Animación retro: El Coyote, el Correcaminos, ACME, y el origen de los Looney Tunes.

En setiembre del año 2013 llegó una serie puramente made in Disney que tenía una pinta de lo más peculiar. Me estoy refiriendo a Galaxia Wander (Wander over Yonder en su versión original). Fue creada por Craig McCracken, quien también es el responsable de que en su día pudiéramos ver series como Foster’s, la casa de los amigos imaginarios y Las Supernenas (o Chicas Superpoderosas según desde dónde me estés leyendo).

  Con semejantes trabajos en su haber, creí que valdría la pena darle una oportunidad y ver algunos capítulos. Al fin y al cabo, difícilmente se puede opinar sin ver antes. De modo que me puse manos a la obra para echarle un vistazo a unos cuantos capítulos por lo menos.

  En este show de animación conocíamos a Wander, un viajero espacial con un optimismo a prueba de bomba y que ama por encima de todas las cosas el prestar su ayuda a los demás, así como conocer gente nueva. Realmente es una bestia social, un individuo con una bondad inagotable que siempre ve el lado bueno de todo el mundo. En sus aventuras le acompaña su fiel corcel azul Sylvia, que si bien es maja gente, resulta ser una tía dura de armas tomar que no duda un segundo en reventar a puñetazos y golpes varios a todo villano que se le ponga al alcance.

  Y es que en este serie abundan todo tipo de sujetos malignos cuyo máximo interés se centra en conquistar cuantos planetas puedan alrededor de todo el universo, todo ello con tal de gobernar a sus atemorizados ciudadanos y obtener más poder. Aunque pueda parecer una broma, te garantizo que entre estos demoníacos individuos encontramos algunos tan variopintos como un tiburón discotequero e hipermusculado llamado Emperador Impresionante (también conocido como Emperador Asombroso o Emperor Awesome), Sandwich Maligno, o Lord Dominador.

  Sin embargo, el antagonista recurrente del show resulta ser Lord Fobia, también conocido como Don Odión o Lord Hater, quien resulta ser un humanoide con cabeza de esqueleto, temibles poderes mágicos, y muy mal carácter (¿de que otra serie de animación me suena este concepto? Guiño “por el poder de Grayskull” guiño). Este antipático y ambicioso sujeto cuenta además con una impresionante nave galáctica en dónde viaja esparciendo el mal por todo el cosmos con la ayuda de su fiel ejército de ojos soldado.

   Pues bien, adivina como «se enfrenta» el alegre Wander a esta caterva de seres ávidos de cometer fechorías por toda la galaxia. ¿Acaso dispone de un potente armamento de tecnología altamente avanzada?, ¿es un bravo espadachín?, ¿un poderoso mago? ¿es cinturón negro en Kung Fu Sideral? Pues nada de eso. Resulta que el “súper poder” de tan alegre aventurero buenrollista es… ser buena persona. 

Tal cual.

Es más, el “héroe” de este show llega al punto que cuando los villanos necesitan ayuda para proyectos de fines no-malignos, Wander es el primero en ofrecerles una mano. Y combinado a que tiene tal suerte que parece poseer su propio trébol de siete hojas (cinco gallifantes para quien pille esta referencia), este aventurero terminaba logrando que los villanos del show acaben por perder la concentración, se pongan nerviosos, y sus planes fracasen al intentar deshacerse de él.

Por supuesto, esto último lo lograba sin proponérselo siquiera, para mayor hilaridad del espectador y desesperación de los malos.

Sylvia, Wander, y Lord Fobia con sus esbirros. Lo que tiene que aguantar este pobre villano no está pagado, en serio.

 En opinión de este que te escribe, dicho show tenía momentos muy ñoños y sobredosis de canciones, pero por otro lado ofrecía momentos muy divertidos e incluso podías a pasar un rato de lo más entretenido con sus episodios. Por ejemplo,  cuando los villanos trataban de acabar con Wander de formas muy diversas y con enrevesados planes absurdos, de los que siempre lograba escabullirse como si nada, ya fuera gracias a su buena estrella o apareciendo lejos del peligro por estar distraído mirando una flor, una mariposa, o algo así. En definitiva, que debido a la ocasional dinámica “gato y ratón” de la serie y la increíble capacidad que tenía el “héroe” para salir de las trampas enemigas sin el menor esfuerzo, me recordaba vagamente a otros dos de personajes animados con que los que  me llegué a reír un montón en mi infancia  (y con los cuales lo sigo pasando en grande actualmente).

