Videojuegos: God of War (2004)

 Videojuegos.

  Son todo un mundo.

  Para darse cuenta de ello, basta con ver la extensa variedad existente de los mismos. Y es que haberlos, los hay de todos los géneros, estilos, tipos y gustos. Ahí fuera hay un título para cada tipo de jugador, para cada persona… como ocurre con los libros.

  Y nada más empezar el post ya me estoy liando. ¡Estamos apañados!

Ya me perdonarás, pero con el juegazo sobre el que hoy vengo a escribirte no es para menos, pues se trata de un título cuya fama le precede hasta el punto de ser todo un referente, y por lo tanto, es toda una responsabilidad ponerle palabras con que describirlo.

  A dónde quiero ir a parar es que, tal y como ocurre en toda forma de entretenimiento que pueda tener un mínimo de aspecto narrativo, pues ocurre que todos tenemos nuestras preferencias, lo cual es maravilloso. Pero de vez en cuando ocurre que aparece uno de estos escasos títulos en que uno puede decir que le gusta más o menos, lo cual es muy respetable, pero objetivamente hay que admitir que se trata de todo un icono con gran peso en la industria: uno de estos juegos que marcó el inicio de algo mucho más grande.

  Queridas buenas gentes lectoras, agarraos dónde podáis, pues hoy nos encontremos frente a frente con Kratos: Fantasma de Esparta cuando entremos en el mundo del primer videojuego de la franquicia God of War.

  Sin más dilación, y como viene siendo habitual, voy a empezar describiéndote la trama.

  Espero que te guste el post.

«¿Ya empezó el post? Bueno, me cargo la culebrilla esa y enseguida estoy con vosotros».

  Nuestro viaje nos lleva a conocer un universo muy peculiar. Uno en dónde las leyendas y personajes mitológicos de la Grecia clásica son una realidad cotidiana llena de prodigios, pero que también resulta ser abundante en despiadadas guerras, situaciones trágicas… y monstruos.

  En un entorno de tales características, no es de extrañar que se den gran cantidad de guerreros legendarios y avezados militares, pues son tiempos duros en que los hombres de armas escriben su nombre en la historia con la sangre de sus enemigos y las batallas vencidas. Pero de todos ellos, debemos destacar a Kratos, soldado del ejercito de Esparta: nación famosa por sus bravos combatientes, que nada más nacer ya eran rigurosamente seleccionados (abandonando a los recién nacidos menos aptos o enfermos en el desfiladero de Taigeto), para posteriormente ser adiestrados con extrema dureza para que se acostumbraran a superar grandes dificultades (que entre otras cosas implicaba que apenas les dieran muy poco comer para que desarrollaran su astucia y habilidades para el hurto al tratar de conseguir alimento), y ser sometidos a un severo entrenamiento, junto a los soldados adultos, para perfeccionar sus habilidades en combate con solo siete años de edad. De modo que siendo así como se las gastaban los espartanos, imagínate como debía ser alguien para sobresalir por encima de los demás… ¡menudo bicharraco había que ser!

  Pues este era Kratos, uno de los que destacaba.

  Era tal su destreza y liderazgo, que rápidamente subió posiciones en el ejército, empezando su mandato siendo muy joven y con apenas un puñado de hombres a sus órdenes, pero que pronto se convirtieron en miles de fieles soldados que le seguían ciegamente. Por otro lado, nuestro protagonista es un sujeto salvaje, despiadado, de métodos tan brutales como efectivos, obsesionado por lograr la gloria de Esparta mediante la conquista de otras tierras con su poder militar. Como podrás suponer, inspiraba miedo entre aliados y enemigos. Tanto, que solo su esposa Lisandra (madre de su hija Calíope) era capaz de hacerle frente, soltándole las verdades a la cara: que lo único que le importaba realmente era su propia gloria, y que su afán por alcanzarla iba demasiado lejos.

  Pero las palabras de su amada no detuvieron a Kratos, que al mando de su ejército seguía luchando y derramando sangre en cada una de sus campañas. Hasta que un triste día, se enfrentó a los bárbaros del norte, quienes cayeron sobre los espartanos sin piedad.

El rey bárbaro Alrik con algunos de sus hombres. ¡Aquí se va a liar parda!

