Meriendas ochenteras

Actualmente, ocho de cada diez colegios de nuestro país tienen jornada intensiva.

Curioso.

¿Cómo fue cuando tu fuiste a primara?

En mi caso, no vi esto de hacer todas las horas seguidas hasta que empecé a ir al instituto a cursar la ESO (siglas para Educación Secundaria Obligatoria que se lleva a cabo hoy por hoy en España), pues en el colegio dónde curse la primaria (Mare de Deu del Toro en mi querida Ciutadella de Menorca), se hacía horario partido. Es decir, empezar las clases a las nueve de la mañana y hasta las doce del mediodía (con pausa entremedio para el recreo). Y mientras que algunos íbamos a casa a comer para volver al cole a las tres de la tarde, otros se quedaban al comedor del colegio.

En mi clase había un poco de todo, con niños y niñas que se quedaban a comer en el colegio y otros que no,  pero lógicamente todos teníamos las mismas materias con los mismos profesores, como doña María o Joana en los primeros años, mientras que de más mayorcitos teníamos a Carmina para ingles y castellano, Nofre para sociales (me encantaba como profesor), o Xim de filosofía. Joder… que de bellos recuerdos me vienen a la cabeza.

Pero claro, en aquel momento lo vivía como alumno. A esa edad, y siendo además un estudiante bastante regulero (sobre todo en matemáticas y destacando únicamente en lectura) solo había una cosa importante: ¡¡que llegara la última hora de la tarde para salir pitando del cole!!

Y mira que en el recreo lo pasaba en grande. Ya fuera cambiando cromos de la Pandilla Basura o de Oliver y Benji, jugando a canicas o al trompo, al pilla pilla, o bien viviendo el fenómeno de los tazos y las game & watch. Eso además de tener como compañeros de clase a individuos que me resultaban muy interesantes. Pero yo lo único que deseaba era que llegaran las cinco de la tarde para largarme corriendo a casa.

Aunque a veces no era así, pues como ya te digo, era pésimo en matemáticas y algunos días iba a clases de refuerzo (¡malditas “mates”!). Pero los días que no me tocaba este suplicio, queridas buenas gentes lectoras, al llegar a casa me esperaban Miliki y Rita Irasema en la televisión (o Ana y Raquel posteriormente en el mismo programa) presentando el programa infantil La merienda. Luego me esperaban los deberes y estudiar, pero aquellos momentos frente a la tele para ver dibujos mientras devoraba algún dulce, no tenían precio.

Rita Irasema y Miliki en el plató de La Merienda.

Y de eso va precisamente este post, queridas buenas gentes, de meriendas de nuestra infancia.

Espero que tengas hambre y que disfrutes del post.

¡Buen provecho!

Margarina Tulipan caída del cielo

  ¿Es un pájaro? ¿es un avión? ¡No!, es un señor con bigotazo montado en un helicóptero amarillo, que de repente aterriza frente a un colegio para ofrecer a los tristes niños insatisfechos con su bocadillo, un pedazo de bocata con cierta margarina que contiene todo el alfabeto vitamínico, además de hierro, magnesio, zinc, ziritione, adamantium, y sabe Dios cuantas sustancias saludables más. El producto en cuestión, llamado Tulipan, el cual aún sigue a la venta.

  La verdad que untado en una rebanada de pan o en bocadillo para el recreo, estaba muy sabrosa. Y ni que decir que los más golosos le añadían una cucharada de azúcar esparcida por encima.

  Y aunque a principios de los 80 fue un producto de lo más popular, fue en 1945 cuando sale la idea de este producto. Todo empezó con un grupo de amigos embarcándose en una novedosa aventura empresarial cuando adquirieron en Leoia (Vizcaya) una fábrica para para fundar una nueva compañía: Agra, la cual se dedicaría a la venta y producción de margarinas, las cuales tenían mucho tirón comercial en aquel momento por ser más barata de producir que la mantequilla.

  Para redondear la operación, contrataron a un experto en el tema: un holandés residente en España cuyo nombre no pude encontrar. Y no solo eso, sino que se este equipo de empresarios se dejaron una buena pasta en adquirir una máquina de grandes dimensiones y contratar a 12 personas para la fábrica, todo con la finalidad de llegar a producir la friolera de cinco toneladas de margarina al día. La cual era cortada en paquetes de 250 gramos la pieza, y cada una estaba envuelta en papel.

