Animación Retro: Los inicios de Walter Disney, Silly Simphonies, y la historia del pato Donald.

¡Saludos, oh buenas gentes lectoras que vivís en el universo paralelo al otro lado de la pantalla!

  Me alegro de saludarte y darte la bienvenida al blog.

  Como es habitual, te invito a que acomodes, te relajes alegremente y te prepares una agradable bebida a tu elección mientras te invito a que me acompañes en un nuevo viaje. Sin embargo, esta vez no iremos muy lejos. De echo, nos quedaremos en nuestro propio universo, pues el portal que he abierto para ti en forma de post nos trasladará al pasado de nuestra propia línea temporal.

«¡¡Oh boy, oh boy, oh boy!! Bienvenidas buenas gentes!!»

  La razón no es otra que tener la oportunidad de escribirte sobre Disney. Pero no de cualquier modo, pues si bien en pueden darse varios debates al respecto de las políticas que ejerce actualmente esta compañía (no son pocos los memes que bromean con que esta empresa terminará formando su propio gobierno mundial o nos muestran Estrellas de la Muerte con la forma de las orejas de Mickey Mouse), estos son temas que prefiero hablar fuera del blog pero de los que me encantaría poder debatir amigablemente contigo en Twitter o Instagram.

Así se nos presenta a Mickey en la gamberra serie de animación para adultos «Drawn Together».

  El post que te traigo va más bien dedicado al Disney más “clásico” y cercano al trabajo de la persona que empezó todo este mundo de fantasía. El Disney relacionado con películas tan emblemáticas de estos estudios de animación como La bella Durmiente (1959), Blancanieves (1937), o Robin Hood (1973). Aunque tampoco hace falta que nos remontemos tan atrás en el tiempo, pues hay películas de Disney que son algo más recientes en comparación a las anteriores pero que seguro han hecho las delicias de muchos de vosotros en vuestras infancias, como por ejemplo La Sirenita (1989), El Rey León (1994), o Aladdin (1992), que es una de mis favoritas.

  Vamos, que de algún modo, las producciones de estos estudios de animación forman parte de la niñez de muchos de nosotros hasta el punto que no solamente sus películas más emblemáticas son ampliamente conocidas por muchos de vosotros, sino que sus personajes más clásicos y representativos han estado acompañándonos en el proceso de crecer. Así encontramos, evidentemente, a Mickey Mouse y otros personajes entrañables que siempre le acompañan, como el perro Pluto, las ardillas Chip y Chop, el caballo Horacio, lo que sea que es Goofy… y mi favorito de entre todos ellos con diferencia: el pato Donald.

He leído por ahí que Goofy es oficialmente un perro. Vaya a saber usted de que raza, pero es un perro. No acabo de verlo claro.

  Así es. Este personaje clásico ha sido siempre el que me ha caído más simpático, muy seguramente por ser aquel con el que más me he llegado a reír, tanto por su ininteligible forma de hablar (la de vasos de limón caliente con miel que deben haberse tomado sus actores de doblaje), como por su forma de ser. Y es que este hilarante palmípedo siempre ha logrado sacarme una sonora carcajada con sus aventuras y peripecias en diversos formatos.

  Y precisamente a él va dedicado este post.

   Sin más dilación, te animo a que saques el polvo a tu traje de marinero de la primera comunión y me acompañes en este nuevo viaje a través del tiempo para conocer a este singular personaje en mayor profundidad.

   Espero que te guste el post y… ¡a por el pato!

  Pero antes de entrar en materia, demos un salto atrás en el tiempo.

  Al principio de todo.

Hasta el más exitoso fue de nivel 0 alguna vez

  Remontémonos hasta los primeros días de diciembre del año 1901. Una vez ahí, el portal nos debería dejar en el barrio de Hermosa (Chicago, Illinois), dónde nació un sujeto indispensable para la creación del personaje de Donald Duck, y por lo tanto, es el lugar dónde empieza esta historia.

Desde luego parece un lugar tranquilo.

  Este individuo fue el menor de cuatro hermanos que respondían a los nombres de Herbert, Raymond, y Roy (ojo con este porque luego volveremos a saber de él). Sin embargo, la vida da muchas vueltas, y las circunstancias quisieron que los padres de nuestro protagonista se trasladaran a una granja en las afueras de una pequeña población llamada Marceline (Missouri) cuando este todavía era un bebé. Desde una edad muy temprana, este personaje empezó a sentir un gran interés por el dibujo y la pintura en general, hasta tal punto que con frecuencia tomaba el periódico de su padre para copiar las caricaturas que aparecían en las tiras cómicas.

Nuestro joven protagonista.

  Era algo innato en él. Dibujaba a todas horas y cualquier cosa que tuviera que ver con la el dibujo le llamaba poderosamente la atención. En poco tiempo llegó a crear tal técnica, que a la edad de siete años dibujó un caballo propiedad de un veterinario jubilado del que era vecino, el cual se quedó tan impresionado por el boceto realizado por un niño tan pequeño que decidió comprárselo al muchacho, lo cual le animó todavía más a realizar su sueño de llegar a convertirse en dibujante profesional.

