Cine Retro: Pequeños Guerreros/Small Soldiers (1998)

“Aunque no veas algo, no significa que no exista”.

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“Pronto el mundo entero pertenecerá a una gran multinacional. Se acabaron los chiringuitos”.

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¡Saludos y bienvenidos, oh buenas gentes lectoras que vivís en el universo al otro lado de la pantalla!

  Un placer verte por aquí. Adelante, pasa pasa. Ponte cómodo, relájate, y sírvete una agradable bebida que te acompañe en el viaje que estamos a punto de emprender a través del portal interdimensional que he preparado especialmente para ti en forma de post.

  Pero antes de entrar en materia, tengo muchas ganas de preguntarte… ¿recuerdas cual era tu juguete favorito de la infancia? Aquel que te regaló muchas horas felices, que te abrió todo un mundo de posibilidades, o bien aquel del que tengas un recuerdo especial. Como siempre, ya sabes que la caja de comentarios está a tu disposición y que me encanta leer vuestras historias.

  En mi caso lo tengo bastante claro. Se trataba de Orko, el alegre mago de rostro cubierto que servía como secundario cómico en las aventuras de He-Man and the Masters of the Universe. A este simpático personaje le tomé un cariño especial desde el primer momento que me lo regalaron mis padres. Recuerdo que venía junto a una tira dentada de plástico provista de una anilla en un extremo, de modo que al introducirla en una abertura que tenía la figura de acción en el lateral y retirarla con fuerza, activaba el mecanismo interno del muñeco, haciéndolo corretear por el suelo con movimiento impredecible al mismo tiempo que emitía un característico sonido.

  Lo cierto es que lo pasaba en grande con este muñeco, y más que lo disfruté todavía cuando posteriormente también cayó en mis manos la figura de acción Kobra-Khan de la misma línea de juguetes MOTU (Masters of the Universe). Aparte que este último tenía la peculiaridad de el interior de su cuerpo podía rellenarse con agua para que funcionara como un pulverizador al presionar su cabeza, dando así el efecto de que este ser fuera capaz de disparar una nube de gas venenoso o adormecedor. Tanto Orko como Kobra-Khan pertenecían a bandos enfrentados, de acuerdo, pero en mi imaginación los puse a “convivir” juntos en una base que construí a partir de una caja de cartón, y en donde vivían grandes aventuras.

  Con el paso del tiempo, y en festividades como cumpleaños y Día de Reyes, fueron cayendo más juguetes de los “He-Man” (aparte de los que me compraba yo mismo con lo que ahorraba de mi paga por cumplir como es debido con mis tareas escolares y estudios), como Wildor/Gwildor, el cual era uno de los personajes principales de la película life action del año 1987. Me encantaba que este personaje tuviera un artefacto que le permitiera abrir portales a otros mundos y viajar a través de ellos, e incluso llegué a diseñar uno de estos portales con rotuladores y una cartulina, disparando mi imaginación hasta nuevos horizontes y llevando a los tres muñecos a toda clase de aventuras en toda suerte de universos paralelos de mi imaginación (tanto, que más de treinta años después sigo con el tema *^_^*). Al fin y al cabo, si cuando no estaba jugando con ellos los guardaba en el mismo sitio, ¿porqué no hacerlos compañeros de aventuras?

  Pues así lo hice.

  Y si con tres muñecos, algo de cartón, unos lápices, y mucha creatividad, ya lo pasaba en grande, imagina la que llegué a montar cuando cayeron en mis manos nuevas figuras de acción e incluso alguna que otra base de operaciones, como el castillo de Greyskull, o la Montaña de la Serpiente. Tanto es así, que en ocasiones llegué a situar varios de mis muñecos en distintos rincones de mi cuarto para que ejercieran de espías sobre los movimientos enemigos, o construía “cámaras de cine” con algún juego de construcción, y así imaginarme que los distintos “He-Mans” eran actores viviendo toda suerte de aventuras para la gran pantalla, con revelaciones sorprendentes, traiciones, alianzas, asedios, elaborados planes, y batallas en campo abierto.

  Vamos, que lo pasaba en grande. Llegué a estar tan fascinado por estos juguetes que me hice un gran fan de la serie animada de Filmation e incluso fui socio del “Club Másters del Universo”, llevándome una gran alegría cada vez que llegaba a casa después del colegio y descubría que el cartero me había traído un nuevo ejemplar de la revista. Pero sobre todo, disfrutaba un montón con las grandes aventuras que imaginaba con aquellos geniales juguetes. Hasta el punto que en mi imaginación sentían que cobraban vida cada vez que los tenía en mis manos y les ponía voz.