  Ya solo faltaban unos pocos detalles. “Pues ya que tenemos a un holandés trabajando como asesor en todo el asunto, ¿porqué no llamar al producto como al tulipán tan típico de Holanda?, seguro que la gente lo asocia a la flor, y a que el nuestro es un producto natural y saludable a la par que exótico” (sí, exótico, pues en aquel momento este era un alimento poco conocido en nuestro país). Pues dicho y hecho. Finalmente, en 1949 salía a la venta la margarina Tulipán.

  Ni que decir que en mi colegio siempre estábamos con la broma de “Eh, ¡que vienen los de Tulipan!” cada vez que en la hora del recreo veíamos un helicóptero sobrevolando las instalaciones. Y si bien ningún señor con bigote cayó de las nubes para invitarnos a bocatas, al menos nos quedó el divertido sketch “Julipan” de Martes y 13, que no alimenta, pero te haces unas risas.

Bollycao y su “redondular” compañero

  Eh aquí un viejo conocido del blog del que ya tuve la ocasión de hablaros con en el post de “Cosas que coleccionábamos en los 80”. Y si, con este producto de repostería industrial lo pasábamos en grande coleccionando sus cromos, como los populares TOIs, o la mítica Videojuegos de SEGA. Pero también nos trajo otros momentos divertidos que vivir con los compas del colegio gracias a otros originales colecciones como las “ventanas mágicas”, “Canales locos”, los “carnets”, y muchos más.

Al retirar la cartulina que había entre el dibujo pintado sobre el plástico transparente y el dibujo de fondo, descubríamos que era realmente lo que estábamos viendo.

  Eso además de traernos un bollo de pan de viena con crema de chocolate en su interior, que si lo piensas fríamente puede no parecer nada de otro mundo, pero bien bueno que estaba, oye. Con el tiempo se ha pretendido innovar en el producto original presentando nuevas versiones: que si con más leche, que si versión mini, el dokyo (que imita el dulce japonés conocido como dorayaki), pero que queréis que os diga, igual es por nostalgia, pero el original me sabía tremendo.

  ¿Pero de dónde sale el Bollycao?

  Para descubrir sus orígenes, tenemos que remontarnos hasta el año 1962 de nuestro propio universo, momento en que nace la empresa conocida como Panrico, fundada por el empresario Andreu Costafreda, del que se dice que tenía muy buenas relaciones comerciales con miembros de otra familia de empresarios apellidados Rivera. Aunque bueno, realmente la empresa no se llamaba así en sus inicios, sino que era el Panificio Rivera y Costafreda S.L. , y tomando la primera sílaba de cada letra, pues obteníamos la palabra “Panrico”.  Así de simple.

  En fin, voy abreviando. La cuestión es que con el tiempo se fue abriendo expandiendo por toda España, subiendo como la espuma. Lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta que en el mismo año que dicha empresa inició sus andanzas, pusieron a la venta los famosos grisines (o palitos de pan) además de fundar (agarraos fuerte) la Donut Corporation, para elaborar y vender las famosas rosquillas tipo “Doughnut” en nuestro país.

«Andá, los donuts. Andá, la cartera». El niño del anuncio sería desmemoriado, pero que de veces nos acordamos de él al imitarlo cuando alguien tenía un despiste.

  A raíz del éxito de sus productos, Panrico se fue expandiendo que no veas e incluso se aventuró a lanzar más productos. De modo que, finalmente, en 1970 puso a la venta por primera vez el conocido Bollycao.

  Sin embargo, esta empresa no siempre estaría en el candelero y con el tiempo sufriría fuertes varapalos, siendo estos la razón de que Bollycao pertenezca actualmente a Bimbo. Pero esta, es otra historia.

Patés La Piara… ¿o era “Foie gras La Piara”?

  “Pateees La Piaaaraaaaaaa… más buenos que el pan”.

  Este simple slogan, tuvo su buen impacto en nuestra infancia.

  Pero hagamos un poco de memoria con este anuncio de 1988.