  De este modo fue como Walter Elias Disney logró unos primeros beneficios gracias a su talento como dibujante.

  Cómo anécdota queda muy bonito de escribir y no deja de ser una curiosidad de lo más interesante que muchos podrían describir como profética, pero la vida tiene sus propios planes y hay que llenar la nevera. De modo que el pequeño Walt tuvo que mudarse de nuevo con toda su familia, pues su padre (Elias) contrajo unas fuertes fiebres tifoideas que obligó a la familia a trasladarse hasta Kansas City. Allí, Elias encontró trabajo como repartidor de periódicos para los rotativos The Kansas City Times y Kansas City Star (este último de edición vespertina). Labor que Elias llevaba a cabo con la ayuda de sus dos hijos Roy y Walter, quienes realizaban su parte de la ruta de reparto antes de acudir al colegio, y la repetían de nuevo al salir para entregar el periódico de la tarde. Como podrás imaginar con esta sagacidad que te caracteriza, el pequeño Walter Disney (que para entonces contaba con apenas 10 años de edad), iba agotado y prácticamente se dormía en clase, lo cual le afectó gravemente en sus notas escolares.

  Pero Walter era una persona de lo más tenaz, y esto no hizo mella en su empeño por llegar a ser un gran artista. Pese a lo cansado que iba siempre entre semana, aún sacaba tiempo para hacer cursos de dibujo por correspondencia y acudir a clases especiales en el instituto de arte de Kansas City todos los sábados. Además, fue precisamente en esta época dónde conoció a alguien que ejercería una gran influencia sobre el y su trabajo futuro. Me estoy refiriendo a su amigo del colegio Walter Pfeiffer… aunque bueno, teniendo en cuenta que años más tarde Pfeiffer terminaría trabajando con Disney como guionista, está por ver quien influyó a quien.

Pfeiffer y Disney: Los dos Walters.

Pero me estoy adelantando a los acontecimientos.

Pfeiffer provenía de una familia original de Illiniois que además eran muy aficionados al teatro y la cinematografía, lo cual captó inmediatamente la atención de Walter Disney. Al final, entre eso, su amistad con Pfeiffer, lo bien que se lo pasaba con la familia de este y lo mucho que llegaba a aprender con ellos sobre el mundo del espectáculo y los escenarios, el pequeño Walt Disney llegó a considerar la casa de su mejor amigo como su segundo hogar. ¡Incluso llegaron a protagonizar una pequeña obras de vodevil llamada Los dos Walters!

Aún con las malas calificaciones escolares debido al cansancio que arrastraba, Walter Disney logró pasar a la educación secundaria. Combinaba sus estudios con un trabajo como vendedor de golosinas cerca de la estación de tren, al mismo tiempo que conservaba su amistado con Walter Pfeiffer, y dibujaba para el periódico del Instituto de Secundara McKinley de Kansas al que acudía. ¡Y vaya dibujos que hacía! Nadie lo diría teniendo en cuenta la fama de ser excesivamente “family friendly” que tiene la compañía Disney hoy en día, pero el adolescente Walter Disney enfocaba sus trabajos para dicha publicación sobre la Primera Guerra Mundial (triste acontecimiento que estaba en todo su apogeo en aquel momento). De echo, en todas las fuentes que he consultado a través de las redes, he podido descubrir que Disney usó su talento con el dibujo para falsificar su edad tras ser rechazado por no tener la mínima para enrolarse en el ejército, y así poder viajar a Europa para luchar contra los alemanes. Y por poco lo consigue, pues fue enviado a Francia como conductor de ambulancia de la Cruz Roja el mismo año en que terminó el conflicto, en 1918 (de modo que poca lucha pudo hacer, pues ni siquiera llegó a entrar en combate).

La práctica hace al maestro.

Al terminar la guerra, Walter Disney regresó a Kansas City para seguir con su sueño de llegar a ser dibujante profesional allí dónde lo había dejado, y de este modo entró a trabajar en la empresa Pesmen-Rubin Commercial Art Studio, la cual se centraba en crear imágenes para propaganda, catálogos por correo, y programas teatrales. Ejerció de aprendiz y conoció a Ubbe “Ub” Iwerks (de quien ya tuve el placer de hablarte levemente en el post de CupHead: La Segunda Taza). Evidentemente, en aquel momento Disney no lo sabía, pero acaba de conocer a quien se convertiría en uno de los principales dibujantes de la película Bambi (1942), y muy posiblemente su mejor amigo. Desgraciadamente, en la Navidad de 1920 la empresa sufrió un fuerte desplome de ventas, y como consecuencia, Werks y Disney fueron despedidos.

