Cine Retro: Terminator 2-El Día del Juicio Final

La sabiduría popular está llena de frases hechas que acostumbramos a usar prácticamente a diario. Son pequeñas perlas que han ido sobreviviendo con el paso del tiempo y que sirven como punto de referencia con el que lidiar con diversos acontecimientos que vivimos en el momento presente, o de otros que intuimos están por venir.

  Por un momento, me gustaría invitarte a reflexionar sobre uno de estos dichos en concreto. Ese refrán que hemos oído infinidad de veces, el cual nos invita a sospechar al respecto de las “segundas partes, pues nunca fueron buenas”.

  De hecho, en el caso de este querido mundo que es el frikismo en todas sus variantes, hay muchas veces en que esto dicho popular acierta de lleno. ¿Quien no ha salido alguna vez decepcionado tras ver alguna secuela, remake, o similar? A la que uno ya se ha llevado alguna que otra decepción, llega un momento en que ya despierta la sospecha ante estas “segundas partes” y no sin razón. Pero en otras… ay, queridas buenas gentes lectoras, en otras ocasiones nos encontramos con que este conocido dicho falla estrepitosamente y nos encontramos con verdaderas joyas que superan sus predecesoras, como es el caso de la película sobre la que hoy vengo a escribirte.

  Sin más preámbulos, doy por terminada la introducción de este post, intencionadamente breve pues hay mucho sobre lo que quisiera comentarte al respecto de la segunda entrega de la franquicia Terminator (aquí te dejo el artículo de la primera película por si te interesa), cuya trama paso a relatarte de inmediato, no sin antes darte la bienvenida al blog y  deseando que disfrutes del nuevo viaje que te propongo a través de este portal en forma de pantalla.

  ¿Estás listo? Pues… ¡empecemos!

  Para esta ocasión, nuevamente nos desplazamos hasta un universo alternativo muy parecido al nuestro. La gente se ocupa diariamente de sus quehaceres habituales, llevando a cabo sus vidas con total normalidad y con las preocupaciones que pueda tener cualquiera de nosotros. O al menos así era hasta los fatales acontecimientos que se llevaron a cabo el 29 de agosto de 1997, pues a las 2:14h exactamente, la inteligencia artificial conocida como Skynet toma conciencia de sí misma y llega a la conclusión de que para asegurar su propia supervivencia es necesario exterminar a la raza humana. Con tal de alcanzar esta finalidad, lleva a cabo un despiadado ataque a nivel mundial que ocasiona la muerte de 3000 millones de personas.

  Los supervivientes llamaron a este acontecimiento el Día del Juicio Final.

Así quedó todo tras el ataque de Skynet.

  Para asegurar que se cumple su propósito, Skynet empieza la producción en masa de una nueva serie de potentes máquinas con gran poder destructivo: los Terminators T-800, programados para perseguir y erradicar a los escasos humanos restantes. A partir de esto, se originó una cruenta guerra en la que nuestra especie habría tenido todas las de perder de no haber sido por John Connor, líder militar que enseñó a los hombres y mujeres que le siguieron a como luchar y sobrevivir, logrando con ello que la balanza pueda inclinarse a favor de la humanidad y tener una oportunidad de llegar a desconectar Skynet.

  En el año 2029, tras infinidad de luchas y batallas, la guerra llega a un punto crucial cuando la humanidad por fin parece tener una mínima oportunidad de victoria. Ante esta situación, y sabiendo que no tiene sentido hacer frente a John en el presente, la potente inteligencia artificial idea un plan con que evitar la existencia de su enemigo, asesinando a su madre Sarah Connor (Linda Hamilton) en el pasado antes de que engendre a John. Y aunque su estratagema no salió como había planeado (puedes ver la primera película para saber más sobre esta historia), a Skynet aún le quedaba un as bajo la manga: el Terminator T-1000 (interpretado por Robert Patrick). Una versión mejorada de la serie terminator original, construida a partir de una multialeación de metal líquido con apariencia humana y habilidades miméticas, lo cual le permite confundirse con el entorno o adoptar la forma de cualquier persona con la que entre en contacto, así como el tener la habilidad  de alternar entre un estado sólido o semi-líquido a voluntad y con la forma que desee.