  Me refiero a dos míticos adversarios de los Looney Tunes que, casi con total seguridad, una inmensa mayoría de vosotros conocerá de haber soltado una sonora carcajada gracias a sus peripecias. Ni más ni menos que Wilhelm E. Coyote y el Correcaminos.

  Por si acaso se da la circunstancia que alguien no los conoce todavía (lo cual sería algo muy respetable), permitidme que os relate la trama habitual de sus cortos animados y os presente a estas dos entrañables caricaturas.

  En la inmensa mayoría de los episodios, la acción transcurre en los extensos y desérticos parajes rocosos propios de Estados Unidos, por dónde pasan kilométricas y solitarias carreteras que llegan hasta dónde alcanza la vista. En estos entornos salvajes, abundantes tanto en precipicios como cactus, vive Wilhelm E.Coyote, astuto depredador de las praderas con un gran ingenio y creatividad pero con más hambre que Carpanta. De repente, en el horizonte se levanta una polvareda que se desplaza por la carretera a la velocidad del rayo, lo cual llama la curiosidad del salvaje cánido. Resulta que el origen de este fenómeno proviene del Correcaminos, un ave desértica capaz de correr a velocidades tan extremas que es capaz de prender fuego al asfalto o bien lograr que este se desprenda del suelo. Aparte de lo dicho, este veloz pajarraco se caracteriza por sacar la lengua con un sonido muy característico, seguido de un graznido parecido al claxon de un vehículo pesado, sonando como “Beep beep”.

  Como podrás deducir con esta sagacidad que te caracteriza, o buena persona lectora que vives en el universo al otro lado de mi pantalla, al Coyote se le ponen los ojos como platos y empieza a salivar cosa seria ante la idea de capturar a este espécimen para asarlo con ajo, perejil y un toquecillo de pimienta, pasando de inmediato a zampárselo alegremente de una sola sentada (cosa que seguro no le llevaría mucho tiempo porque el Correcaminos en cuestión es todo cuello y pata… vamos, que tiene menos carne que la rodilla de un canario, pero cada cual sus gustos). Pero claro, de pensamiento a obra hay un buen trecho, además de que el avechucho repelentillo ese corre que se las pela. Y aunque en varias ocasiones el Coyote intenta atraparlo corriendo, nunca logra darle alcance, por lo que decide tomar otras medidas.

Pero mira que expresión de mala leche y de burla que pone el Correcaminos, oye. ¿Y este es el bueno? !Animo Coyote, que ya casi lo tienes!

  De este modo, y tras una breve presentación en que se nos presenta a cada personaje con un nombre científico ficticio (algo en plan “Carnivurus Vulgaris”, “Velocitus Incalculus” o similares), vemos como el Coyote idea ingeniosos y elaborados planes que le permitan hincarle el diente al escurridizo Correcaminos, dibujando varios esquemas más o menos técnicos para que el público pueda deducir que se propone, y que posteriormente pone en práctica con el uso de varios artilugios proporcionados por su principal proveedor de cachivaches, chismes, y cacharros varios: Industrias ACME, que según muchos es un acrónimo de American Company that Makes Everything (“compañía americana que hace de todo”), pero que en realidad es una parodia de las empresas de venta por catálogo y entrega por correo que tan populares se hicieron en los años 30. Dichas compañías acostumbraban a aparecer en los listines telefónicos de la época y en orden alfabético, por lo que aquellas cuyo nombre empresarial empezaran por la letra -A- tendían a tener mayor clientela. Se ve que el concepto le encantó a los creadores de los personajes, que decidieron usar eso para poner nombre a una empresa ficticia que apareciera en estos dibujos: ACME, la cual siempre estaba presente en todos y cada uno de los cortos del Coyote y el Correcaminos. Pero no fue en las aventuras de este par dónde se vio este nombre por primera vez, sino en un corto animado anterior de los mismos estuidos: Buddy’s Bug Hunt (1935). Sin embargo, este nombre para una empresa de ficción que fabrica productos de dudosa calidad se usó incluso ANTES de que a los creadores de Looney Tunes tuvieran la idea. Esto fue en la película cómica Neighbours, (está en YouTube y tal dato puede comprobarse en el minuto 15), que se estrenó en 1920 y fue protagonizada por la estrella del cine mudo Buster Keaton.