El arte de no rendirse jamás

¡Era la oportunidad perfecta para que ambos se lanzaran a la aventura de crear su propia empresa: Iwerks-Disney Commercial Artists!… la cual decidieron cerrar al cabo de pocos meses porque en aquel momento Disney prefería trabajar por cuenta ajena en lugar de seguir adelante con su propia aventura empresarial. De modo que Walter Disney entró a trabajar en la Kansas City Slide Company con un sueldo de 40$ a la semana. Sin embargo no fue solo, pues logró convencer a sus nuevos jefes de que contrataran también a Iwerks. Ambos siguieron aprendiendo sobre el oficio de la animación y perfeccionando su trabajo como dibujantes.

Ub Iwerks.

A lo largo de los años siguientes, Disney e Iwerks empezaron a crear pequeños trabajos animados que llamaron Laugh-o-Grams a modo de  broma entre ellos. Lo más curioso, es que estos pequeños cortos fueron como pruebas para Disney, las cuales llevaba a cabo en el garaje de su casa mientras experimentaba con la técnica del papel semitransparente en lugar de trabajar con la táctica de recortes de papel, que era común en la Kansas City Slide Company. Además, también se dedicaba a crear personajes menores y anónimos con forma de animales, incluyendo ratones, aves, etc. De este modo, convencido de que la técnica de dibujo sobre papel semitransparente daba mejores resultados y que no podría aprender nada más de la Kansas City Slide Company, en 1922 Disney cogió los lápices y se largo con la idea de llevar a cabo su propio estudio de animación (otra vez), al cual le dio el nombre de Laugh-O-Gram Films, la cual se dedicaba principalmente a realizar animaciones y vídeos comerciales por encargo (como por ejemplo el anuncio Tommy Tucker’s Tooth para un dentista local), además de crear seis cortos animados basados en cuentos populares como El gato con botas, Caperucita Roja, o Jack y las judías mágicas, los cuales fueron escritos por su viejo amigo Walter Pfeiffer. Además, a esta aventura también se sumó Ubi Werks (como no), y cuatro personas más: por un lado estaban Rudolph Issing y Hugh Harman (que serían los creadores de Warner Bros Animated Studios un tiempo después, como vimos en el post dedicado al Diablo de Tasmania), por el otro estaban Fritz Freleng (que posteriormente fundaría los estudios DePatie-Freleng Enterprises que crearon a la Pantera Rosa), y Carman Maxwell (que más tarde trabajaría con Issing y Harman en Warner Bros).

Mucho más fácil dibujar sobre papel semitransparente que no estar todo el rato dibujando y recortando. Diferencia abismal, oye.

Con semejante equipazo de profesionales y futuras leyendas de la animación, parecía que Laugh-O-Grams Films estaba destinada al éxito más rotundo, ¿verdad?. Es decir,  ¿Cómo no iban a estarlo si incluso lograron crear trabajos de animación que mezclaban con imágenes reales? (aunque el pionero en esto fue el animador Winsor McCay con Gertie the dinosaur en 1914, lo cierto es que Laug-O-Grams Films hizo un muy buen trabajo en Alice in Wonderland de 1922).

Pues, definitivamente, no. No fueron un exitazo rotundo. Walt Disney hizo todo lo posible por mantener los estudios a flote, pero en octubre de 1923 tuvo que cerrar el chiringuito por bancarrota, y cada uno se fue por su lado.

Alice in Wonderland, de Laugh-O-Grams (1922), con la actriz infantil Virginia Davies.

  Sin embargo, Walter Disney estaba decidido a seguir persiguiendo su sueño y ese mismo año decidió cambiar de aires. Si bien en aquel momento era en Nueva York donde se concentraba la mayor cantidad de estudios de animación, Disney decidió trasladarse a Hollywood, pues allí era donde vivía su hermano Roy tras recuperarse de una enfermedad bastante grave. Una vez allí, y con la ayuda de RoyWalt Disney fundó una nueva empresa a la que decidió llamar (agárrate bien): Walt Disney Company.

Pero claro, aunque ahora este nombre es conocido por todo quisqui, recordemos que Disney recién había cerrado Laugh-O-Grams Films por quiebra… de modo que cuando llegó a Los Ángeles para reunirse con su hermano Roy, estaba Walt con una mano delante, la otra detrás, y ni un centavo en los bolsillos.

En Warner usan productos ACME, en Disney usan la marca AJAX.

“Afortunadamente”, en los estudios M.J.Winkler Productions estaban muy interesado en el trabajo previo que Walter había realizado sobre Alicia en el País de las Maravillas, y les ofreció un jugosa oferta para que siguieran trabajando en este proyecto, el cual se convirtió en lo que hoy se conoce como Alice Comedies. Una serie con más de cincuenta cortos que mezclan animación con imagen real. Para ello, decidió contactar de nuevo con su viejo colega Ub Iwerks y empezaron a ponerse manos a la obra. Estos trabajos no tuvieron mala acogida, desde luego, por lo que la directiva de M.J.Winkler Productions vio con buenos ojos que los dos hermanos Disney contrataran a más personal. Así fue como Walter Disney conoció a la talentosa entintadora Lillian Bounds, con la que se terminaría casando en 1925.