  Más que una batalla, aquello fue una carnicería.

Kratos, que nunca antes había conocido la derrota, veía con asombro como sus hombres caían masacrados ante tan atroz enemigo. E incluso él mismo habría muerto de no haber sido porque, en el momento en que el rey bárbaro Alrik estaba a punto de darle el golpe definitivo, el espartano levantó la vista y proclamó unas palabras que cambiarían su vida para siempre.

  “¡Ares, destruye a mis enemigos! Y mi vida será tuya”.

  En este mismo instante, el cielo se partió por la mitad, y el dios de la guerra Ares bajó del monte Olimpo al instante para otorgarle a su nuevo siervo el poder de ganar la batalla: las espadas del Caos, cuyas hojas estaban imbuidas con el poder de Ares, y que permanecerían sujetas al cuerpo de Kratos por cadenas unidas a su carne.

  De este modo, el espartano se convertiría en el más fiel seguidor de Ares y se dedicaría a cumplir sus órdenes: conquistar nuevos lugares, invadir distintos pueblos, y sobre todo, destruir los templos de otros dioses. Se acabó buscar la gloria de Esparta, ya solo importaba la del dios de la guerra.

  Sin embargo, había un cabo suelto. Y una triste noche, Ares urdió un maquiavélico ardid con el que engañar a Kratos y “solucionar esta eventualidad”.

Ares, dios de la guerra.

  A raíz de este plan se desarrollarían una serie de trágicos acontecimientos para el espartano, cuya piel se volvería blanca como la Luna llena y quedaría permanentemente acosado por aterradoras pesadillas que le atormentarían hasta el punto de rozar la locura. Desde aquel momento, nada podía satisfacerle, nada le provocaba gozo ni placer, por lo que Kratos decidió abandonar a Ares para servir a los demás dioses del Olimpo con la esperanza de que estos pudieran acabar con su insoportable pesar.

  Pasó diez años a sus órdenes, en vano.

  Una década de sufrimiento constante.

  Hasta que un día, tras una peligrosa aventura travesía por el mar Egeo, el espartano decidió reclamar a Atenea lo que se le había prometido, y la diosa de la sabiduría le ofreció el trato definitivo.

  “El mayor de los desafíos te aguarda en Atenas, ciudad que ahora mismo sitia mi hermano Ares. Mientras hablamos, Atenas está al borde de la destrucción. Es voluntad de Ares que caiga mi gran ciudad. Zeus ha prohibido a los dioses que luchen entre sí. Por esta razón, debes ser tu Kratos (…) quien acabe con él. Completa esta última tarea, y se te perdonará este pasado que te consume”.

  Y así, nuestro protagonista inicia una peligrosa odisea por hostiles y exóticos parajes, en búsqueda de una arma legendaria que le permita acabar con su antiguo señor y alcanzar el fin de su padecer.

¿Qué increíbles desafíos deberá superar? ¿que parajes deberá recorrer? ¿Que enemigos tratarán de impedir que logre su objetivo? ¿Cual es esta arma que puede derrotar a un dios? Y sobre todo, ¿que ocurrió en aquella fatídica noche en que Kratos vio palidecer su piel? Si quieres saber la respuesta a todas estas preguntas y descubrir la historia de este juego, ya sabes lo que te toca: jugarlo. Pues yo no te lo voy  a contar.

La diosa Atenea habla a través de una estatua de sí misma.

A lo largo de esta semana, mientras me documentaba para poder escribirte este post, me ha chocado mucho ver que en el making off de este juego se puede ver a su director creativo David Jaffe (muy implicado en la creación de juegos como Drawn to Death o la saga Twisted Metal), explicando como le venían a la mente varias películas de su niñez mientras trabajaba en este título, y hablando de la experiencia que fue el desarrollo de God of War junto a todo el resto del equipo durante los tres años que necesitaron en Santa Monica Studio para llevarlo a cabo. Pues lo describe como una experiencia intensa y llena de fuertes emociones. Sea como sea, no se puede negar que buena parte de esta energía, de estas sensaciones vividas por el equipo de desarrollo, quedan muy bien representadas en el juego.

Para expresarte mejor esta idea, permíteme comentarte al respecto de las mecánicas de juego que ofrece este título hack and slash, dónde no se cortan un pelo con la sangre ni las ejecuciones brutales.