  Madre mía, que tiempos aquellos y como lo pasaba de bien con los personajes de MOTU. Un día de estos tengo que traerlos al blog. Nostalgia me está entrando, oye.

  Pero si el post que estás leyendo no trata sobre los Masters of the Universe, ¿a que viene todo esto que te acabo de explicar? Estarás pensando con esta sagacidad que te caracteriza.

  Pues lo cierto es que la cosa tiene mucho que ver, principalmente porque hoy te invito a que me acompañes a un universo en dónde los juguetes cobran vida de una forma muy especial, no tanto como en Toy Story, sino de un modo más peligroso. Todo gracias a la película de ciencia-ficción Small Soldiers/Pequeños Guerreros.

  Sin más dilación, vamos entrando ya en materia y te dejo con la trama de la película.

  Espero que te guste.

  Nuestra historia empieza en un universo muy parecido al nuestro, justo en el momento en que una de estas megacorporaciones malévolas que tanto me gusta encontrar en una obra de ficción, decide comprar la compañía juguetera HeartLand para seguir aumentando el número de mercados en los que introducirse para seguir aumentando beneficios a como de lugar (como si ser líderes en la elaboración de productos para el ejército y en alimentación para el gran público no les bastara). Dicha empresa no es otra que la todopoderosa GloboTech, la cual está dirigida por el temible Gil Mars (Denis Leary), un hombre que hace temblar hasta al más pintado con su mera presencia, con una orgullosa mentalidad de ejecutivo depredador, y la arrogancia propia del clásico arquetipo de empresario “hecho a sí mismo” (bonito eufemismo para decir que es ambicioso en el sentido negativo de la palabra), que exige resultados sin importar el cómo.

  En el día que empieza esta historia, Gil Mars en persona acude a HeartLand para hablar con dos de sus principales diseñadores para que le expongan cual es el futuro de la juguetera ahora que son parte de GloboTech. Es decir, que piensa hacer HeartLand para que Mars pueda enriquecerse aún más.

  Estos dos diseñadores de juguetes son, por una parte, el inocente y alegre Irwin WayFair (David Cross), quien ha diseñado una nueva línea de juguetes educativos llamados los Gorgonitas, los cuales son unos simpáticos monstruitos algo estrafalarios pero de buen corazón, que se han perdido en nuestro mundo y buscan aprender todo lo posible sobre nuestro planeta para encontrar el modo de volver a su tierra natal de Gorgon, para vivir en paz bajo el mando de su amable portavoz Archer (voz de Frank Langella). Simplemente adorables.

  El otro diseñador, que curiosamente parece ser el mejor amigo de Irwin, resulta ser un sujeto más acorde con la mentalidad depredadora de Mars, pero algo más ingenuo a la hora de aplicar el viejo lema de “el fin justifica los medios”. Me estoy refiriendo a Larry Benson (Jay Mohr), quien decide presentar una serie de figuras de acción de apariencia muy al estilo militar: una serie de tiarrones hipermusculados y armados hasta los dientes que se hacen llamar Comando Élite, los cuales reciben órdenes directas de su veterano líder: el comandante Chip Hazard (con la voz de nada más y nada menos que Tommy Lee Jones). ¡Un equipo de muñecos diseñados para aplastar al enemigo!. De echo, Larry incluso ha diseñado un anuncio en donde se ve a sus creaciones hablando, caminando, y saludando junto al slogan “Todo lo demás, solo es un juguete”.

  Terminada la presentación de los dos diseñadores, Mars levanta una ceja no muy impresionado (como diciendo “¿Eso es lo mejor que sabéis hacer?”) y comenta “¿Esos juguetes hacen lo que se ve en el anuncio?”. Lógicamente, la respuesta es un tímido “No” por parte de Larry.

  Mars se levanta de la silla con actitud de “dejémonos de tonterías y vamos al asunto”, por lo que propone que los entrañables y pacíficos Gorgonitas de Irwin,sean condenados a esconderse y perder siempre, convirtiéndose en el enemigo siempre perseguido por parte del feroz Comando Élite de Larry. Por último, a los ambos se les da acceso ilimitado a la tecnología de GloboTech, pero con la condición de que los juguetes deben estar listos para salir al mercado en tres meses y haciendo lo mismo que en el anuncio.