Sin embargo, hacer más de cincuenta cortos sobre un mismo personaje, es mucho corto oye. Walter se sentía encasillado, por no decir que estaba hasta las narices, pues lo que el deseaba hacer en realidad era el disponer de libertad creativa para dar vida a nuevos personajes, nuevas historias, y explorar nuevos métodos. Por lo que en 1927, Disney decidió que estaba harto de hacer lo mismo, envió el proyecto a freír espárragos, y se puso con aquello que realmente quería hacer. De este modo fue como creó las primeras aventuras de un personaje al que llevaba tiempo dando vueltas en su cabeza: Oswald The Lucky Rabbit. Con la esperanza de convertirlo en una nueva serie, lo presentó a la nueva directiva de M.J.Winkler Productions: el productor Charles B.Mintz, quien le había pedido a Walter Disney que creara nuevo material.

Pero en confianza, creo que si Disney hubiera sabido lo que le esperaba a continuación, igual no lo habría hecho.

Oswald The Lucky Rabbit.

Los primeros trabajos de Oswald The Lucky Rabbit (como por ejemplo Trolley Troubles de 1927), tuvieron muy buena acogida tanto por parte del público como de la crítica, por lo que las ganancias subieron cosa seria para los estudios M.J.Winkler Productions. Pero como se suele decir, la avaricia rompe el saco, aparte de ser traicionera y nublar el juicio. Así que imagina la cara de sorpresa de Disney cuando se dio cuenta de que viajó en tren desde Los Ángeles hasta Nueva York (de punta a punta de Estados Unidos) solo para reunirse con Charles B.Mintz, y descubrir que este se había apropiado de los derechos legales para Oswald the Lucky Rabbit, además de convencer a gran parte de los trabajadores de Walter Disney Studios para que trabajaran directamente para él en lugar de para Disney, a cambio de sueldos más elevados.

Seamos realistas. Lo más probable es que la mayoría de los empleados, entintadores, dibujantes, y demás personal de Disney tuvieran familias que alimentar y gastos que cubrir, por lo que si haciendo el mismo trabajo iban a cobrar más, no es de extrañar que la inmensa mayoría aceptaran dejar a Disney para irse con Mintz. Al final, solo un puñado de trabajadores, incluyendo Ub Iwerks, se quedó con Walter.

A la izquierda, el productor Charles B.Mintz. A la derecha, el villano de «Up» Charles Muntz. ¿Será coincidencia que el nombre se parezca tanto? Ahí lo dejo.

Sea como sea, imagina como se debía sentir Disney cuando, en el largo viaje en tren de vuelta a Hollywood, trataba de asimilar lo ocurrido. Tuvo muchas horas vacías para mirar por la ventanilla mientras pensaba en los viejos tiempos, en todos los buenos ratos que pasó creando personajes e historias en su garaje junto a Iwerks, cuando Laugh-O-Grams solo era una broma entre ambos.

Recordó estos ratones, aves, perros, cerditos, y otros animales antropomórficos que surgieron de su imaginación. Hacía tiempo que no pensaba en ellos. Quizás… solo quizás… podría recuperar algunas de estas historias. Podría… no sé… hacer historietas sobre uno de estos ratones que había creado hace tiempo y convertirlo en un personaje nuevo llamado Mortimer.

 Cuando llegó a su casa y le explicó lo ocurrido a su mujer Lillian, esta sugirió le sugirió que en lugar de llamarlo Mortimer, ¿porque no Mickey? Mickey el ratón.

Mickey Mouse”. Vaya, no suena mal, ¿verdad? Me pregunto que cara pondría su amigo Ub Iwerks cuando Disney le hablara de esta idea. Al fin y al cabo, las Laugh-o-Grams también eran creaciones suyas.

Walt no lo sabía, pero estaba a punto de nacer una estrella. Una tan grande que cambiaría su vida para siempre.

Y entonces Pat dijo “!Hágase el sonido!”

  Los dos primeros cortos de Mickey Mouse (Plane Crazy y The Gallopin’ Gaucho, ambos de 1928) no tuvieron mucha repercusión que digamos. De echo, The Gallopin’Gaucho no encontró distribuidora hasta un tiempo después.

 Sin embargo, el verdadero pelotazo no tardaría en llegar, pues en noviembre del mismo año se estrenaría Steamboat Willie, y la compañía Walt Disney Studios subiría como la espuma. ¿La razón?, Steamboat Willie era el primer corto animado con un sonido propio que no tenían los anteriores trabajos de la compañía (piensa que actualmente los vídeos a los que tenemos acceso gracias a internet ya traen sonido, pero en el momento de su estreno era mayormente películas mudas o bien el sonido tenía que reproducirse aparte, lo cual muchas veces no daba buenos resultados). Eso fue posible gracias al empresario/ejecutivo irlandés Pat Powers, quien propuso a Disney sincronizar la animación con la música, las voces, los efectos, y los sonidos vocales de los personajes (que en muchas ocasiones hacía el propio Walt Disney) para ser presentado en un solo formato. Lo cual mejoraba mucho la calidad del producto final gracias a un ingenioso sistema de grabación que Pat Powers vendió a Disney.