Para empezar, nos encontramos con que el personaje principal tiene varios de los movimientos característicos de su género, como son el ataque rápido pero de poca potencia y otro más potente pero mas lento en su ejecución, los cuales pueden alternarse en distintas secuencias para crear combos incluso en pleno salto. Siguiendo con las acciones típicas que abundan en títulos parecidos, encontramos el salto, correr, escalar superficies aptas para ello, bloqueo, esquivar… en fin, supongo que te haces una idea. Sin embargo, a la hora de repartir estopa entre los diferentes seres infernales que forman las tropas enemigas, en God of War encontramos otro comando base: el agarre, que permite abalanzarnos sobre los enemigos y (según su tipo) acabar con el mismo de forma brutal con una sola acción (la ejecución de agarre a las arpías me dejó con la boca abierta la primera vez), inmovilizarlo para acarrearle una serie de golpes, usarlo como proyectil arrojadizo contra otros enemigos, e incluso iniciar una secuencia de botones en forma de Quick Time Event que nos permitirá acabar con dicho enemigo de forma espectacular, más rápida, e incluso puede que con una recompensa añadida en forma de orbes verdes de salud, azules para rellenar el indicador de magia con que lanzar poderosos conjuros gracias a diversas reliquias, o los rojos, que sirven como moneda del juego para mejorar las armas y otros elementos ofensivos. Y por cierto, los orbes rojos también son un bonus añadido que se obtiene al acabar con los enemigos o hacer combos especialmente largos de lo más vistoso. Todo ello, sumado al acertado ritmo de los combates, nos ofrece una experiencia de acción muy bien llevada que apenas ofrece un segundo de respiro: intensa, inmersiva y brutal, pero que al mismo tiempo permite experimentar con las diferentes combinaciones de botones a tu gusto, e incluso ofrecerte un cierto margen de decisión sobre el modo de acabar con los enemigos. Eso al mismo tiempo que vas consiguiendo las diferentes mejoras del personaje, y nuevas habilidades, con el suficiente espacio entre sí como para que te vayas familiarizando con todas las acciones y ataques que se pueden llegar a realizar a lo largo de la aventura. Lo cual me parece absolutamente fabuloso, no solo porque te permite aprender gradualmente a dominar el juego de forma muy natural, sino que el transmite muy bien al jugador la sensación de sentirse cada vez más poderoso, junto al protagonista, y gozarla a lo grande.

«!Marchando un poco de magia¡»

Por si todo esto te pareciera poco, ocasionalmente nos encontramos con unos pocos acertijos con los que dar un poco de marcha a las neuronas, o diversos desafíos de habilidad de diversa índole. Pero sobre todo, y pese a que el juego es bastante lineal, el diseño de escenarios nos ofrece un cierto elemento de exploración para encontrar zonas secretas llenas de objetos que nos vendrán de perlas en nuestro periplo: como los ya mencionados orbes (especialmente rojos), así como las plumas de fénix y los ojos de gorgona, los cuales aumentan la capacidad máxima de nuestros marcadores de magia y salud respectivamente cada vez que encontramos seis de ellos.

Además, si algo tiene este God of War es que da guerra para rato. Y no lo digo solo por los cuatro niveles de dificultad que tenemos a nuestra disposición ni por su experiencia de juego, sino porque aparte de los secretos mencionados (y otros más que me dejo en el tintero), podemos encontrar varios extras que alargan la vida jugable de este título y que animan a rejugar varias veces, como son la búsqueda y posterior uso de los diferentes trajes alternativos (la mayoría de los cuales son la risión suprema y encima otorgan interesantes ventajas), desbloquear los distintos mensajes escondidos, y adentrarse en los temibles Desafíos de los Dioses, en dónde encontraremos 10 salas llenas de retos con que ponernos a prueba.

Vamos, que si te ves con ganas (y el juego ya se ocupa muy bien de que las tengas), aquí hay juego para largo pero sin llegar a ser un juego exageradamente extenso, sino que cuenta con una duración de lo más razonable y equilibrada.

