universo lleno de fantasía, haciéndoles disfrutar hasta tal punto de la magia del cine que, a día de hoy, se sigue recordando con mucho cariño. Por si todo esto fuera poco, también despertó una dinosauriomania desbordante y popularizó las películas con grandes saurios. Un rotundo antes y después en el uso del CGI, que se ganó a generaciones enteras de fans por méritos propios y por lo mucho que nos hizo disfrutar. Vamos, que es de estas que hay que ver al menos una vez en al vida.

  ¿Pero que me cuentas tu al respecto? ¿has visto esta película? ¿qué te pareció? Ya sabes que me encanta leer tus impresiones sobre el universo que acabamos de visitar y que la caja de comentarios está a tu disposición.

  Y hasta aquí llega este post.

  Como recomendación de la semana, me gustaría comentarte de nuevo acerca del videojuego Kind Words (lo fi chill to write to). Aunque eso de “videojuego” puede no ser exacto, pues la finalidad de este título no es otra que la de enviar palabras de ánimo, apoyo, y aprecio a los demás jugadores de forma totalmente anónima por ambas partes. Nadie sabe a quien irá a parar, ni nadie sabe quien escribió el qué. Al momento de escribir estas líneas el juego solo está disponible en inglés, por lo que hay que ser más o menos ducho al dominar la lengua de Shakespeare para poder participar, pero lo cierto es que cuenta con una comunidad increíblemente positiva y receptiva alrededor de todo el mundo. Además, el juego también te ofrece la posibilidad de publicar cartas públicas para que otros te respondan con consejos o frases de motivación y apoyo, así como el ofrecerte que tu puedas responder las de otros, pudiendo ganar objetos decorativos para el cuarto de tu avatar en el proceso. La verdad que jugarlo es una experiencia enriquecedora y muy interesante que tira por el suelo la creencia popular de que en las redes solo destacan los haters y las malas maneras. Al fin y al cabo, recibir unas palabras amables siempre logra que el día mejore.

  Puedes encontrarlo en webs como Steam a un precio realmente reducido y tiene pocos requerimientos. Una idea de estas que te hacen pensar en la existencia de buenas personas al otro lado de la pantalla.

De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!

Si te gusta mi trabajo, hay muchas formas en las que puedes colaborar con el blog. Mi favorita es que compartas tus impresiones sobre este viaje, así como tus sugerencias para la bitácora o tus vivencias personales sobre el universo que acabamos de visitar, en la caja de comentarios que hay más abajo. Por otro lado, te agradecería enormemente que le dieras a “Me gusta” si ha sido así, te suscribas para estar al corriente de nuevos viajes dimensionales y novedades, además de que compartas este post. Y solo si tu quieres, puedes apoyar al blog a través de la aplicación Ko-Fi que encontrarás en los widgets del lateral derecho o haciendo click aquí. Todo lo aportado servirá para sufragar los costes del blog, invertir en mejoras, novedades, y nuevos proyectos en los que estoy trabajando.

  También puedes seguirme en twitter, dónde publico nuevo contenido casi a diario: twitter.com/tallopis

  Y ya me despido de ti hasta el 30 de enero. No sin antes recordarte que ya está disponible en formato digital mi libro LOS OTROS TÚ: Relatos de ciencia-ficción y terror en otros universos.

 Espero que te guste.

 Hasta entonces, te deseo feliz semana. Cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

Al grito de «Ya estoy harto de tanto dinosaurio», el anuncio del mix «Lo + duro 3» parodiaba una de las escenas mas conocidas de la película. ¡Hasta este extremo llegó la Jurassic Park Mania! Dicho esto… ¡nos vemos dentro de quince días en un nuevo post, buenas gentes! Hasta entonces, te deseo lo mejor.