  ¡Tarea de titanes! Para hacer unos juguetes de acción normalitos, probados y en condiciones, ya hacen falta al menos seis meses. ¿Cómo se su pone que van a lograr semejante proeza de terminar en solo tres meses? Pero como les va el trabajo en ello y Mars no quiere saber nada de detalles técnicos, tanto Irwin como Larry agachan la cabeza y dicen que si a todo.

  Terminada la reunión, Irwin va a su despacho para que le de un ataque de ansiedad mientras que Larry toma una decisión drástica: ya que tienen acceso ilimitado a la tecnología de GloboTech, ¿porqué no usarla? De este modo, encuentra una serie de chips de última generación llamados X-1000, los cuales fueron diseñados para el departamento de defensa de Estados Unidos y que tienen la facultad de potenciar hasta límites impresionantes el programa base de cualquier cosa en dónde sean instalados. “¿Porqué los rechazaría el ejército?, bueno, pues mejor para mi”, piensa Larry tan feliz por creer que ha encontrado la solución al desafío que les ha impuesto Mars.

  De este modo, y pasando olímpicamente de hacer ensayos de seguridad para no perder tiempo, Larry lanza una primera tirada de juguetes Gorgonitas y Comando Élite con el chip X-1000 instalados en su programación base.

  Pero ojo, por que la cosa no ha hecho nada más que empezar.

  Uno de los primeros lotes completos de Gorgonitas y Comando Élite va a parar a manos de nuestro protagonista, Alan Abernathy (Gregory Smith al que también hemos podido ver en series como Rocky Blue y Everwood), un joven recién llegado a la ficticia ciudad de Winslow Corners (en Ohio) después de que su familia tuviera que mudarse debido a una historia anterior que desprestigió al muchacho. Decidido a redimirse y enmendar los errores del pasado, Alan trata por todos los medios de hacer lo correcto y ayudar cuanto le sea posible en la juguetería de su padre, Stuart (Kevin Dunn). Sin embargo, las cosas no van muy bien debido a que Stuart es un enamorado de los juguetes tradicionales, además de negarse a vender nada que pueda ser violento, por lo que los nuevos tiempos y gustos de los niños prácticamente están acabando con el negocio. Pero un día en que Stuart se marcha de la ciudad por unos días, Alan ve su oportunidad de demostrar su valía ante su familia y convence a Joe el repartidor (Dick Miller al que también vimos en la película Gremlins interpretando al señor Murray Futterman) para que “le deje” un juego completo de Gorgonitas y Comando Élite para que, por una vez en la vida, la juguetería de algo de dinero… y de paso tratar de impresionar a su vecina Christy Fimple (ni más ni menos que una jovencísima Kirsten Dunst, que tantos conocen por ser Mary Jane en las películas de Spiderman protagonizadas por Tobey Maguire), de la cual Alan está locamente enamorado (ay, esas hormonas adolescentes fluyendo a tope).

Sin embargo, el muñeco de Archer el Gorgonita, al verse rodeado de Comandos  Élite, decide esconderse en la mochila de Alan. Al fin y al cabo los Gorgonitas están programados para perder y esconderse… ¡pero también para aprender!, de este modo,y una vez en su casa, Alan termina descubriendo el gran potencial de estos juguetes y decide echar una mano a los Gorgonitas antes de que Chip Hazard y su tropa los atrapen y conviertan a todos en un montón de cachitos de plástico humeante. Ante esta situación, los Comando Élite identifican a Alan, Crhisty, y sus respectivas familias como aliados de los Gorgonitas y por lo tanto en un enemigo más al que abatir.

  Pero bueno… “¿para esto tanto rollo?”, puede que estés pensando. Es decir, ¿que daño pueden hacer unas figuras de acción de unos 20 centímetros de altura por muy animadas y listas que sean? Una patada y a tomar viento, ¿verdad?. Pues resulta que gracias al dichoso chip X-1000, los Comando Élite no solo pueden organizarse estratégicamente, montar vigilancia, interactuar entre ellos y sincornizarse para llevar a cabo complejos planes, sino que cada uno de ellos resulta ser una especie de cruce entre Rambo y McGyver, siendo muy capaces de elaborar trampas y hasta de construir elaboradas máquinas mortíferas a base de sierras mecánicas y lanzallamas. Vamos, que menos dialogar pacíficamente, están dispuestos a TODO con tal de acabar con los Gorgonitas y sus aliados.