Pero sin lugar a dudas, otros de los aspectos que contribuyen a transmitir estas sensaciones del equipo del juego que te comentaba antes, y que personalmente me ha fascinado siempre que he rejugado este título, es su historia. Tanto por el modo en que esta se te explica a medida que avanzas en la aventura (sin seguir un orden cronológico pero que al mismo tiempo es muy coherente y ágil), así como toda esta impresionante inspiración en la mitología griega que el juego desprende por los cuatro costados: leyendas, mitos, dioses, monstruos, objetos místicos, lugares… todo ello contribuye a crear un lore de juego realmente extenso y un universo en dónde todo es posible, pero también creando un entorno en dónde el peligro y la acción esperan tras cada esquina. Es decir, un mundo a la medida de un personaje protagonista solido e increíblemente carismático. Pues si a primer golpe de vista Kratos se caracteriza por ser un sujeto agresivo, salvaje, dotado de un espíritu guerrero atroz, y constantemente consumido por una gran ira interna, a medida que vas jugando también es fácil darse cuenta de que esta es solo una de las muchas facetas de un personaje tan completo como complejo, y muy humano, con sus momentos de flaqueza, emociones, aspiraciones y su pasado, como cualquier hijo de vecino, como tu y como yo. En definitiva: un personaje con el que es fácil empatizar, y que está a años luz del arquetípico guerrero hipermusculado que se dedica a repartir hostias como panes a diestro y siniestro porque no hay nada mejor que hacer.

«Muertos vivientes a mí… ¡venid majetes, que aquí os espero!»

Por otro lado, y pese a que ya ha llovido lo suyo desde que este juego vio la luz en marzo de 2005 para mi queridísima PS2, tengo que admitir que los escenarios y fondos de este juego me siguen sorprendiendo después de tanto tiempo desde que lo jugué por primera vez. Me da la sensación de que siempre hay algo nuevo que ver y descubrir en muchos de los lugares dónde se lleva a cabo la acción, aparte que se nota el mimo y dedicación que tiene este juego en cada detalle (por poner unos ejemplos: animaciones como la ejecución de las gorgonas se rehicieron infinidad de veces y las acciones realizadas con captura de movimiento me resultan de lo más curioso).

 Pero dónde me quito el sombrero, es con los doblajes.

Vamos, no se quien sería el director de doblaje en cada ocasión ni en que se basaría para seleccionar a los actores que finalmente fueron elegidos, pero las dos versiones que he escuchado (en castellano y la original en inglés) me parecieron una absoluta maravilla.

 A este efecto, quiero destacar la participación de Juan Navarro Torrelló y Terrance Carson como Kratos en sus respectivos idiomas, o Linda hunt y Mercedes Espinosa como la voz en off que nos va narrando la trama, así como el trabajo de Carole Ruggier como Atenea (diosa a la que también pondría voz en el audio inglés de Age of Mithology), y Abel Navarro como Ares en español. Eso solo por nombrar algunos, porque realmente todo el elenco hace un trabajo soberbio. Se me pone la piel de gallina con los personajes soltando algunas líneas de diálogo que son verdaderas perlas. Si ya te has pasado el juego y quieres saber más al respecto, te animo que busques por tu cuenta las diferentes actuaciones de voz en ambos idiomas, porque no tiene desperdicio.

Lo mismo podría decir de la banda sonora, cuyas composiciones creadas por Gerard K.Marino, Ron Fish y compañía, con estos cánticos acompañando la música en varias ocasiones, nos hacen sumergirnos aún más en el juego gracias a temas como Kratos And The Sea, The Splendor of Athens, Exploring The Ruins, Underwater World of Poseidon de Winifred Philipps, o Zeus Wrath Divine (este último perteneciente al compositor Cris Velasco).

 Conclusionando: Hasta el más paciente y bondadoso de los mortales tiene algún mal día que otro y se acaba mosqueando, experimentando así varias de las mismas emociones que vive nuestro espartano (si es tu caso al leer esto :te deseo mucho ánimo y que todo pase pronto). Pero la verdad que no es necesario sentirse así para poder disfrutar de este juego de acción frenética, cargado de épicos combates, tan pulido en prácticamente todos sus aspectos, y con una historia que no podrás dejar de seguir, pero sobre todo, con una experiencia de juego que te hace sentir poderoso mientras te enfrentas a hordas de enemigos mitológicos, logrando que te diviertas a lo grande.