Ahí está Disney, dibuja que te dibuja.

Esta sonoridad puso a la compañía del ratón más famoso del mundo por todo lo alto y se convirtió en una de las claves de su éxito, por lo que no es de extrañar que a lo largo de los años, y todavía en la actualidad, la música y las canciones se convirtieran en elementos tan emblemáticos de las producciones de Walt Disney Company. Al fin y al cabo, el sonido salvó la empresa y ha contribuido enormemente a transformarla en lo que es hoy en día.

De este modo, en 1929  la empresa empezó a crear cortos animados en los que el apartado musical marcaba el ritmo y la dinámica de la animación (razón por la que sus personajes aparecen a menudo cantando, bailando, o utilizando toda serie de objetos diversos a modo de instrumentos musicales improvisados). Así es como nacieron las Silly Simphonies (de las que tuve el placer de enumerarte algunas de las más conocidas en el post de CupHead: La segunda taza), las cuales gozaron de una enorme popularidad gracias a sus ritmos pegadizos, la depurada técnica de animación que habían trabajado Disney e Iwerks con el paso del tiempo, y por lo divertidas que eran sus historias. La primera de ellas fue Skeleton Dance y tuvo una recepción impresionante entre el público de la época, y no es de extrañar, pues hasta la fecha nunca se había visto nada parecido.

Sencillamente, era algo revolucionario y muy adelantado a los demás estudios. Una armonía de animación y sonido en gran sincronía. Walt Disney Company se convirtió en una empresa pionera, pasando muy por delante de M.J.Winkler Productions .

Y si a todo lo dicho añadimos el modo en que progresivamente se fue poniendo color a estos cortos animados con el paso de los años, es fácil comprender porque las Silly Simphonies tuvieron tanta repercusión en las décadas de los treinta, cuarenta, y cincuenta, así como la gran influencia que supusieron para otros estudios de animación. Para muestra un botón. Estos trabajos animados se fueron reemitiendo en varios formatos y llegaron a todos aquellos que crecimos en los setenta y los ochenta.

Trabajadores de la Kansas City Animation frente a los estudios.

Además, no solo crearon escuela, sino que fueron el comienzo del sueño con que tanto ahínco perseguía Disney: crear personajes e historias totalmente nuevas, distintas las unas de las otras, y seguir mejorando la técnica de animación. Al fin y al cabo, las Silly Simphonies también se caracterizan por otro hecho: sus personajes no solían aparecer de nuevo en otros cortos. Era creación constante y absoluta. Walt estaba encantado por poder disfrutar de la libertad creativa que tanto ansiaba.

  Aunque hay algunas excepciones como Pluto (que apareció por primera vez en el corto The Chain Gang en 1930), Goofy (que debutó en Mickey’s Revue en 1932), y…

…¡¡Por fin está aquí el Pato Donald!!

 Finalmente hace su entrada en el post el que (personalmente) considero que es el mejor personaje clásico de la factoría Walt Disney. Ni más ni menos que Donald Fauntleroy Duck, que sería creado por el dibujante y animador Dick Lundy (animador no acreditado pese a haber participado en más cuarenta cortos para distintas compañías a lo largo de toda su carrera, puedes ver el nombre de dichos cortos en este link),

El nombre completo de Donald, tal y como se puede ver en el corto «Donald Gets Drafted» de 1942.

La primera aparición de Donald en un corto animado fue en la Silly Simphony titulada The Wise Little Hen (1934), aunque realmente la primera vez que se pudo ver a este personaje (o al menos los  bocetos del mismo) fue en los primeros dibujos que crearon Disney e Iwerks al crear los Laugh-O-Grams en el garaje de Walter años atrás, así como en un pequeño libro de cuentos publicado en 1931 y llamado The Adventures of Mickey Mouse. Concretamente se menciona a Donald en un poema llamado More HooZoo, que enumera los amigos que tiene el ratón Mickey en una granja (no he podido encontrar más información al respecto, por lo que si sabes algo, te agradecería mucho que me lo dijeras en la caja de comentarios *^_^*).

Sendas imágenes pertenecen a Wise Little Hen, de 1934.

  Pero a lo que íbamos.