  Con semejante instrumento a sus órdenes, Skynet orquestra el plan definitivo para acabar con su némesis: Enviar al T-1000 al pasado para que asesine a John Connor cuando este es solo un niño indefenso de apenas unos 10 años de edad (interpretado por Edward Furlong).

  Afortunadamente, la resistencia liderada por John Connor del futuro, logra intervenir a tiempo. Y si bien no pueden impedir que el T-1000 viaje hasta el año 1995 para cumplir su misión, logran capturar a un terminator del modelo T-800 (Arnold Schwarzenegger), y reprogramarlo para que viaje al pasado para proteger al joven Connor a cualquier coste.

  Por otro lado, Sarah Connor, que está al corriente del futuro sombrío que espera a toda la raza humana si no se hace nada por evitarlo, permanece encerrada en un centro psiquiatrico de máxima seguridad tras intentar convencer a las autoridades de la amenaza que representa Skynet. Al no encontrar ayuda de nadie y ser declarada demente, Sarah espera la oportunidad de escapar para reunirse con su hijo con la intención de que ambos puedan llevar a cabo una misión desesperada por evitar el Día del Juicio Final.

  Y hasta aquí te puedo contar.

¿Cómo afectaran a la historia los intentos de Sarah por cambiar el futuro?, ¿sobrevivirá el joven John Connor al encuentro entre el malvado T-1000 y modelo obsoleto T-800?, y sobre todo, ¿es siquiera posible cambiar lo que ya ha ocurrido?. Si quieres saber como termina todo esto, te recomiendo que veas la película y lo descubras por tu cuenta, pues yo no te lo voy a contar.

El joven John Connor con el T-800.

  Con el gran éxito que resultó ser la primera película de Terminator, estaba claro que una segunda entrega terminaría siendo una realidad en algún momento. Y aunque al principio se manejaron algunos problemillas en cuestión de derechos para poder llevar a cabo este proyecto, finalmente se pudo estrenar en su país de origen en julio de 1991. Y además, con el acierto de contar con gran parte del mismo equipo técnico que estuvo presente en la entrega anterior, como William Wisher Jr. (que también participó en El guerrero nº 13) que otra vez toma la responsabilidad de escribir el guión junto a quien fuera el creador de la idea original y director de ambas producciones, el conocido James Cameron (que cuenta en su haber el dirigir películas como Abbys, Avatar, Titanic, Mentiras Arriesgadas, o Aliens: El regreso entre otras muchas). Y que buen trabajo hicieron en ambas ocasiones, especialmente con esta segunda entrega, pues aunque se trate de una película de acción en la que destacan las escenas espectaculares con muchas explosiones, tiroteos, y peleas, también cuenta con una importante cantidad de frases lapidarias de estas que se te quedan en la memoria durante un tiempo.