  Vale, tengo que admitir que no recordaba este anuncio de este modo, con este silbido y este meneíto de hombros. Aunque lo cierto es que La Piara nos ha obsequiado con variedad de anuncios curiosos, como el de las madres hablando de bocadillos y los niños compartiéndolos con sus amigos en el recreo… o no (que podréis encontrar por el nombre de La Piara 72 en YouTube), el del bocata de tornillos, otro protagonizado por Bertín Osborne, y el de La generación de Hierro, en que el mismísimo Popeye el marino cambiaba sus famosas espinacas por una lata con paté de esta marca… es lo que ocurre cuando tras setenta años después de la muerte de su creador, se terminan los derechos sobre la propiedad intelectual y un personaje pasa a ser de todo el mundo.

De nuevo, nos encontramos con un producto que en su modo de ser presentado al mundo no solo insistía en su sabor, sino en lo supuestamente saludable que es comerlo debido a la gran cantidad de nutrientes que en teoría aporta, especialmente hierro. Y es que esta marca parece decidida en convertir a las nuevas generaciones en un ejército de muchos mini Tony Stark.

Y aunque en los ochenta (especialmente durante la segunda mitad de la década) fue un producto de lo más popular que abundaba en meriendas y desayunos infantiles, lo cierto es que sus inicios se producen en 1923 (no ha llovido nada desde entonces), en Manlleu (Barcelona). Fundada por Pau Roqué y Jaime Castell, al principio estaba centrada en la elaboración y comercialización de embutidos de cerdo y otros productos cárnicos, hasta que en 1985 se cambió el nombre de su razón social por el que todos conocemos hoy en día.

Actualmente, esta marca comercial pertenece a la poderosa e internacionalmente conocida Adam Foods, existiendo una mayor variedad de sabores más allá del paté de hígado de cerdo: pimienta, salmón, pollo, atún… la tira, vamos.

Personalmente el paté de foie no es santo de mi devoción, pero en la infancia de muchos de nosotros y nuestros compañeros de colegio, la “tapa negra” estaba muy presente.

Nocilla, el oso, y el último partido de Hugo

  Me estoy empezando a dar cuenta de que ha faltado poco para que este post se pudiera llamar “cosas que untar en pan en los ochenta”.

 Pero que queréis que os diga. En la infancia de este humilde servidor que te escribe, pocas cosas había mejores que coger el bote de esta marca de crema de cacao, removerla a lo loco, y ponerla en una rebanada que degustar posteriormente mientras veía los dibujos animados de la tarde, o los sábados por la mañana (aunque se habla de fans de lo extremo que ponían Nocilla entre dos galletas del tipo “María”).

Y además de que esta crema estaba que no veas de buena, tanto la de dos colores como la que no, a la hora de darse publicidad nos dejó varias perlas. Para empezar, se produjeron varias promociones televisivas como la del programa publicitario “Noky y sus nocilleros”, en el que aparecía un actor con un traje de oso bastante regulero para presentar las distintas promociones del producto. Sorprendentemente, encontrábamos este mismo personaje entre las páginas de distintas revistas de cómics de la época como TioVivo (tristemente desaparecida en 1986… snif), aunque en esta ocasión eran viñetas y tiras cómicas publicitarias creadas por el dibujante Jorge Gosset Rubio, que posiblemente muchos de vosotros recordaréis por ser el creador del personaje Hug el troglodita o la pequeña niña prehistórica Roquita.

Y hablando de ello, ¿cómo olvidar el anuncio de “No”, “Zi”, “¡Ya!”, o el de “El último partido de Hugo” que nos llegó más recientemente durante la primera mitad de los 2010?

Sea como sea, y sin importar como se anunciaba, Nocilla sigue al pie del cañón desde que fue puesta a la venta en 1967 por Starlux y en 2015 pasara a manos de la poderosa Idilia Foods (dueña de otros alimentos muy conocidos como Cola Cao, la bebida Okey, o Paladín a la taza).

Digna de mención es también su eterna rivalidad con Nutella (lanzada al mercado en 1951 bajo el nombre de “Supercrema Giandujot” en 1951 por el pastelero italiano Pietro Ferrero).