Fotograma de la película Neighbours con la primera aparición de «ACME» como empresa ficticia que elabora productos baratos de dudosa calidad.

  Y como de costumbre, ya me estoy liando.

  La cosa es que todos los planes de Wilhelm E.Coyote para capturar al escurridizo Correcaminos siempre terminaban mal para el desventurado depredador, ya fuera por que la suerte de su plumífera némesis pareciera no tener fin, por que los productos ACME fallaban más que una escopeta de feria (¿no serán de esa misma marca?), o por la propia incompetencia del Coyote. Por lo que siempre acababa sufriendo aparatosas desgracias en forma de caídas, lesiones, y explosiones de todo tipo.

  No cabe duda de que la fórmula usada en estos cortos resultó ser todo un acierto, pues al momento de escribir estas líneas, estos personajes fueron (creados hace más de setenta años), lograron que su fama trascendiera fronteras y generaciones, conservando siempre la misma dinámica. Como curiosidad, en todo este tiempo el Coyote solo logró capturar al Correcaminos EN UNA ÚNICA OCASIÓN. Si, lo has oído bien, a pesar de su ingenio, constancia, determinación, y contar con el apoyo de gran parte del público (entre los que me incluyo), este hambriento depredador solo logró atrapar a su presa una sola vez, y en circunstancias un tanto “especiales” que le impidieron comérselo (al fin y al cabo es de sentido común, pues de ocurrir lo contrario estos personajes perderían la gracia).

No hace falta ser ingeniero aeronáutico para saber que esto va a terminar mal.

Sin embargo, corren por internet varios vídeos fan made en que el pajarete ese termina siendo capturado por su eterno perseguidor. Incluyendo un montaje que mezcla diversos episodios y en dónde parece que el Coyote está comiendo algún tipo de ave al horno (cuando en el capítulo en que se basa este vídeo en realidad está tratando de comer un pollo de barro hecho por él mismo para engañar al hambre) y un final alternativo en que el gag de dibujar una carretera en la roca funciona. Para rizar el rizo, corre por ahí el rumor de que en 2009 un millonario japonés aflojó una buena pasta con tal de lograr un vídeo exclusivo que luego trascendió al público en general (lo cual es poco creíble, pero bueno). Por otra parte, tampoco he logrado encontrar ninguna evidencia de ello, pero si tu sabes algo al respecto te agradecería que me lo dijeras en la caja de comentarios.

Por otra parte, existen cortos como The Solid Tin Coyote de 1966, en los que el Correcaminos es momentáneamente atrapado pero logra escapar poco después. En este episodio en concreto, el Coyote logra tal hazaña sin la ayuda de ningún producto ACME, pero debido a su propia ineptitud, el pajarraco toma consigue tomar las de Villadiego y le deja con un palmo de narices (gracias compa Proof Itachi por este dato :D).

A continuación te dejo un link al corto Soup or Sonic de Merrie Melodies, que fue emitido en mayo de 1980 dentro del especial para televisión Bugs Bunny’s Bustin’ Out All Over. Este fue un capítulo muy especial dentro del universo Looney Tunes, pues se trata de esta única vez en que Wilhelm E.Coyote logra dar caza al Correcaminos sin que este escape e incluso se considera canon. Aunque como te puedes imaginar, hay gato encerrado en todo el asunto y el Coyote no se encuentra en las… ejem… «condiciones óptimas» para devorar a su presa. Espero que lo disfrutes.

Soup or Sonic (1980)

Pero antes de seguir adelante con la historia de estos eternos rivales, cabe preguntarse como surgió la idea de llevar a cabo sus peripecias animadas. Para responder a esto, te invito a que me acompañes en un pequeño viaje a través del tiempo en nuestro propio universo, no solo para descubrir su origen y creador, sino también el de los mismísimos Looney Tunes (todo ello explicado a grosso modo porque el tema de mucho de sí y no es plan hacer un post de tropecientas páginas ^_^).