  ¿Cómo acabará todo esto? ¿Logrará Alan vivir para contarlo y limpiar su honor? ¿y que pasa con Christy?, ¿lograrán encontrar su tierra natal los Gorgonitas? Me temo que si quieres saber como acaba este follón, no te queda más remedio que ver la película por tu cuenta, porque yo no te lo pienso contar.

  Esta película es una producción de DreamWorks (la productora de Steven Spielberg y se nota) en colaboración con Universal Pictures, y que fue estrenada en 1998. Pero al ver Pequeños Guerreros, uno descubre que la película tiene un encanto especial que recuerda un montón a las películas de aventuras y ciencia-ficción tan propias de los ochenta. Lo cual no es nada raro si tenemos en cuenta que su director no es otro que Joe Dante, el cual dirigió películas como Aullidos (1981), Piraña (1978), o El chip prodigioso (la cual no descarto traer un día al blog y que data de 1987) entre otras. Pero sobre todo, este buen señor es conocido por ser el director de la famosa película Gremlins (de la que ya tuve el placer de escribirte en un post anterior y que se estrenó en 1984). Es más, Pequeños Guerreros no solamente comparte varios elementos argumentales y escenas parecidas con Gremlins, sino que además presenta varios guiños a esta y otros trabajos de Joe Dante, como por ejemplo la piraña que está al lado del ordenador de Alan en cierta escena, que se utilice la palabra “Gizmo” en la película, o bien que podamos encontrar un pequeño gremlin en determinada secuencia.

  Pero ojo, porque estos no son ni de lejos los únicos guiños que presenta esta película. Pues a lo largo de su metraje podremos encontrar referencias directas a otras producciones, como cuando el gorgonita SlamFist comenta “espero que no choquemos contra ningún iceberg”, en clara referencia a Titanic (1997), al mismo tiempo que Pequeños Guerreros nos muestra imágenes de películas clásicas como Frankenstein (la de 1931 y que contó con la actuación de Boris Karloff en el papel del monstruo), o alguna que otra de serie B como The Crawling Eye de 1958, además de utilizar el tema principal de la película La Novia de Frankenstein de 1935, en la misma escena dónde se puede apreciar el doblaje que lleva a cabo la actriz Christina Ricci en unas muñecas parecidas a Barbie, solo que un tanto “retocadas artificialmente”.

  Sin embargo, si hay un personaje que esta prácticamente cubierto de guiños a otras producciones, e incluso algunos acontecimientos históricos o anuncios comerciales, este es sin duda el villano Chip Hazard. No solo es un personaje fácilmente identificable para el espectador y claramente definido en su papel como antagonista (malo remalo como un dolor de muelas pero con cierto carisma), sino que entre sus líneas de guión nos encontramos con frases muy conocidas como “Un oficial y caballero no golpea a una dama” (en clara referencia a la película Oficial y Caballero de 1982), “¿Tienes miedo? Todos lo tenemos. Estarías loca si no lo tuvieras”, “perdurará y perdurará y perdurará” (como el spot publicitario de pilas Energizer), “todos para uno y uno para todos” (el lema de Los Mosqueteros de Alejandro Dumas), “llora como mujer lo que no supiste defender como hombre” (frase popularmente atribuida a Aixa, la madre del rey islámico Boabdil cuando este rindió Granada en 1492, aunque en realidad es de la obra Los Paseos de Granada que se publicó tres siglos después). Eso además de protagonizar dos claras alusiones al cine bélico en dos ocasiones: la primera cuando da un discurso a los demás miembros del Comando Élite enfrente de la bandera norteamericana (como en la película Patoon de 1970), y la segunda, cuando monta un helicóptero a escala mientras de fondo suena La cabalgata de las Valquirias del compositor Richard Wagner, de forma muy similar a una conocida escena de la película Apocalypse Now de 1979.

