Cine Retro «2001: Una Odisea en el Espacio»

“Esto es un mensaje informativo pregrabado hecho antes de su embarque y que, por motivos de seguridad de la más alta importancia, ha sido conocido a bordo durante la misión sólo por su computadora HAL 9000.

Ahora que están en el espacio de Júpiter, y todos los tripulantes están reanimados, podemos contárselo”.

La primera vez que leí el nombre del escritor Arthur C.Clarke (Minehead, Reino Unido 1917 – Colombo, Sri Lanka, 2008), no fue en uno de sus libros, sino en la portada de un videojuego. Mas concretamente en Rendezvous With Rama, que en España conocimos como Cita con Rama, el cual estaba basado en el libro del mismo nombre y que fuera publicado en 1973.  

De hecho, el mismo autor formó parte del proyecto para crear el videojuego que sería lanzado en 1984 gracias a la compañía Telarium, reescribiendo gran parte de la trama para adaptar la historia y cambiando su final en comparación con el de la novela.

Caja del videojuego «Rendezvous With Rama»

Pero aún pasarían unos pocos años antes de que viera este Cita con Rama por primera vez. Cuando llego el momento, yo apenas debía tener como 6 o 7 años solamente, pero siempre lo recordaré.

Lo jugué con mi hermana en su Commodore 64,  cuyo monitor nos ofrecía dos únicos colores: blanco tenue, con píxeles del tamaño de granos de arroz, y negro pantalla. Aunque no era el primer videojuego que afrontábamos juntos, lo cierto es que nos dejó boquiabiertos, pues hasta entonces, en aquel primer ordenador que entraba en casa de mis padres solo habíamos jugado a títulos con mecánicas más habituales como el PacMan, Otelo, Cohetes ligeros Tron, Space Invaders, o el StarGate (el cual puede que conozcas como Defender) y poco más. Títulos que venían recopilados en un impresionante dískkete de 5 pulgadas con 1’2MB de capacidad, el cual precisaba que introdujeramos el comando DIR para ver los directorios del disco, y posteriormente teclear el EXE del juego en cuestión para poder “arrancarlo”. Eran los tiempos del MS-Dos en su estado mas puro.

Hablando claro: flipábamos al empezar a jugar a esta aventura conversacional, pues la mitad superior de lo que aparecía en pantalla era una imágen de la habitación en dónde se encontraba nuestro personaje, mientras que la mitad inferior consistia en un texto con una descripción de la escena y la situación en la que nos encontrábamos. Para que nuestro protagonsita interactuara en estos entornos, debíamos escribir una orden directa con el teclado y, si el juego reconocía dicha acción, nuestro personaje la llevaba a cabo. Tras esto, aparecía un nuevo texto relatándonos las consecuéncias de la orden que habíamos introducido, las cuales nos permitían avanzar en la aventura si era el comando adecuado, o bien podían llevarnos directamente al desastre y hasta la muerte de nuestro personaje. Entre las órdenes más comunes se encontraban el señalar una dirección cardinal (Norte, Sur, Este, Oeste) para que nuestro protagonista se moviera en esta dirección si eso era posible, pero también podíamos consultar nuestor Inventario, Examinar objetos, Pulsar, Mover, Empujar, Usar, Golpear, Abrir, y así un amplio abanico de acciones con los que poder experimentar. Todo con tal de llevar a buen término nuestra misión: examinar el interior de una misteriosa nave extraterrestre a la deriva y escapar antes de que fuera demasiado tarde.

Comparado con los apartados técnicos de los juegos contemporáneos, es un churro, hablando claro y pronto. Pero el concepto de “jugar un libro” con el ordenador me pareció una absoluta pasada y a día de hoy me sigue pareciendo muy interesante. De este modo, el nombre del autor que crearía la historia original se me quedaría grabado en la memória, logrando así que años más tarde descubriera la delicia que es leer ciencia-ficción, especialmente cuando se trataba de dejar volar la imaginación a través de las páginas escritas por un gigante del género como es el señor Arthur C.Clarke, entre cuyos libros se encuentran verdaderas joyas del género como El fin de la infancia (1953), El martillo de Dios (1991), Las arenas de Marte (1951), El viento del Sol (1971), y otras muchas más obras que dejaron verdadera huella en el género y marcaron escuela.