Pero sobre todo, no deja de fascinarme el entorno sombrío que pesa sobre gran parte de la trama, reduciendo drásticamente el número de chistes facilones  y escenas simpaticonas tan habituales en el género durante la década de los ochenta y noventa, para transmitir al espectador una sensación constante de pesadumbre, incluso de melancolía y hasta cierto desánimo a través del cual apenas asoma un rayo de esperanza, pues al margen de que los protagonistas logren ganar o perder ante el implacable enemigo al que se enfrentan, el porvenir que se abre ante ellos es desconocido, abierto a múltiples interrogantes, y un tanto pesimista. Es más, incluso podemos apreciar que hay varios momentos para la reflexión personal e introspectiva por parte de varios de sus personajes, los cuales no solo deben enfrentarse a puntuales decisiones morales bastante difíciles (especialmente Sarah en su empeño por acabar con Skynet), sino que la relación que tienen los protagonistas entre sí es compleja, difícil, y realmente atípica, como consecuencia de las propias motivaciones e historias personales de cada uno. Es más, si nos paramos a pensarlo por un momento (y teniendo la película reciente) da la impresión de que en pocas producciones del género se dan unos protagonistas con un carácter tan sólido y con un trasfondo tan bien construido como ocurre en esta Terminator 2. Y es que los desafortunados héroes de esta historia no son los típicos que se dedican a repartir hostias como panes y disparar a todo lo que se mueva sin más, sino que podemos ver su evolución como individuos a medida que la relación entre ellos se vuelve más cercana y profunda, dejando un espacio en la película para que se den momentos dramáticos y emotivos que llegan al espectador. O al menos esta es la impresión que siempre me ha dejado esta producción desde que la vi por primera vez hace casi treinta años al momento de escribir estas líneas (siendo yo un niño en aquel momento hasta se me cayó una lagrimilla durante la famosa escena del pulgar hacía arriba, en serio).

  Todo lo cual queda muy bien representado en el tema principal de la banda sonora, el cual manifiesta todo lo dicho al mismo tiempo que conserva el tono épico y de acción que rodea esta producción. Vamos, que el compositor Brad Fiedel se lució al crearlo. Y aunque ya comenté sobre este tema musical en el post de la primera película, lo cierto es que no puedo de hacer de menos que ponerlo de nuevo. Espero lo disfrutes.

  Termiantor 2 Maint Theme.

  Pero ojo, que si bien el guión es digno de tener en cuenta, es interesante fijarse en la labor del reparto principal. Y aunque el trabajo interpretativo que hace Schwarzenegger puede considerarse bastante nimio (especialmente si nos centramos en que su personaje apenas dice 700 palabras en toda la película), eso de interpretar a un cyborg frío y con un programa limitado que va “humanizándose” progresivamente a medida que interactúa con personas, pues también tiene su mérito. Ahora mismo, me vienen a la cabeza la escena en el bar, con que frialdad pronuncia una línea de diálogo tan directa, tan sencilla que incluso pare cómica (frase que por cierto es una de las más populares de la película), y al compararlo con otro momento casi al final, cuando suelta eso de “Ahora sé porqué lloráis, pero nunca lo podré hacer”… ¿que te puedo decir?, creo que hasta para algo tan aparentemente simple hay que tener técnica y saber transmitir. Y para muestra un botón, basta con fijarse en la secuencia dónde se le ve aparecer por un pasillo con una caja llena de rosas. Lograr impresionar de este modo simplemente andando, pues hay que saber hacerlo.

«Necesito rus ropas, tus botas, y tu motocicleta. Y puestos a pedir, ¿me dejas 50€ chavalote?, Mañana te los devuelvo».

Y casi lo mismo podría decir de Robert Patrick en su papel como el implacable T-1000, que prácticamente no dice ni “mu” a lo largo de toda la película, pero se nota que cada gesto, cada mirada, cada paso, los tiene más que estudiados, logrando rodearse de una aura de peligro que sale de la pantalla solo por verle entrar en escena, y llevando a cabo un buen trabajo. Lo cual me parece realmente curioso si tenemos en cuenta que la primera opción del director James Cameron para este papel era el cantante Billy Idol, el cual no pudo aceptar debido a que tuvo un accidente de moto poco antes del rodaje (menos mal que pudo recuperarse).

  También es elogiable el trabajo que hace Edward Furlong, el cual encima tuvo el trabajo añadido de doblarse a sí mismo en varias escenas debido a que le cambió la voz en pleno rodaje (12 añitos tenía al hacer del joven John Connor).