Agárrate dónde puedas, pues va a ser un viaje lleno de nombres y acontecimientos clave en la historia de la animación tal y como la conocemos.

Los primeros pasos para crear a todos los personajes clásicos como El Diablo de Tasmania, el Pato Lucas, Speedy Gonzalez, Sam Bigotes, y todos los demás, se empezaron a dar cuando en 1930 el productor Leon Schlesinger  advirtió el tremendo potencial que podía tener el cine sonoro, y decidió asociarse con unos individuos que tienen mucho que decir al respecto de este tema: dos ex-animadores de Disney llamados Rudolf Ising y Hugh Harman, quienes incluso llegaron a participar en los cortos de Oswald: The Lucky Rabbit (precursor de Mickey Mouse) junto a Charles Mintz. Es más, mientras todavía seguían trabajando para la compañía del Ratón Mas Grande del Mundo, Ising y Harman crearon un corto llamado Bosko: The TalkINK Kid  (1928), el cual marcaría un antes y después, pues se trataba del primer corto animado con diálogos de toda la historia, amén de servir como presentación del que técnicamente sería el primer Looney Toon (el mencionado Bosko).

Leon Schlesinger.

Cuando poco después salieron de la casa Disney por la puerta de atrás, Schlesinger se puso en contacto con ellos, le enseñaron este trabajo, y el productor quedó tan impresionado que rápidamente presentó el corto al mismísimo Jack Warner (presidente de la Warner Bros de quien ya tuve el placer de escribirte brevemente en el post dedicado al Diablo de Tasmania). Por supuesto, Jack Warner se quedó con la boca abierta al ver de lo que eran capaces Ising y Harman, por lo que estuvo plenamente de acuerdo con Schlesinger con dar luz verde al proyecto de Bosko. De este modo, los dos animadores fueron contratados de inmediato con una intención muy clara: la creación de un estudio de animación que sería conocido como (¡tachán tachán!): ¡¡Warner Bros Cartoons Inc!!.

Al principio, el estudio creado por Ising y Harman fue esencialmente subcontratado por Schlesinger (y por tanto Warner, pues por algo llevaba el nombre de esta gigantesca productora), pero no tardarían en realizar producciones animadas que serían colaboraciones de pleno derecho con Warner Bros, creando así lo que hoy conocemos como Looney Tunes y cuyos inicios fueron muy distintos a como los conocimos en su apogeo. De este modo llegaría su primer corto animado, que sería protagonizada por Bosko, y lanzado en una fecha inconcreta entre abril y mayo de 1930 (me he encontrado diversas fuentes con fechas distintas). A continuación te dejo un link directo para que puedas verlo.

Sinkin in the bathtub (1930).

Como has podido comprobar, este trabajo aún conservaba una fuerte influencia Walt Disney (muy en la línea de sus Silly Simphonies y su Skeleton Dance por poner un ejemplo). Sin embargo, también presentó un detalle que con el tiempo se convertiría en marca de los Looney Tunes, pues era la primera vez que un personaje se despediría de los espectadores diciendo aquello de  «Esto es todo amigos» («That’s all folks») al final. Dicha frase la diría el propio Bosko sin tartamudear, cosa que más tarde si haría el cerdito Porky al popularizaría la frase en 1946.

Pero me estoy adelantando a los acontecimientos.

La cosa es que Bosko tuvo tan buena aceptación, que Harman e Ising siguieron produciendo más cortos de este personaje. En concreto, uno cada mes durante un año entero, al mismo tiempo que seguían trabajando en mas personajes. Tras este periodo de tiempo, Schlesinger decidió que era el momento de lanzar otra serie aparte de Looney Tunes, la cual sería llamada Merrie Melodies (que tanto en Latinoamérica como en España conocimos como Fantasías animadas de ayer y hoy), la cual sería conducida principalmente por Ising. El primer corto de esta nueva serie, que en sus primeros años estaba más centrada en los temas musicales que quería presentar Warner Bros, sería Lady, play your mandolin (1931), en el cual también podíamos ver al personaje de Bosko. Pero en lugar de usar la celebre frase ya conocida al final, esta se cambiaría por «So long, folks». Personalmente no me llamo mucho la atención porque los dibujos animados que cargan demasiado la mano con canciones tienden a parecerme un poco pesados (sin decir que sean malos ni mucho menos… eso de las canciones en los dibujos es una manía personal que tengo). Pero si te interesa lo suficiente el conocer este apartado más musical de los primeros trabajos creados por Ising y Harman, puedes encontrar fácilmente este Lady, play your mandolin en YouTube).