¿Con cual te quedas tu?

Trío de ases: Bony, Tigretón, y Pantera Rosa

  De mi infancia recuerdo claramente el Phoskitos, el cual cuenta actualmente con una versión llamada “Phoskitos 1972”. Mientras que mi hermana mayor, se inclinaba más bien por la tableta de chocolate de “El Gorriaga: La Campana”.

 Sin embargo, creo que si hiciéramos una encuesta rápida sobre las meriendas más populares de los setenta y los ochenta, de entre los mejor clasificados encontraríamos casi con toda seguridad a alguno de estos tres:

Pantera Rosa: Primero fue una hilarante película protagonizada por Peter Sellers, luego fue la serie de animación basada en el personaje creado por Friz Freleng, y posteriormente también fue un bizcochito (como el que aparece en la película Los Cazafantasmas) relleno de nata y recubierto de una especie de glaseado de fresa. No solo era un producto representado por un personaje famoso sino que su sabor también llamaba la atención. Dudo mucho que el creador de esta merienda, el químico Josep Puyol, llegara a imaginar que su invento triunfaría del modo en que lo hizo mientras se encontraba con las manos en la masa, allá por 1973.

Tigretón: Un bizcocho de cacao relleno de nata, con un poquito de mermelada de albaricoque, y recubierto de más chocolate. Puede sonar sobrecargado así escrito, pero era una combinación ganadora. Y si no, que se lo pregunten al simpático tigre de eterna sonrisa que da nombre al producto y servía de mascota. Un imán para los niños, aparte que si en aquellos tiempos no tenías mascota, era como no aparecer en las redes actualmente. Curiosamente, no solo existía la versión “vainilla” de este pastelito, sino que el personaje que la promociona fue una especie de compañero para las aventuras de la Pantera Rosa en los álbumes de cromos de Bimbo.

Portada y una de las primeras páginas del album de cromos de Bimbo.

Bony: ¿Que es un “Bony”? pues otro bizcochito, solo que este venía relleno de mermelada de fresa y estaba recubierto de chocolate. Ah, ¿te refieres a que bicho o personaje le ponía cara a este producto? Pues ninguno, pues al parecer (y contradiciendo lo que decía antes sobre las mascotas), esta merienda no necesitaba de ningún animalito con pinta de “molón” para promocionarse. Aunque años más tarde se decidió que su cara visible fuera un gorila simpaticote y buen rollista al principio, pero con cara de malas pulgas más adelante. ¡Cosas del marketing!

Estos tres supervivientes siguen a la venta al momento de escribir estas líneas, y cada uno de ellos fue un invento de la compañía Bimbo, cuyos inicios datan del año 1945 en Ciudad de México.

Esta empresa tuvo tanto éxito, que uno de sus principales fundadores decidió abrir una empresa en España con el mismo nombre y modo de hacer las cosas (ya se que parece tener mucho morro pero es la versión más aceptada en diversas fuentes de internet incluyendo la propia web oficial de la compañía, en serio). De este modo, Bimbo España iniciaba sus andanzas en 1965 lanzando el que sería su producto estrella tanto en nuestro país: El pan de molde.

La verdad que la historia de esta marca se las trae: alianzas con compañías norteamericanas, separación de caminos entre la Bimbo Mexicana y Española… hasta que finalmente la empresa original (ya conocida como Grupo Bimbo) absorbió la que en su día fue fundada en Granollers (Barcelona) junto con la Bimbo portuguesa, y las convirtió en lo que hoy conocemos como Bimbo Iberia.

Como siempre, ya sabes que me encanta conocer tu punto de vista y tus historias. ¿Conociste alguna de estas marcas en tu infancia? ¿que otra merienda típica de los setenta y los ochenta crees que debería haber añadido?

Y hasta aquí llega este post.

  Como recomendación de la semana, me gustaría volver a hablarte de la web Retrochuches, la cual hace honor a su nombre presentando una inmensa cantidad de las golosinas que tanto nos gustaban en los años 70, 80 y 90, aparte de pequeños juguetes como los míticos paracaidistas… ¡y poniéndolos a la venta online!