  En esta primera aparición como personaje animado, Donald ejerce de personaje secundario negativo que sirve como apoyo a la lección moral que trata de dar el corto, mostrándose como un sujeto egoísta al principio y arrepentido de sus actos al final. Pero sobre todo, en este corto vemos muchos rasgos característicos que acompañarán al personaje durante sus casi noventa años de vida que tiene al momento de escribir estas líneas. Como por ejemplo su uniforme de marinero con gorra incluida, la ausencia de pantalones (que de ningún modo es la causa de que fuera “censurado” en Finlandia… eso es un bulo), su plumaje blanco, grandes ojos sobre su pico anaranjado, pies palmeados del mismo color, y su característica forma de hablar, creada por el que sería su primer actor de doblaje: Clarence Nash (quien le puso voz desde 1934 hasta 1985), y que posteriormente fue sustituido por Tony Anselmo hasta la actualidad (salvo en unas raras ocasiones en que el doblaje estuvo a cargo de Daniel Ross).

Clarence Nash.
Tony Anselmo.
Daniel Ross.

  Sin embargo, su carácter no estaba del todo definido en esta primera aparición, pues en un principio estaba pensado para ser un personaje desechable más de las Silly Simphonies. Pero lo cierto es que lejos de ser olvidado y nunca más usado (como si le ocurrió a Peter Pig y Wise Hen del mismo corto), parece que este singular personaje cayó en gracia dentro de la compañía y se decidió darle una personalidad más definida. Y aunque si bien es cierto que tiende a ser famoso por su mal genio, su capacidad para enfadarse con extrema facilidad, o su clásica postura bravucona de amenazar con los puños, lo cierto es que no se me ocurre un personaje más optimista, fiel, alegre, y amante de la tranquilidad en todo el universo de personajes clásicos de Disney. Pues aunque a veces podemos ver que le gusta gastar bromas pesadas, sabe reconocer cuando se ha pasado de la raya y disculparse, tratando de enmendar sus errores.

¡Que te pego leshe!

  Por otro lado, también me he encontrado varias fuentes en que se le retrata como un sujeto celoso al que le carcome la envidia y que tiene un punto de maldad insana hacía Mickey. No puedo estar más en desacuerdo, pues aunque sea evidente que Donald tiene una personalidad muy temperamental y sea bastante vago, siempre es fiel a sus amigos (entre los que destacan Mickey y Goofy pero a los que podemos incluir también a Joe Carioca y Panchito), familia (demasiados para nombrarlos aquí), y su pareja Daisy Duck (que apareció por primera vez en el corto Mr.Duck Steps Out de 1940 bajo el nombre de Donna Duck). Y aunque con frecuencia ella suela comentar que Donald tiene mal genio, en realidad es obvio que son tal para cual. Ambos tienen un carácter fuerte, se enojan con facilidad, pero a la hora de la verdad siempre apoyan a sus seres queridos, y su temperamento les sirve también para ser decididos y afrontar las situaciones de peligro (aunque en un principio puedan parecer asustados).

«¿Qué dice la gente de celos? Nosotros somos amigos para siempre»
Daisy/Doona Duck.

  Pero bueno… mejor dejo aparte mi punto de vista personal y dejo que hablen los hechos para justificar la admiración y respeto que merece el pato Donald.

  Para empezar, es el personaje clásico de Disney que ha aparecido en pantalla en más ocasiones (señal que el público quería más de sus aventuras). Lo cual incluye:

 –Más de 130 cortos producidos y distribuidos entre 1934 y 1983. Entre los que se encuentran joyas como Lonesome Ghosts (uno de mis favoritos y que se estrenó en 1937), Clock Cleanners (también de 1937),  Donald’s better self (1938), Donald’s lucky day (otro de mis favoritos y data del 1939), Donald Duck and the Gorilla (de 1944 y con la aparición de los tres sobrinos de Donald), Chip an’Dale (de 1947 y con la aparición de las ardillas Chip y Chop), y Out on a Limb (1950) por citar algunos.

«Donald’s Nephews» de 1938. ¿Cómo no va a estar el pobre Donald irritable con las faenas que le hacen estos tres?

Entre 15 y 20 películas entre las que podemos destacar Saludos Amigos del año 1943 (siendo esta la primera vez que vemos al personaje de Joe Carioca), Los tres caballeros de 1945 (en la que reaparece Joe Carioca y conocemos a Panchito), Mickey and the beanstalk (1947), o Mickey Mouse Christmas Carol de 1983 (evidentemente es el Tío Gilito quien hace del avaro Scrooge). Eso sin contar una brillante aparición tocando el piano junto al Pato Lucas en la cinta ¿Quien engañó a Roger Rabbit? de 1988 (y de la que ya tuve el gusto de escribirte en su día pero que puedes ver de nuevo aquí).

-Y por supuesto, también podemos verlo en varias series de televisión como PatoAventuras y PatoAventuras Remake, House of Mouse (no confundir con Mickey Mouse’s Clubhouse), Quack Pack, y la reciente La leyenda de los Tres Caballeros, en dónde sus viejos amigos José Carioca y Panchito se unen a Donald para pelear contra seres mitológicos.

Donald en el remake de PatoAventuras.