Breve biografía de Arthur C.Clarke.

Arthur C.Clarke

Pero de todos sus títulos publicados, hay unos que quiero destacar especialmente: la saga de Odisea en el Espacio, la cual nació a partir del relato corto El centinela del mismo autor (muy recomendable y fácil de encontrar). Dicha saga literaria está compuesta por los siguientes libros:

2001: Una odisea en el espacio (publicada en 1968).

2010: Odisea Dos (puesta a al venta en 1982).

2061: Odisea Tres (que vió la luz en 1987).

3001: Odisea Final (que puso fin a la saga en 1997).

Y aquí es dónde entra en escena la película sobre la que me gustaría escribirte en el siguiente post, pues esta se basa en el primer libro de la mentada saga literaria, con la cual no solo comparte el nombre sino también su trama principal. Pero antes de entrar en materia, ya debo avisarte ahora de que esta película no es como las demás en cuanto al modo de presentar su planteamiento, por lo que esta sinopsis tampoco va a ser nada común, requiriendo así que sea descrita siguiendo los diferentes segmentos de esta historia pero siendo un tanto críptico en lo que se refiere a detalles para evitarte la mayor cantidad posible de spoilers en el caso de que no conozcas esta historia de antemano (en caso contrario, ya sabrás a lo que me refiero.. guiño giño).

Saga literaria de «Odisea en el espacio»

Dicho todo esto, ya paro de enrollarme cual persiana y te doy la bienvenida al post.

Espero que disfrutes de este viaje, con destino incierto a algún lugar entre las estrellas.

El primer segmento nos lleva a los albores de la humanidad, en un punto anterior a la aparición de los primitivos primeros ejemplares de nuestra especie. En un desértico paraje de lo que un día sería conocido como África, se encuentran un grupo de primates que lucha sin mucha esperanza por el derecho a seguir existiendo. Entre las condiciones duramente adversas que deben afrontar se encuentra el constante acoso de grupos rivales que pretenden robarles su hábitat, así como los mortiferos depredadores (como jaguares y otras fieras peligrosas). Pero sobre todo, deben enfrentarse a la inanición y la sed, pues para poder beber solo cuentan con una charca de agua sucia (un riachuelo en el libro) que con demasiada frecuéncia se queda totalmente seca, obligando a nuestros sufridos primates a realizar largas caminatas en un entorno hostil para poder dar un mísero sorbo de agua.

Las cosas pintan bastante mal para estos desafortunados primates que, con cada nuevo compañero caído, ven cada vez más cerca su final.

Un día, sin previo aviso, uno de estos desafortunados homínidos (conocido como MoonWatcher e interpretado por Daniel Richter), se encuentra cara a cara con algo increíble y desconocido. Rápidamente comunica el inexplicable hallazgo a los demás, cambiando sin saberlo la vida de sus congéneres para siempre.

MoonWatcher.

Sin mayor explicación, la producción avanza hasta el siguiente segmento de su trama, dando un gigantesco salto de varios miles de años en el futuro hasta llegar a una época en la que la humanidad domina la tecnología necesaria para realizar viajes a diferentes puntos cercanos de nuestro sistema solar, como Marte o la Luna. Y es precisamente a nuestro satélite más cercano a dónde se dirige el doctor Heywood R. Floyd (William Sylvester), un reputado científico de gran prestigio.

Aparentemente, resulta ser un viaje de lo más placentero, pues incluso vemos que el buen doctor Floyd tiene ocasión de echarse una siestecilla en un entorno de baja gravedad y hacer una videollamada para felicitar a su pequeña con motivo de su cumpleaños (interpretada por la entonces jovencísima Vivian Kubrick, hija del director de la película).

Sin embargo, el transbordador en el que viaja hace una breve parada en una estación espacial que sirve como escala a distintos destinos, y ahí es informado de un preocupante rumor acerca de una pandemia que afecta a la estación lunar de tal modo que ha sido necesario restringir el acceso y entrada a dicho lugar e imponer una severa cuarentena. Sin embargo, el buen doctor sabe la verdad acerca de estos rumores, los cuales son una cortina de humo para enmascarar la auténtica razón de su viaje: encontrarse cara a cara con algo inexplicable, algo que ningún ser humano ha visto jamás, y tomar el desafío de dar una explicación científica al respecto.