 Como prueba de todo ello, no hay más que ver la impresionante cantidad de merchandising que existe al respecto, incluyendo camisetas, funkos, figuras de acción, cómics… y ojo, porque se rumorea que está al caer una película de acción real inspirada en el mundo de este juego.

 Pero por encima de todo, es necesario nombrar la impresionante franquicia que empezó este primer God of War (apostaría a que en Sony Entertainment ni llegaron a imaginar la que se iba a armar con este título cuando aceptaron distribuirlo), pues al momento de escribir estas líneas, la franquicia cuenta con más de 15 títulos confirmados (incluyendo remasterizaciones, recopilatorios y demás). Así que no hace falta acudir a ningún oráculo para intuir que hay Kratos para rato, gracias a los dioses.

En esta imagen solo aparecen cinco… pero hay más.

Y hasta aquí llega este post, dedicado a este juego perteneciente a un género que me encanta, y que he disfrutado en varias ocasiones. Pero lo importante es lo que tu opines al respecto, ¿has jugado alguna vez a este título u algún otro de la franquicia? ¿que te pareció? ¿hay otros juegos Hack and Slash que hayas probado? Ya sabes que tus comentarios son más que bienvenidos.

      Como recomendación de la semana, quiero presentarte nuevamente una de estas iniciativas que tanto me gustan y que se sirven de los videojuegos como medio para hacer un gran bien a quienes más lo necesitan. Me estoy refiriendo a Fundación Juegoterapia, cuya finalidad me parece más que admirable. La idea salió en 2010, cuando a su fundadora Mónica Esteban se le ocurrió darle una PlayStation a un niño ingresado por un tratamiento de quimioterapia. En un ambiente tan atemorizante como este, echar unas partidas cambió el modo en que este joven aventurero vivió su experiencia. Desde entonces, el proyecto Juegoterapia se dedican a recoger consolas y videojuegos para donarlos a los hospitales, además de recaudar donativos de socios, y voluntariado, para crear jardines, áreas de juegos, y hasta cines para que los niños con cáncer. Te dejo el link directo con todas sus actividades, proyectos, información, y modos en que se puede colaborar con su gran labor.

www.juegaterapia.org/

 De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!

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  Y ya me despido de ti hasta el próximo domingo 19 de setiembre. No sin antes recordarte que ya está disponible en formato digital mi libro LOS OTROS TÚ: Relatos de ciencia-ficción y terror en otros universos.

 Espero que te guste.

 Hasta entonces, te deseo feliz semana. Cuídate mucho y pásalo bien.

Me pregunto si tirando del palitroque este conseguiré llegar al post del domingo que viene. Mientras lo averiguo, te deseo una muy feliz semana y nos vemos a la próxima.

Comments

  1. Ya nos hemos cansado de repetir si nos observas por algún sitio porque ya nos conoces demasiado y ahora vas y haces reseña de uno de nuestros videojuegos favoritos!!! 🤣🤣🤣
    Bromas aparte, el señor Kratos no debería tener quejas tras recibir tamaño homenaje con cada una de las palabras que has escrito en este/tu post.
    Uno de esos grandes juegos del catálogo de PS2 y de la historia de los videojuegos y que hay que probar al menos una vez aún si gustar el género al que pertenece.
    Como curiosidad a nosotros llegó por casualidad en la época en la que estabamos estudiando el bachiller de humanidades y al ver la portada y la sipnosis el juego se nos vendió solo pues la mitología clásica la teníamos en vena (y en libros) por entonces.
    Eso hizo que entrase en nuestro top de juegos favoritos además de sus grandes secuelas.
    Lo dicho, enorme post que compartimos ya mismo.
    Un abrazote, amigo!!!