Eso por no hablar de la ingente cantidad de videojuegos que existen protagonizados por este entrañable personaje o en los que hace aparición (si es que hay juegos de Donald para la gran mayoría de consolas O_o), revistas de cómics como la famosa Don Miki, peluches, huchas, camisetas, funkos, juguetes, pósters, sábanas… vamos, la tira de merchandising. Además de que es el personaje clásico de la factoría Disney del que más se ha expandido su mundo, principalmente gracias al trabajo del talentoso dibujante Carl Banks, quien nos presentó a sus sobrinos, el tío Gilito, el primo Gus, y hasta todo un árbol genealógico, así como la ciudad de Patolandia. Eso por no contar con su propia estrella en el Paseo de la Fama. Y si así ha sido, ¿no será porque el público lo ha pedido?

Lo bien que me lo he llegado a pasar con este juego. Viva la SNES. Viva la Mega Drive. Ya basta de tanta tontería con la guerra de consolas, hombre ya.
Estrella de Donald Duck en el Walk of Fame.

Conclusionando: Puede que el personaje más famoso de Disney sea Mickey Mouse. Siendo objetivos, eso no se puede discutir. Pero creo sinceramente que por su forma de ser, el más humano es Donald. No es perfecto ni trata de serlo, pero dentro de la caricatura y la exageración, sus defectos lo hacen mucho más cercano que cualquier otro personaje, logrando que cuando muestra sus cualidades estás destaquen más todavía. Además de que también es con el que más te puedes llegar a reír y el más divertido. ¿Y no es eso lo principal? Pues eso.

Pero, ¿qué opinas tú al respecto? Como siempre ya sabes que la caja de comentarios está a tu entera disposición y que me encanta leerte.

Árbol Genealógico con la familia del Pato Donald.
Atención, pregunta: ¿Cómo es posible que el austríaco Ludwig Von Drake sea tío por parte de padre del Pato Donald y no aparezca en el árbol genealógico? Parece que se les fue un poco la mano al ampliar el lore del Pato Donald XDXD

 Cómo recomendación de la semana quiero hablarte nuevamente una de estas iniciativas que tanto me gustan y que se sirven de los videojuegos como medio para hacer un gran bien a quienes más lo necesitan. Me estoy refiriendo a Fundación Juegoterapia, cuya finalidad me parece más que admirable. La idea salió en 2010, cuando a su fundadora Mónica Esteban se le ocurrió darle una PlayStation a un niño ingresado por un tratamiento de quimioterapia. En un ambiente tan atemorizante como este, echar unas partidas cambió el modo en que este joven aventurero vivió su experiencia. Desde entonces, el proyecto Juegoterapia se dedican a recoger consolas y videojuegos para donarlos a los hospitales, además de recaudar donativos de socios, y voluntariado, para crear jardines, áreas de juegos, y hasta cines para que los niños con cáncer. Te dejo el link directo con todas sus actividades, proyectos, información, y modos en que se puede colaborar con su gran labor.

www.juegaterapia.org/

De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!

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Y ya me despido de ti hasta el próximo domingo 10 de abril. Hasta entonces, cuídate mucho y pásalo bien.

 Salud, ánimo, y éxito.

A ver… hay que adaptarse a los nuevos tiempos, y tal. Renovarse o morir, y todo esto. Pero, ¿de verdad este es el aspecto que tiene el Pato Donald en los nuevos cortos de Disney?… En fin. Eso es lo que hay. ¡Nos vemos dentro de quince días buenas gentes!

Comments

  1. ¡Ese Tallopis!

    Vaya sacada monumental de RABACO te has hecho aquí, porque es difícil sacar un post más documentado y detallado que éste, se ve que aquí hay un currazo brutal. Te ha faltado poner la marca de calzoncillos que usaba Walt Disney xDD

    Mi favorito siempre fue el pato Donald, igual que tú. Sin embargo el ratón Mickey me cae gordo, no sé por qué, pero no puedo con él. Como que es muy perfecto, todo lo sabe, todo le sale bien… Donald sin embargo es más humano, se equivoca constantemente, es más avaricioso, más envidioso, más huraño… es mucho más fácil empatizar con él, y para colmo es mucho más divertido. Y con esa forma de hablar ya te partes el ojete.

    ¡Un saludote, genial post!