Comments

  1. No tenemos palabras suficientes para poder agradecerte que a través de tus palabras le hayas dado tamaño homenaje a la que es nuestra película favorita de todos los tiempos.
    Y es que a nosotros (sobre todo a nuestro cocinero particular) nos entró esa dinomanía que surgió a principios de los 90 coincidiendo con el estreno de este gran film y conociendo al dedillo todos y cada uno de los nombres y características de estos extintos y carismáticos bichos.
    Tal era la fiebre que en casa solo había dinosaurios hasta en el desayuno en forma de galletas y media biblioteca familiar estaba compuesta por libros y revistas (que buena colección aquella de fascículos) acerca de estos grandes reptiles.
    Una verdadera locura esa devoción culminada con asistir al estreno en cines y encima para celebrar un cumpleaños personal ¡menudo regalazo y un recuerdo para toda la vida!
    De verdad, con cada artículo nos haces rememorar muchos grandes recuerdos pero con este post nos has llegado bastante a la patata. ¡Millones de gracias!
    Y que sepas que estamos dentro de tu equipo ¡estúpidas mates! 🤣🤣🤣
    No nos vamos a despedir sin antes volver a agradecerte tu grandiosa labor y ojalá Paco le acerque el paraguas a Rexy, que no pille un resfriado o esa mezcla que hay ahora con el virus este de moda….
    Un abrazote, crack.
    ¡Nos leemos en el siguiente post!

    1. ¡¡Bienhallado, grandísimo Chef Supremo Presstartcook!! 😀
      Al contrario amigo mío. Gracias siempre a ti por estos geniales comentarios que siempre me dejas y tu apoyo incondicional, de verdad que me hace muchísima ilusión leerte y más sabiendo lo que significa este film para ti (que también es uno de mis favoritos *^_^*), teniendo en cuenta todos estos bellos recuerdos que compartes. Me imagino la grandísima ilusión que sería para ti vivir un cumpleaños tan especial en que estos grandes saurios fueron parte tan importante :D, y como lo pasarías de bien al reconocer a cada uno de los dinosaurios que aparecieron en el film gracias a todos estos volúmenes de los que disponías. Particularmente, a esto de conocer todos los nombres de estos seres es algo a lo que siempre le he encontrado muchísimo mérito, pues aparte de los más populares, siempre he tenido tendencia a confundirme con algunos, como por ejemplo el estegosaurio.
      Y desde luego que la «fiebre jurásica» entró por la puerta grande y pisando fuerte, pues fueron muchísimos los productos y promociones que salieron en base a esta gran película que a día de hoy sigue siendo tan disfrutable (anda que no la he vuelto a disfrutar ni nada al verla de nuevo para documentarme para el post ^_^). Y al decir que tenías dinosaurios hasta en el desayuno, me imagino que te refieres a las «Dinosaurus» de Artiach, que si las «básicas» ya estaban de vicio, las que venían bañadas en chocolate ya eran para perder el sentido.
      Pero ojo, que las galletas solo fueron un pequeño ejemplo. Anda que no salieron cómics, videojuegos para dar y tomar, posters, juguetes, camisetas, promociones en Happy Meal, la colección en fascículos que comentas… la tira, vamos. Mira que no llegué a pasármelos nunca, pero recuerdo con mucho cariño los juegos para Mega Drive y SNES. Y el libro. Realmente cambian muchas cosas de la obra original a la película, pero siendo tan fan de esta como eres, te recomiendo muchísimo el libro para disfrutar la historia desde otra perspectiva… aunque sea mucho más duro y explícito que la película. Aunque seguro que también disfrutarías del episodio que le dedicaron a esta película en la serie «The movies that made us». No tiene desperdicio (y lo que me ha ayudado para este post *^_^*).
      Lo dicho, que siempre es un placer leerte, ya sea en tu genial blog como en estos maravillosos comentarios que me dejas. Y no te preocupes por Rexy, que ya le pusimos un buen chubasquero para que no se mojara todavía más XDXD.
      Un abrazo bien grande y nos seguimos leyendo 😀

Tus comentarios son más que bienvenidos.