Floyd hablando con su hija.

Finalmente, llegamos al tercer y último segmento de la película (que según muchos podría ser dividido en dos subsegmentos… pero mejor no te comento más al respecto), cuyos eventos suceden 18 meses después de la visita de Floyd a la Luna, y forman la mayor parte de la película.

La acción se lleva a cabo a bordo de la nave Discovery 1, en la cual viajan cinco tripulantes con destino a Júpiter con una misión de carácter científico que parece ser una simple investigación pero que en realidad ha sido clasificada como alto secreto. Los ocupantes del formidable vehículo espacial son:

  –Comandante Dave Bowman (Keir Dullea). Estado: Despierto.

  –Subcomandante Frank Poole (Gary Lockwood). Estado: Despierto.

  –Doctor en astrofísica Charles Hunter. Estado: Hibernación asistida.

  –Especialista en la investigación del planeta Júpiter, Victor Kaminsky. Estado: Hibernación asistida.

  –Doctor en geofísica Jack Kimball. Estado: Hibernación asistida.

  De este modo, vemos que tanto Dave como Frank se encuentran prácticamente solos en la nave mientras sus compañeros humanos reposan en un estado de animación suspendida. Aunque bien mirado, esto de que se encuentran “solos” es relativo, pues para dirigir todos los sistemas de la nave disponen de lo último en computadoras: un sistema de IA tan avanzado, que se supone es incapaz de cometer siquiera el más insignificante error de cálculo. Me estoy refiriendo al superordenador HAL 9000, o simplemente conocido como HAL (voz original de Douglas Rain), que es capaz de tomar sus propias deciones con tal de hacer lo mejor para la misión, y con el cual los tripulantes humanos pueden conversar, dialogar, solicitar que active o desactive recursos de la nave mediante ordenes directas, y hasta jugar al ajedrez.

HAL 9000. En un principio se quería que este personaje fuera un ordenador de la marca IBM, pero al no conseguir los permisos para ello, crearon un modelo ficticio tomando la letra anterior de las tres que forman el nombre de la famosa compañía.

Sin embargo… algo extraño empieza a ocurrir cuando se descubre que los verdaderos motivos de la misión van más allá de lo que los tripulantes humanos de la Discovery 1 conocían al embarcarse en esta misión, y que HAL 9000 ha entrado en conflicto consigo mismo por razones aparentemente desconocidas.

Y hasta aquí te puedo contar. De verdad lamento no poder explicarte más sobre la trama de esta película y tener que recurrir a un secretismo tan exagerado, pero si no has visto la película con anterioridad, puedes creerme si te digo que cuanto menos conozcas sobre la trama de esta 2001: Odisea en el espacio, más intensa será la experiencia.

Dave Bowman y Frank Poole hablando. Ignoran que conversación no es tan privada como creen.

Sin embargo, considero necesario hacer una aclaración antes de ir al grano, pues nos encontramos con una película un tanto controversial y sobre la que es imposible alcanzar un punto de equilibrio. Con esto me refiero a que esta no es una película que te permita decir “oh, si, está bien” sin más. Con esta producción no valen las medias tintas: o se aborrece profundamente debido a la complejidad del mensaje que pretende transmitir y como este se sirve al espectador, o se aplaude hasta el punto de considerarla una obra maestra debido al detalle y lo profundo de los temas que pretende mostrar con la excusa de su desarrollo argumental. Esto es así hasta el punto que seguramente ha pillado por sorpresa a más de uno por tratarse de una película totalmente atípica dentro de la ciencia-ficción, pues de siempre se ha caracterizado por ser una producción con una merecida fama de ser un tanto densa al atreverse a usar algunos tópicos propios del género (como los viajes espaciales y la alta tecnología) para poner sobre la mesa una historia compleja, llena de matices, dónde nada se dice abiertamente, y  que se atreve a jugar con tintes filosóficos de una cierta profundidad, entre otros sesudos temas. Tanto es asi que no solo está muy lejos de ser la clásica historia que nos toma de la mano para enseñarnos toda su trama bien masticada, sino que exige un cierto esfuerzo por parte del espectador. Vamos, que si esperas ver un despliegue de acción épica llena de lásers y cosas explotando, o simplemente buscas una película entretenida sin más con que pasar un aburrido domingo por la tarde en plan palomitero, pues casi que mejor busques otra cosa.