  Pero para trabajo sobresaliente, la actuación de Linda Hamilton. Vamos, está que lo borda. Y ojo que le costó lo suyo, por que tuvo que someterse a un entrenamiento físico de lo más estricto para poder prepararse adecuadamente para interpretar a una Sarah Connor muy distinta a la que vimos en la primera película: siendo así una mujer sufrida que se ha obligado a convertirse en una guerrera curtida, pragmática, y cuyo conocimiento sobre el futuro desolador que amenaza a la humanidad le pesa como una losa sobre sus hombros. Es un rol durísimo que se supuso a Hamilton el tener que aprender a dominar con soltura varias habilidades como el manejo de armas, artes marciales, y técnicas de supervivencia. Pero además, interpretar a Sarah le representó un trabajo de actuación exigente, capaz de transmitir todo un abanico de emociones extremas de forma creíble (fijémonos por ejemplo en la secuencia cuando pierde el control durante el interrogatorio médico, cuando representa estar “ausente”, o cuando se topa con el T-800 por primera vez). Eh, pues chapó por ella, porque no solo recoge el desafío, sino que encima logra estar a la altura de sobras. Difícilmente se me ocurre mejor actriz para el personaje.

¿Quién ganaría una pelea entre Sarah Connor y Ellen Ripley? Ni idea, pero yo no me meto enmedio.

  Ademas de todo lo dicho, es necesario comentar otro de los puntos fuertes de esta Terminator 2: Judgment Day,uno que se llevó gran parte de los seis meses de rodaje que tuvo esta producción. Me estoy refiriendo a los efectos especiales.

  Si eres asiduo del blog, y por lo tanto ya hace tiempo que tengo la suerte de hacerte llegar estos posts, es posible que estés al tanto de mi debilidad por los efectos especiales tradicionales, a la antigua usanza. Ya sabes: animatrónicos, prótesis artificiales, maquetas, disfraces elaborados, maquillajes cuya aplicación sobre los actores requiere de sesiones maratonianas, y sobre todo, mucho ingenio. ¿Que puedo decirte? Me encantan y lo paso en grande cuando veo un making off de una producción y se desvelan los métodos utilizados al respecto en una producción. Pues bien… en esta película los hay en gran cantidad, y además son una absoluta maravilla.

  Puede que la peor parte de los mismos la sufriera el propio Schwarzenegger, el cual tuvo que soportar largas horas de preparación para lucir el aspecto que luce su personaje en varias de las escenas que vemos, y la verdad es que el resultado es verdaderamente espectacular. Pero esto es solo la punta del iceberg, pues en esta película, el artista de efectos especiales Stan Winston colabora estrechamente con los profesionales de la empresa Industrial Light & Magic para dejarnos con la boca abierta a cada momento, empezando por una recreación muy fidedigna de los famosos esqueletos de metal que vimos en la primera parte, pero mejorados para que luzcan más espectaculares y amenazadores. Así como varias escenas que resultan estar grabadas sobre maquetas a escala con vehículos móviles teledirigidos, como la batalla contra las máquinas en el futuro, o la devastación de la ciudad durante la pesadilla de Sarah Connor. Esta última es una secuencia realmente sobrecogedora a la par que impactante, pero tras saber que el modelo artificial de Linda Hamilton que vemos en esta escena fue realmente quemado, al igual que también fue destrozada la maqueta de la ciudad sobre la que se rodó la secuencia, hace que me parezca aún más impresionante. Eso por no hablar de todos los momentos en que se usan explosivos de gran potencia en emplazamientos reales para conseguir el efecto deseado durante el rodaje.

«Bueno, ya está bien la broma. ¡Bajadme de una vez!».

Y hablando de momentos espectaculares, no puedo hacer de menos que mencionar el trabajo del director de fotografía Adam Greenberg y todo el equipo técnico que se pone tras las cámaras, gracias a los cuales podemos disfrutar de escenas impresionantes como la persecución a través de los canales de Los Ángeles (poca broma con esto, que tuvieron que desviar el curso del río para poder filmar esta secuencia). Eso por no hablar de la increíble labor de los especialistas de acción, como Peter Kent (que sustituye a Schwarzenegger en las secuencias de riesgo), quien realiza proezas tan impresionantes como el salto al camión cuba.