  Pero ojo, porque las referencias y curiosidades no terminan aquí. Y es que en el doblaje original, para dar voz a varios de los componentes del Comando Élite se quiso contar con el mismo reparto de la película de Depredador/Predator de 1987, pero al no ser esto posible, se recurrió a los actores Ernest Borgnine (que da voz al técnico en operaciones encubiertas Kip Killigan), Jim Brown (francotirador Butch Meathook), Clint Walker (experto en demoliciones Nick Nitro), y George Kennedy (segundo al mando Brick Bazooka). Todos y cada uno de estos actores participaron en el rodaje de la película bélica Los doce del patíbulo de 1967, siendo la sesión de grabación para Small Soldiers/Pequeños Guerreros la primera vez que se encontraban desde que rodaron Los doce del patíbulo (también conocida como The Dirty Dozen). La idea era que todos los muñecos antagonistas fueran doblados por actores que participaran en esta cinta bélica, sin embargo esto tampoco fue posible debido al fallecimiento de uno de ellos durante el rodaje (Richard Jaeckel), por lo que para dar voz al experto en comunicaciones Link Static se recurrió al actor Bruce Dern, que si bien ha participado en más de sesenta películas a lo largo de toda su vida, como Río Salvaje (1960) o Marnie la ladrona (1964), no formó parte del elenco original para Los doce del patíbulo. Dicho de otro modo, las multiples referencias a películas militares que podemos ver en los malvados Comando Élite, incluyendo la elección de sus actores de doblaje, son totalmente intencionadas para dar más solidez a sus personajes pese a ser solo uno juguetes, y contribuyendo a que el espectador pueda tomarlos como auténticas amenazas para Alan, Christy, y los Gorgonitas.

  Por otro lado, con los Gorgonitas pasó algo parecido y la elección de sus actores de doblaje tampoco es casual. De este modo nos encontramos con que Troglokhan e Insaniac son doblados por Michael McKean, Scratch-It y el bueno de SlamFist llevan la voz de Christopher Guest, mientras que a Punch-It le pone voz Harry Shearer. Estos tres actores se conocen del pasado, pues en 1984 participaron juntos en la película cómica de estilo mockumentary (o falso documental), This is Spinal Tap, los cuales son parodiados en el episodio 57 de la tercera temporada de los Simspon: conocido en versión original como The Otto Show. Para completar el elenco de los Gorgonitas, nos encontramos con que al curioso Ocula le pone voz Jim Cummings, que no apareció en This is Spinal Tap, pero si que es conocido por ponerle voz a Gato en la serie animada CatDog de Nickelodeon. Vamos, que para estos simpáticos monstruitos se pretendió dar una voz y entorno que inspiraran al espectador que los Gorgonitas se conocen desde hace tiempo y que sonaran conocidos por algo alegre o infantil.

  Vamos, que sin desprestigiar el trabajo de los actores que participan esta película, como el tristemente fallecido Phil Hartman (cómico que en la película interpreta al padre de Christy, pero que es bien conocido por ser la voz original de Lionel Hutz y Troy McClure en los Simpsons), lo cierto es que los juguetes se roban totalmente el show y logran ser la principal atracción de una película que, si bien no pasará a la historia por tener un guión complejo ni una trama sorprendente, nos regala buenas dosis de acción, aventura, humor, guiños a punta pala, un poco de romance, e incluso un breve toque de profundidad new age si nos paramos a pensar en el concepto que toma la existencia o no de Gorgonia, tomando el significado de la búsqueda simbólica de algo que puede no verse a simple vista. Pero sobre todo, es una película tremendamente divertida, agradable de volver a ver, sencilla en su planteamiento pero eficaz en su ejecución, y que no tiene mayor pretensión que hacerte pasar un rato de lo más agradable y emocionante. Tanto es así, que sigue siendo muy disfrutable pese al tiempo que ha pasado desde su estreno, por lo que no me parece arriesgado decir que sus guionistas Adam Rifkin (Dulcemente Infiel también de 1998 o La última gran estrella del 2017), Terry Rossio (La máscara del Zorro de 1998 y toda la franquicia de Piratas del Caribe), Gavin Scott (Los Borrowers de 1997), y Ted Elliott (Godzilla de 1998 y El planeta del Tesoro del 2002), en general han hecho un trabajo más que correcto para esta película y logran dar en la diana, pues sin llegar a ser brillante, lo cierto es que la cinta funciona a las mil maravillas en su trama y contiene una buena cantidad de estas frases lapidarias que quedan tan perfectas en el momento, que posiblemente se te pegue alguna.