    1. ¡¡Ese grandísimo de señor Empepinao86!!
      Bienhallado y bienvenido a este su blog amigo, chavalote. Encantado de tenerte por aquí XDXD, pero sobre todo, un placer y un honor leer tus palabras *^_^*.
      Pues no te voy a engañar… tras este post hay una currada de documentación bestial. Y eso que solo he tocado la vida de Disney por encima y solo hasta el momento en que Mickey hace su aparición, porque de este hombre casi se puede escribir una enciclopedia O_o. Que de entrada, la idea era tocar Disney por encima, un poco de Silly Simphonies, y centrarme en Donald… pero a la que me doy cuenta, entre intro y todo, ya llevaba cuatro páginas solo hablando de Disney. Así que imagínate O_o. Pero por otro lado, me parecía tan interesante el tema y las cosas que he llegado a aprender sobre Donald, los cortos de la Silly Simphonies, y Disney como persona, que lo he pasado en grande (aparte que con la excusa de la documentación, me he puesto hasta el culo de ver dibujos animados XDXD).
      En cuanto a lo de los calzoncillos que usaba Walt Disney, es muy fácil. Este hombre usaba «Abanderado», ya que un tío suyo de Mojácar (Almería) se los compraba y enviaba por correo a Los Ángeles XDXD. Bromas aparte, ve a Google y escribe «Walt Disney era español»… fliparás. Si es que documentándome me encuentro cada cosa que alucino XDXD.
      Oye, pues ya es casualidad, porque a mi me pasaba exactamente lo mismo. Mi favorito era Donald debido a que es el más humano y el más divertido, eso por no decir que su forma de hablar es mítica. En YouTube hay vídeos de como su primer doblador (Clarence Nash) hace la voz del personaje y es una pasada. Pero aparte de eso, siempre le he tenido un poco de tirria a Mickey Mouse precisamente por lo mismo que comentas: tan perfeccionista, tan sabelotodo, siempre le salía bien todo… no hay más que ver como encaja un golpe Donald y como lo encaja Mickey. Es como Ned Flanders en ratón. ¿Qué ser el símbolo/mascota de una compañía que destaca (entre otras cosas) por la excesiva corrección política y familyfriendlismo ha influido mucho en ello?, no te digo que no, pero la verdad que siempre me ha caído un poco repelente. Curiosamente, es un tipo de personaje que no me acaba de caer en gracia, al igual que el Correcaminos, Galaxy Wander, Richie Ricón, Cásper, Número Uno en «Comando KND», o Bugs Bunny (aunque Bugs Bunny quizá sea el más discutible dentro de esta lista).
      Bueno, que me estoy liando *^_^*
      Eres un grande chavalote, y me hace muchísima ilusión que te hayas dejado caer por el blog. Mil gracias por tus palabras *^_^*

  2. ¿Ya han pasado 15 días? Si hace nada estabamos leyendo tu último post!!! Pero, eh, quejas cero que ya teníamos ganas de recibir nuevo contenido.
    No es por ser pesados y repetitivos pero como ya sabrás (porque te lo hemos dicho ya alguna vez) alquilamos muchísimas veces películas de animación de este tipo en un videoclub de nuestra localidad natal que pertenecía a unos amigos de nuestros padres.
    La mala suerte decidió que debían cerrar por lo que por esta desgraciada causa, pudimos adquirir un montón de películas tanto a precio de coste como regaladas por esa amistad.
    Por ello llegaron a casa multitud de películas de bastantes géneros, pero muchas más de animación, encontrándose entre ellas varias de estos cortos de Disney protagonizados por algunos personajes principales como Mickey, Goofy o este gran e hilarante personaje que es Donald.
    Huelga decir que aún teniendo mogollón de películas con las que disfrutar esta era una de nuestras favoritas ya que el personaje en cuestión era el que más gracia nos hacía.
    Si podemos (y nos acordamos) cuando volvamos a la casa de nuestros padres buscaremos estas cintas para volver a echarles un vistazo y rememorar buenos momentos ¡que el VHS todavía funciona!
    Lo dicho, que nos vamos por los cerros de Úbeda, gracias de nuevo por abrir esa caja de los recuerdos que tan gratos y buenos momentos nos hace rememorar.
    ¡Sigue así, compañero!
    Nos leemos en el siguiente sin falta.
    Un fuerte abrazo.

    1. ¡¡Bienhallado Presstartcook!!
      Pues si chavalote, ya han pasado 15 días. Si la espera se te ha hecho breve, igual es porque han sido quince días en que has estado o muy ocupado o que lo has pasado muy bien. Espero que sea más la segunda opción *^_^*.
      La verdad es que se trata de una anécdota de lo más simpática. Bueno, siento que esta amistad vuestra tuviera que cerrar el videoclub (y el cierre de los videoclubs en general), pero por otro lado, que maravilla poder contar con todas estas cintas VHS y poder disfrutar de tan buenos momentos :D. La verdad es que me parece una maravilla que pudieras vivir esta experiencia. y oye, si alguna vez tienes ocasión, me encantaría ver alguna foto de todas estas maravillas en formato casset… aunque sea para ponerme los dientes largos jajajaja XD.
      Por cierto, hablando de cintas y Disney, me ha venido a la mente esas con la carcasa azul y que se llamaban «Mundo Disney» o algo así. ¡¡Llegué a alquilar un montón de estas y me encantaban!! :D. En cada una de ellas había un poco de todo: cortos clásicos, historias temáticas, las aventuras de Winnie The Pooh… no se si te sonarán.
      Como siempre, es un placer leer tus comentarios y que me expliques estas historias que tanto me gustan. Muchísimas gracias *^_^*
      Nos leemos, no lo dudes 😀
      Un abrazo bien grande !!!!!!

Tus comentarios son más que bienvenidos.