Pero ojo, que no todo son grandes montajes que implican gran parafernalia, pues hay varios momentos en que se echa mano de trucos bastante simples, pero no por ello menos efectivos. Como la aparición de hermanos gemelos en varias escenas: una en que el T-1000 suplanta un guarda de seguridad, en dónde podemos ver a la pareja de hermanos actores Dan y Don Stanton (que también aparecen en Looney Tunes: De nuevo en acción), y otra en que podemos ver a Linda Hamilton actuando con su hermana gemela Leslie, la cual no esta especialmente interesada en el mundo de la actuación pero finalmente accedió a participar brevemente en esta producción.

Don y Dan Stanton en Terminator 2, Good Morning Vietnam, y Gremlins 2.

 No obstante, y ya que hablamos de efectos visuales impresionantes, Terminator 2 tiene el mérito añadido de ser una película que sobrepasó los límites en el campo de los efectos CGI existentes en aquel momento. Buena prueba de ello son las numerosas escenas en que el T-1000 transforma todo su cuerpo, o parte del mismo, para darle nuevas formas y aspectos. En este sentido es muy interesante la secuencia en que atraviesa unos barrotes, o cuando recupera su aspecto humano tras camuflarse con unas baldosas. El trabajo técnico que hay detrás de cada escena no solo supuso mucho trabajo para el actor Robert Patrick, sino también para los profesionales de Industrial Light & Magic, pero personalmente me atrevería a decir que me gustan mucho más de los que podemos ver en producciones más recientes y costosas.

Vamos, que entre una cosa y la otra, queda claro que tanto reparto como equipo técnico y especialista terminaron realizando un trabajo de lo más arduo (los planos rodados en pleno desierto de Mojave al sur de California debieron ser agotadores) , pero desde luego el resultado general valió la pena. Y no lo digo por la considerable recaudación que logró en taquilla (más de 515 millones de dólares frente a los 100 que costó producirla), sino por el gran impacto que tuvo en su momento y sigue teniendo entre las nuevas generaciones de espectadores, llegando a convertirse en un fenómeno fan absoluto, una película de culto reverenciada y parodiada con cariño en varias ocasiones. Tal y como podemos ver, por ejemplo, en el capítulo Homer Loves Flanders (temporada 5 episodio 16) de The Simpsons, o este guiño tan descarado en la película Wayne’s World de Mike Mayers y en el cual participó el mismísimo Robert Patrick.

Conclusionando: Adoro esta película y muy seguramente no sea la última vez que la vea.

Terminator 2: Judgment Day es acción desenfrenada y puro espectáculo combinado con una ambientación melancólica muy lograda, una historia de viajes en el tiempo que te atrapa desde el primer momento, es una reflexión, una odisea desesperada en forma de huida hacía un destino incierto, y todo un cúmulo de factores muy bien trabajados que se juntan para formar un todo muy completo. Vamos, que la película te puede gustar o no (ambas opciones son muy respetables), pero no cabe duda de que es una producción de lo más valorada en su década. Por algo será.

Como podrás imaginar, Terminator 2: Judgment Day tuvo tan buena acogida que las productoras decidieron seguir exprimiendo la franquicia. Lo cual nos trajo la serie Las Crónicas de Sarah Connor, y cuatro películas más: Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas, Terminator Salvación, Terminator Génesis, y Terminator Dark Fate, que desgraciadamente no lograron tener muy buena acogida que digamos.