Al momento de su creación en 1931, cada episodio de Merrie Melodies mostraría personajes distintos a los recurrentes que solían aparecer en Looney Tunes y se centraría más en la música, aunque con el tiempo estas diferencias entre ambas series desaparecerían y tenderían a tener básicamente la misma estructura que sería tan conocida más adelante.

Desgraciadamente, y pese al éxito que tenían ambas series, varios problemas financieros derivados por la fuerte crisis económica del momento (el crack de la bolsa de Nueva York que tuvo lugar en 1929 afectó a todos los sectores incluyendo la animación), hicieron que Harman e Ising terminaran su asociación con Schlesinger en 1933. De modo que estos dos grandes animadores no llegaron a crear ningún personaje que perdurara con el tiempo ni que llegara a formar parte de los Looney Tunes “clasicos” que todos conocemos, por lo que (injustamente) no se les acostumbra a otorgar el reconocimiento que se merecen al ser los precursores de lo que estaría por llegar. Y aunque volvieron a Disney con el rabo entre las piernas, también llegaron a trabajar haciendo animación para RKO Radio Pictures, por lo que mal del todo tampoco les fue.

Pero esta… es otra historia.

Unos años más tarde, lejos de quedarse llorando en un rincón, Schlesinger contrato a dos nuevos talentos sin mucho reconocimiento en aquel momento, pero que estaban destinados a revolucionar al mundo de la animación con trabajos tan increíbles como Honeymoon Hotel (1934), que daría mucho de que hablar al ser el primer trabajo en color de estos estudios (que no de la historia, ojo). Me estoy refiriendo a verdaderas leyendas como Ben Hardawy y Fred Avery, que terminaría siendo conocido como Tex Avery. A estos dos grandes se les uniría el individuo indirecta/directamente responsable de este post: el también legendario animador y director Chuck Jones, que catapultarían los estudios de animación de la Warner Bros hasta la era dorada de la animación (cuyo fin casi coincidiría con el cierre de WB Animation a finales de los sesenta).

Chuck Jones con varios de sus personajes.

Si os apetece que en otro post sigamos tratando la historia de estos míticos estudios de dibujos animados, puedes dejarme un comentario con tu sugerencia, o incluso te animo a que sigas investigando por tu cuenta, porque la verdad que el tema es interesante y da mucho de sí. Pero llegados a este punto del post, es conveniente que dejemos a un lado la trayectoria de Schlesinger y sus diversos trabajos como productor (incluyendo unos estudios con su nombre que serían propiedad de la Metro Goldwyn Mayer) para centrarnos en la figura que fue uno de estos talentosos individuos que te he comentaba anteriormente: Charles Martin Jones, más conocido por el público como Chuck Jones (21 de setiembre de 1912 en Spokane, Washington-22 de febrero del 2002, California). Pues gracias a este buen señor, de profesión caricaturista, director, animador, y muchas cosas más, fue el creador de grandes personajes que nos hicieron reír hasta la saciedad durante muchos años, tales como Marvin the Martian (al que vimos por primera vez en el corto Haredevil Hare de 1948), o crear los primeros bocetos del personaje que posteriormente conoceríamos como Bugs Bunny.

Pero a efectos de este post, el trabajo de Jones es realmente esencial, pues fue el creador de Wilhelm E.Coyote y el Correcaminos, en colaboración del guionista Michael Maltese.

Fue precisamente buscando nuevas ideas sobre dos personajes que se dedicaran a perseguirse mutuamente cuando tuvieron la ocurrencia de hacer los bocetos que desembocarían en el primero de sus cortos, estrenado en setiembre de 1949 y que ya presentaba muchos de los aspectos que se volverían característicos en cada una de sus apariciones, así como algunos de sus gags más memorables, como el de “Los Correcaminos no saben leer”. ¡La risión suprema!.