  Por si todo esto fuera poco, también vale mucho la pena resaltar el genial trabajo en la realización de los juguetes que componen el conflicto principal de esta historia… ¡lo cual no fue nada fácil! De echo, la película mezcla elementos tradicionales de animatrónicos reales (que en algunos casos necesitaban de hasta cinco operadores para darles movimiento gracias a unas varillas metálicas situadas fuera de cámara), con una notable presencia de efectos totalmente digitales, como ocurre en la secuencia de la pelea sobre el poste eléctrico, la cual está rodada totalmente en CGI. Si tengo que ser sincero contigo, eso lo he sabido posteriormente al documentarme para poder escribirte este post, porque mientras estaba viendo la película apenas me daba cuenta de en qué secuencias se usaba una técnica o la otra. Ya se que muchas veces he dejado claro que siento debilidad por los efectos artesanales, los animatrónicos, y demás ingenios materiales frente a las técnicas de animación por ordenador, pero en este caso admito que la combinación de ambas logra un resultado más que correcto. Vamos, que no es de extrañar que el trabajo de dar vida a los pequeños guerreros que se enfrentan en esta cinta sea obra del señor Stan Winston y su equipo. Mucho ojo con este buen señor, pues gracias a su genial trabajo (ocasionalmente respaldado por la prestigiosa Industrial Light & Magic) hemos podido disfrutar de efectos realmente espectaculares en películas como La Cosa (clásico film de John Carpenter estrenado en 1982), Terminator y Terminator 2, Aliens (1986), Depredador (1987), y muchas películas más, lo cual le ha servido para lograr no pocos premios BAFTA y algún que otro premio Óscar a Mejores Efectos Especiales (1986, 1992 y 1993) y al Mejor Maquillaje en 1991. En serio, el trabajo de este buen señor es muy digno de estudio y te animo a que lleves a cabo tu propia investigación al respecto si te interesa el tema de los efectos especiales, porque Stan Winston ha creado escuela. De echo, se rumorea que para poder realizar un diseño de lo más realista para sus creaciones en esta Pequeños Guerreros, se puso en contacto con la compañía juguetera Hasbro para que le asesoraran, y que para el diseño de varios Gorgonitas se basó en no pocos personajes del universo Masters del Universo.

  Como guinda sobre el pastel, esta película sobre la que hoy tengo el placer de escribirte tiene una sorprendente banda sonora llena de auténticos temazos interpretados por grupos y cantantes bien conocidos, como es el caso de Comunication Breakdown de Led Zeppelin, Another one bites the dust de Queen, o la archiconocida War (What is it good for?) de Edwin Starr, entre otros temas bastante conocidos, incluyendo Wannabe de las Spice Girls, que actualmente cada uno puede opinar lo que quiera y todo es muy respetable, pero no dieron que hablar ni nada a mitad de los noventa.

  Conclusionando. Esta película contó con un presupuesto de 40 millones de dólares, pero solamente logró recaudar unos 87’5 millones. Ante estas cifras uno podría pensar “bueno, por lo menos doblaron lo puesto”, pero en cifras aplicadas al cine, esto se considera un éxito muy modesto y no faltaría quien lo considerara hasta como un fracaso de taquilla. Con todo esto quiero decir que la película no logró alcanzar las expectativas que había puestas en ella, lo que contribuyó a que en su momento pasara algo desapercibida y no fuera hasta unos años después en que se considerara como una pequeña joya de culto. La verdad es que me parece una lástima que no lograra mayor notoriedad ni recibimiento por parte del público cuando se estrenó, porque desde luego es una película que va como un tiro. No es un peliculón ni mucho menos, de echo es bastante predecible, pero por otro lado es ágil, directa, emocionante, y sobre todo divertida. Puro entretenimiento noventero con alma de los ochenta que encima ha envejecido la mar de bien y sigue siendo muy disfrutable. Vamos, que entre una cosa y la otra, mientras la estaba revisitando para prepararte este post, me lo he pasado en grande. Tanto si la has visto como si no, es perfecta para ponerla un domingo por la tarde tumbado en el sofá, con un cuenco de palomitas para microondas, y dejarse llevar por una historia de lo más recomendable.

   Y hasta aquí llega este post.

  ¿Pero que me cuentas tu al respecto? ¿conocías esta película? ¿la has visto? ¿qué te pareció? Ya sabes que la caja de comentarios está a tu disposición por si quieres dejarme tus propias impresiones al respecto del viaje que acabamos de realizar y que me encanta leeros.

  Como Recomendación de la Semana quería hablaros del genial trabajo que lleva a cabo un buen amigo del blog como es JuanRas, quien no solamente me dio la idea para hacer el post que acabas de leer (¡mil millones de gracias chavalote!), sino que encima lleva dos podcasts de lo más recomendables como son Cantabria Oculta y La Hora de los Marcianitos. ¡No te los puedes perder!

  Ivoox: Cantabria Oculta.

  Ivoox: La Hora de los Marcianitos.

 De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!

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Y ya me despido de ti hasta el próximo domingo 22 de mayo. Hasta entonces, cuídate mucho y pásalo bien.

 Salud, ánimo, y éxito.