Para irme despidiendo, no quiero terminar este post sin comentarte dos curiosidades de lo más interesante. La primera de ellas es la existencia de un final alternativo que habría cerrado la saga de forma definitiva si hubiera sido incluido en el montaje final (puedes encontrarlo fácilmente en YouTube si tienes curiosidad). La otra es que el doblaje castellano es el único que cuenta con la frase “Sayonara Baby” (con el grandioso Constantino Romero poniendo la voz del T-800), mientras que en la versión original esta línea de diálogo es “Hasta la vista Baby” pronunciada en español.

  Y hasta aquí llega este post.

  ¿Habías visto esta película?, ¿que te pareció?, ¿tienes algún elemento de merchandising de la misma, como camisetas, el cómic de crossover con Robocop, o el juego de SNES?, ya sabes que tu opinión e historias son más que bienvenidas en la caja de comentarios.

   Como recomendación de la semana, me gustaría volver a hablarte sobre una de estas iniciativas solidarias que tanto me gustan. Se trata de Videojuegos por Alimentos, una organización sin animo de lucro presente en exposiciones y eventos del mundillo en dónde intercambian videojuegos, consolas, y periféricos relacionados, por alimentos que posteriormente son donados a las familias más necesitadas. Además, organizan interesantes eventos y campeonatos para recaudar la mayor cantidad de alimentos posibles con que seguir adelante con su noble labor. Vamos, unos auténticos cracks que merecen todo el apoyo que se les pueda hacer llegar.

Si quieres saber más sobre su genial trabajo, aquí te dejo un link a su página web para que le eches un vistazo.

videojuegosporalimentos.org/

  De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!

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  Y ya me despido de ti hasta el próximo domingo 26 de septiembre.  No sin antes recordarte que ya está disponible en formato digital mi libro LOS OTROS TÚ: Relatos de ciencia-ficción y terror en otros universos.

 Espero que te guste.

 Hasta entonces, te deseo feliz semana. Cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

Espero que tengáis una muy feliz semana y volvemos a vernos el próximo domingo. ¡Volveré!

Comments

  1. Brutal, brutal y brutal!!! Y lo decimos tanto por la película como por el trabajazo que te has pegado con este post.
    Y es que esta es una de esas pelis que podemos ver en bucle una y otra vez sin cansarnos y unas de esas que te dejan sin palabras y con buen sabor de boca aún sabiendo lo que va a pasar y lo que dirán.
    De lo mejorcito del gran «chuache» y donde la saga debió terminar puesto que esta película es difícil de superar por todas las secuelas, que todo hay que decirlo, son un poco mediocres.
    Lo dicho, tu si que eres una máquina y no el T-800!!!
    Nos leemos el próximo finde.
    Un fuerte abrazo y ¡Sayonara Baby!

    1. ¡¡Bienhallado Presstartcook :D!!
      Muchísimas gracias por tus palabras *^_^*. Admito que me ocurre como a ti y que esta es una de mis películas favoritas desde hace tiempo (anda que le tenía ganas a este post), pero jamás imaginé que llegaría a descubrir cosas tan sorprendentes… y las que se quedaron en el tintero O_o. Investigando al respecto he llegado a flipar con algunos datos, e incluso me atrevería a decir que a consecuencia de todo ello ahora me gusta más, que ya era difícil porque esta película es redonda en muchísimos aspectos y siempre disfruto de volver a verla.
      Coincido totalmente contigo. Es una lástima que las siguientes entregas de la franquicia no estuvieran a la altura, y que muy posiblemente hubiera sido mejor que esa Terminator II hubiera tenido el final alternativo en lugar del que se quedó en el corte final. Aunque por otro lado… ¿Cómo hacer algo que pueda superar esta película? Es lo que ocurre cuando se deja el listón muy alto.
      ¡Quien habló de ser un máquina! El Chef Supremo nada menos. De verdad que siempre es un placer recibirte en mi blog.
      Un abrazo bien grande, nos seguimos leyendo, y… volveré (lo siento, tenía que soltarlo o reviento *^_^* XDXD).

Tus comentarios son más que bienvenidos.