    1. ¡¡Hola Presstartcook, encantado de saludarte :D!!
      Ups… ¿Qué puedo decir ante esto?, no te espío en absoluto, así que… ¿será que las grandes mentes piensan de forma parecida y por esto acierto casualmente tus gustos? 😊😊😊
      Desde luego es un pedazo de juego impresionante y me fascina la historia de este primer juego (sin decir que la de los siguientes no me guste, ojo). Me llaman especialmente la atención los diálogos, tan llenos de frases épicas de estas que se te quedan en la cabeza, y encima me parece una genialidad que el entorno esté inspirado en la mitología griega.
      Ostras, que manera más curiosa de llegar hasta este juego. Si me llegas a decir que aprobaste algún que otro examen gracias a lo que aprendiste de mitología clásica gracias a God of War, habría sido apoteósico XDXD. Pero bromas aparte, estoy seguro que muchas personas han sentido interés y curiosidad por esta rama de la cultura gracias a la primera trilogía de esta franquicia, lo cual me parece algo realmente positivo.
      Pero para positividad, la que desprendes por los cuatro costados, Maestro Cocinero. Como siempre, es un placer y un honor que te dejes caer por aquí 😊 .
      Un abrazo bien grande y nos seguimos leyendo.

  2. No es de mis hack’n slash favorito (aquí otro fan del género) pero te mentiría si te dijera que no disfruté como un enano del primer God of War (el segundo es otro cantar xD).

    Kratos me ofrecía todo lo que buscaba, acción, sangre, violencia gratuita y una historia para gente fácilmente impresionable como yo. Todo ello aderezado con un apartado técnico sublime. Viendo las capturas de tu post me sigo sorprendiendo de la calidad que derrochaba el juego en ese sentido.

    Obviamente no quiero irme de aquí sin aportarte mi anécdota. La salida de God of War me pilló estudiando el bachiller nocturno, justo en aquel momento estabamos dando mitología griega. La profesora que teníamos era tan buena y salí con tal emoción de la clase, que al día siguiente antes de entrar, me metí en la Fnac del Triangle y me compré el juego XD

    Y en cuanto al género del hack’n slash que te voy a decir, uno de mis preferidos, cosas como Ninja Gaiden, Devil May Cry o mi querido y amado Bayonetta, son tres títulos que me vienen inevitablemente a la cabeza cuando hablamos del género.

    ¡Tremenda entrada como siempre compa! ¡Un saludo!

    1. ¡¡Hola Suso, encantado de saludarte nuevamente :D!!
      Desde luego es un género de lo más disfrutable y con gran variedad de títulos que prometen mucha diversión, aparte de ser ideales para cuando uno necesita desestresarse un poco y sacar algo de tensión 😊. Y si bien este God of War no tiene porque ser el favorito de todos, hay suficiente variedad dentro del género como para que cada uno encuentre uno que le agrade. Y dicho esto, debo decirte que me parece que tienes muy buen gusto para los hack’n slash, porque desde luego no has nombrado ni uno malo. Personalmente me encantan las franquicias de Devil May Cry y de Bayonetta, a las cuales añadiría el Dante’s Inferno, que pese a ser bastante vapuleado por las redes al momento de su lanzamiento, me parece un título de lo más interesante.
      Pero entrando ya en materia, no cabe duda que las aventuras de Kratos ofrecen todo un despliegue de acción salvaje y brutal que es una gozada, aparte de combinar perfectamente en la mitología griega que sirve de base para su universo. Y como bien dices, el apartado técnico está muy cuidado. Siendo MUY quisquilloso, lo único que le sacaría a este juego es que me habría gustado que tuviera algún jefe más, pero esta es una cuestión personal que no quita que el juego sea una maravilla. Además, durante el proceso de documentación para este post he leído algo sobre los espartanos y he descubierto datos realmente sorprendentes que no conocía al respecto (el modo de entrenar a los niños me dejó con al boca abierta).
      Me encanta que vengas a visitarme y me dejes tus geniales anécdotas :D. Me parece una maravilla que tuvieras tan buena profesora que os despertara curiosidad sobre su asignatura e interés por los mitos y leyendas de la cultura griega, eso es que disfrutaba su materia y encima sabía enseñarla. Desde luego ya solo habría faltado que me dijeras que aprobaste algún examen de mitología clásica gracias a lo aprendido con este juego (esto habría sido impresionante), pero al margen de lo dicho, estoy seguro que gracias a este juego (y profesoras tan buenas como la que tuviste en tu bachillerato) hay varias personas que se interesaron por esta rama de la cultura general y empezaron a leer al respecto. ¡Para que digan que no se aprende nada con los videojuegos!
      Muchísimas gracias por pasarte y dejar tu simpático comentario.
      Un abrazo bien grande !!!!

Tus comentarios son más que bienvenidos.