Fast and Furry-ous (1949). 

Ni que decir que estos personajes fueron un éxito inmediato que entraron por la puerta grande en la cultura popular. De modo que tras casi 72 años de historia que tienen al momento de escribirte estás líneas, aún siguen corriendo por ahí tan panchos en películas como Space Jam (1996) y la inminente Space Jam Legacy, así como The New Looney Toons (serie estrenada en 2014). Por supuesto, todo esto es aparte de sus versiones alternativas en series como Tiny Toons (en dónde fueron llamados Calamity Coyote y Little Beeper), Baby Looney Tunes, y  Loonatics Unleashed (siendo parte del grupo protagonista como el inventor Tech E.Coyote y el corredor Rev Runner).

  Pero por supuesto, la gloria y la fama llegó para este dúo llega gracias a sus más de 49 cortos animados. Entre los cuales encontramos auténticas maravillas como los clásicos Going! Going! Gosh! (1952), Zipping Along (1953), o There They Go-Go-Go! (1956) por nombrar algunos (quien busca halla, guiño guiño). Finalmente, War and Pieces de 1964 fue el último corto de estos personajes dirigido por Chuck Jones.

  Sin embargo, el Coyote no siempre se ha enfrentado al Correcaminos, pues en la trayectoria de este personaje autoproclamado como genio, hay un capítulo realmente especial en el que le vemos tratando de cazar al mismísimo Bugs Bunny. Y no solo esto, sino que además, le podemos oír hablar con gran elegancia y pomposidad gracias al celebre doblador Mel Blanc, que le pone voz. A continuación te dejo un link directo para que lo disfrutes alegremente.

  Operation: Rabbit (1952).

Y siguiendo con las curiosidades, tengo que admitir que desde el momento en que empecé a escribirte este post, tenía muchas ganas de investigar acerca de un episodio en que el Wilhelm E. Coyote se enfrenta a un hipermusculado perro pastor llamado Sam al que intenta birlare una oveja que llevarse a la boca. Todo ello  en un curioso entorno que trata ambos personajes como si fueran compañeros de trabajo en la misma empresa, y vecinos. Sin embargo, este personaje no es el mismo Coyote que persigue al Correcaminos, sino que se trata de uno totalmente diferente: El Lobo Ralph, el cual tiene el hocico rojo mientras que el de Wilhelm es de color negro, aparte de que Ralph se ve que no tiene presupuesto suficiente como para comprar productos ACME.

Te dejo link directo para que puedas reírlo a gusto, y comprobar que pese a ser personajes distintos, su suerte es la misma, y las risas son igual de abundantes.

  Steal Wool (1957).

  Volviendo al Coyote y el Correcaminos, seguro podrás imaginar que fue tal la repercusión que tuvieron estos dibujos animados que se reemitieron en infinidad de ocasiones durante décadas, siendo así parte importante de la programación televisiva que muchos de nosotros vimos en la niñez (estos sábados por la mañana viendo episodios clásicos de los Looney Tunes). Y por supuesto, no son pocos los anuncios comerciales en los que han aparecido, por no nombrar la cantidad de productos que llevan su efigie o están dedicados a ellos, sean merchandising o no. Entre ellos encontramos los clásicos peluches, camisetas, tazas, sujetalibros, freesbies, funkos, los libros DC Meets Looney Tunes de Tom King y Chuck Amok: The life and times of an animated cartoonist escrito por el propio Chuck Jones. Y hasta un coche deportivo llamado Plymouth Roadrunner (no es broma, pregunta a San Google). Todo esto por no hablar de los crecientes rumores acerca de una inminente película.

Sujeta libros (o lo que se tercie) de estos dos grandes personajes.

Por supuesto, no podía faltar videojuegos a punta pala en dónde controlar a ambos personajes. Entre algunos de ellos figuran el Death Valley Rally para SNES, Desert Demolition para Mega Drive, RoadRunner para Atari, y muchos más. Hasta el lobo Ralph tuvo su propio videojuego: Sheep Raider.