  Imagina el poder disfrutar de los míticos caramelos Drácula o La AsturianaPeta Zetas, anisetes, limones y naranjas “rock”, los snipe nata, o los chicles Bubbaloo entre otros más. Simplemente haz tu pedido online y en pocos días lo tienes.

Si quieres saber todo lo que tienen a la venta en su catálogo, aquí te dejo el link para que entres y le eches un vistazo, pero te aviso… como entres, seguro te encantará la web y veras algo que te guste.

retrochuches.com/

 ¿Y tu?

  ¿Aún no te he mencionado nunca en la “recomendación de la semana”?

  ¿¡Pues a qué estás esperando!?

  Si tienes un local u organizas alguna actividad de cara a la cultura pop y friki, si sabes de algún evento interesante, o si eres creador de contenido (podcast, blog, youtube, etcétera), déjame un mensaje en la caja comentarios o escríbeme un mensaje privado por twitter (twitter.com/TALlopis). El próximo en aparecer en la “recomendación de la semana” de futuros posts de este blog podrías ser tu.

Además, publico contenido en twitter casi a diario.

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  Por último, si te ha gustado el contenido de este post, te quedaría muy agradecido si le dieras al botón “Me gusta” y si lo compartieras en tus redes sociales, o recomendaras a tus amigos, familia, compañeros de estudios, del curro, y otros seres queridos que tengas a mano.

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  Como siempre, te recuerdo que puedes visitar el apartado de “Relatos” para disfrutar de distintas historias de terror, fantasía, y ciencia-ficción (aprovecha ahora que todavía están publicados aquí), y que acostumbro a publicar nuevo contenido todos los domingos, de modo que, si nada lo impide, volvemos a vernos el próximo día 25 de abril.

  Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

Que buenos están los dulces… pero todo en su medida buenas gentes. Hay que comer de todo, que os quiero a todos bien y saludables. ¡Pásalo bien y cuídate mucho!

Comments

  1. Gastronomía y Nostalgia, menuda combinación tan tremenda!!! Como ya te hemos dicho más de una vez nos encantan este tipo de post y más si hablas de comida que nos arranque más de un buen recuerdo.
    Nuestro favorito de la lista siempre ha sido el bollycao aderezado con un zumo de melocotón de las Tortugas Ninja que nos acompañaba en muchos de los recreos.
    Que tiempos esos con el cole con jornada partida y que al igual que tú deseabamos que llegase la tarde para (después de hacer los deberes) ver nuestras series favoritas, darle un tiento a algún juego de NES y salir a la calle a jugar un rato con el bocata de margarina y azúcar de la mano… Si es que daba tiempo a todo….
    Lo dicho, que nos vamos por las ramas, enorme post, compañero.
    Compartido queda para que llegue a todos los nostálgicos de estas grandes meriendas!!!
    Un abrazote y nos leemos en el siguiente.

    1. ¡¡Hola de nuevo querido Presstartcook :D!!
      Ostras, no me acordaba del zumo con la imagen de las Tortugas Ninja. Entre esto y el bollycao, que buen bocado te llevabas para el recreo compa :D. ¿Te acuerdas de los «carnets», cromos, y ventanas mágicas que venían con este popular bollo?, de verdad que estaba buenísimo.
      Y si… admito que igual se me ha ido la mano con la nostalgia en este post dedicado a nuestras meriendas *^_^*. Y no descarto una continuación, porque la verdad que se ha quedado mucho en el tintero. Al fin y al cabo, como sabrás mejor que nadie, hay sabores que evocan recuerdos, sabores que son pura infancia, o incluso fantasía.
      Me encanta tu plan post clases de la tarde compa. ¡Tu si que te lo montabas bien!, finiquitar los deberes para lanzarse a lo bueno: dibujos, algún juego (con la mítica NES nada menos), y estas tostadas de margarina con azúcar (¡que vicio!) para jugar con otros niños de la calle o del barrio. Como bien dices, daba tiempo a todo… y que bien lo pasábamos. Luego subir a casa a tiempo de ver «Campeones» y cenar.
      Eres un grande. Que nadie te diga lo contrario. Mil gracias por participar en el post con tus geniales comentarios y por compartir.
      ¡Un abrazo bien grande!

Tus comentarios son más que bienvenidos.