En definitiva. Puede que los tiempos cambien y la animación se reinvente constantemente, lo cual me parece genial porque así podemos disfrutar de series más actuales muy disfrutables como mi querida Gravity Falls, Historias Corrientes, Hora de Aventuras, Samurai Jack, o la anteriormente mencionada Galaxy Wander (y es que cada época tiene sus joyas). Pero si estos dos personajes llevan tanto tiempo persiguiéndose mutuamente y lograr que gente de varias generaciones se ría bien a gusto con sus andanzas, pues oye, por algo será.

¡Gracias Hugh Harman y Rudolf Ising!

Y hasta aquí llega este post.

Como recomendación de la semana, quiero hablaros del canal de YouTube que lleva un buen amigo del post: Proof Itachi. Entre sus vídeos podemos encontrar interesantes trabajos dedicados a distintos juegos indie (que buenos el Mechstermination o el Cyber Shadow), gameplays retro de lo más divertido (inolvidable este Taz-Mania, Streets of Rage, o el Donald Duck de Master System), así como experimentos de lo más curioso (que grande el vídeo de juegos aleatorios para la Atari 2600 y que mal cuerpo se le queda a uno con este The Lightkeeper). Además, tengo que agradecerle que me diera la idea para el post que acabas de leer.

 Si al igual que Proof Itachi quieres sugerir algún post para que lo escriba en el blog, ya sabes…¡ponlo en la caja de comentarios o mándame un privado por Twitter!

  Y a todas las buenas gentes lectoras del blog, os recomiendo de veras que le echéis un ojo a sus trabajos. Aquí mismo os dejo un link directo (que de links en este blog oye) para que podáis disfrutarlos.

www.youtube.com/channel/UCZAinNKGrV82abKH0R-Rxyw

  De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!

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  Sin más que añadir, volvemos a vernos el próximo domingo día 27 de junio. Un mes muy especial en el que, si todo va bien, se va a venir algo realmente grande al blog.

 Hasta entonces, te deseo feliz semana. Cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

Como colofón final de post, aquí os dejo con una viñeta del comic oficial de estos personajes, y en la cual se revela que la -E- en el nombre de Wilhelm E. Coyote significa «Ethelbert». Siendo así su nombre completo «Wilhelm Ethelbert Coyote». Sin más que añadir, feliz semana y hasta el próximo domingo buenas gentes :D.

Comments

  1. Pero que gran post y cuanto has tenido que correr para recopilar toda esta interesante información sobre la historia de estos personajes tan carismáticos y los origenes de los Looney Tunes.
    Has tenido que correr más rápido que el correcaminos y ser más listo que el Coyote para poder traernos este enorme trabajo con el que disfrutar al leerlo.
    De verdad, compañero, es para alabarte millones de veces y quitarse el sombrero!!! Que nosotros no tenemos ni tiempo ni para respirar casi xD!!!
    De momento compartimos igual de rápido para que se de a conocer más que la marca Acme!!!
    Nos leemos en el siguiente!!!
    Un abrazote, crack!!

    1. ¡Hola Presstartcook! 😀 Eres un fenómeno, un crack, un fiera, ¡¡un fuera de serie así de grande!! 😀
      De verdad, todo un placer saludarte de nuevo, y decirte que me encanta tu comentario 😀 XD.
      Es más, la has clavado de lleno, porque para poder llegar a escribir este post, lo de correr ha sido casi literal a lo largo de esta semana. Resulta que el tema que tenía pensado originalmente resultó no ser factible, y a media semana me encontraba compuesto y sin ni siquiera algo de documentación hecho a lo que agarrarme. Suerte que el también amigo Proof Itachi me dio la idea para este post y me puse manos a la obra. Pero no te creas, que esta vez a faltado muy poco para que me pillara el toro *^_^*. También te diré que lo he pasado en grande escribiendo este post y descubriendo los entresijos de estos dos grandes personajes, ACME, y el origen de los Looney.
      Alabanzas las que mereces tu compa, que gracias a personas tan maravillosas como tú, vale la pena volver a darle a la tecla cada domingo. ¡Eres genial!
      Gracias por todo, de todo corazón ^_^.
      Un abrazo bien grande 😀

Tus comentarios son más que bienvenidos.