Discovery 1. ¡Pedazo de nave!

Tanto es así, que a esta película se le atribuye una muy curiosia anécdota. Y es que cuando se estrenó en abril de 1968 (anda que no ha llovido ni nada desde entonces), varios famosos que fueron a verla aseguraron sentirse un tanto decepcionados, como el propio Woody Allen, quien años después dijo que necesitó más de un visionado para poder apreciarla adecuadamente. Pero la palma se la lleva el rumor de que el actor Rock Hudson, famoso por sus papeles de galán, salió del cine cabreado como una mona y preguntando si “¿Alguien podía explicarle de que demonios va esto?”. Ante estas declaraciones, y siempre que se le preguntó al respecto de este tema, el escritor Arthur C.Clarke, que se ocupó del guión de la película junto al director de la misma, Stantley Kubrick, siempre respondia que “Si alguien puede entender 2001 completamente, he fallado, pues mi intención es que los espectadores se plantéen más preguntas de las que son respuestas durante la película”. Dicho de otro modo, este film tiene la absoluta intención de que te lo lleves puesto una vez lo terminas de ver, y que pases varios días dándole vueltas a la cabeza sobre que significa todo, que te ha querido decir esta película, de que trata realmente, y cuales son los temas que solo se dejan leer entre líneas.

Y ya que te he mencionado al director, creo que llegó el momento de comentar otro motivo por el cual esta película tiende a dividir al público: que sea una producción del señor Stanley Kubrick (Nueva York, julio de 1928 – Marzo de 1999 en Hertfordshire, Gran Bretaña). ¿Que se puede decir de este director que no hayamos oído varias veces?, gracias a él hemos podido ver películas como la disparatada comedia Doctor Strangelove (1964) con Peter Sellers, o Espartaco (1960). Pero lo cierto es que la mayor parte de sus producciones más famosas han tendido a tener una polémica importante, como Eyes Wide Shout/Ojos Bien Cerrados (1999), así como la adaptación de la novela El Resplandor (1980) de mi querido Stephen King (que gran actuación la de Jack Nicholson en esta película pero que rebote pilló el escritor al ver la película), Full Metal Jacket/ La chaqueta metálica (1987), o (agárrate que vienen curvas), la controversial Lolita (1962), y La Naranja Mecánica (1971). Pero es que no solo se trata de un personaje que siempre se ha rodeado de una gran polémica debido a la temática de sus trabajos, sino también por su carácter, pero sobre todo por los métodos, exigencias, y su modo tan extremo de dirigir a sus actores con tal de conseguir los mejores resultados posibles. Vamos, que entre una cosa y la otra, no falta quien lo critique duramente ni quien lo considere un cineasta de genialidad intachable. Sea como sea, y cada opinión es muy respetable, uno no puede quedarse indiferente ante sus trabajos, y es que solo con este señor ya te podría escribir un post entero.

Stanley Kubrick

Sin embargo, la fama que se le atribuye a esta película es la de estar considerada como una de las grandes dentro de su género. Una de estas producciones míticas que crearon escuela y que sirvió de inspiración para otras muchas grandes obras de la ciencia-ficción en el cine. En mi opinión personal (que podría estar perfectamente equivocada), estoy mayormente de acuerdo con todo esto y considero que enfrentarse a esta película es una experiencia que bien vale la pena.

Ya hemos visto que muestra un ritmo narrativo poco habitual que se estructura en segmentos a los que salta bruscamente sin previo aviso, al mismo tiempo que no pocos la podrían calificar de ser lenta y demasiado enrevesada. Pero por otro lado, también se trata de una película que te invita a unir todas las piezas del puzle por tu cuenta, que te anima a pensar, a plantearte todo, al mismo tiempo que su historia va cociéndose poco a poco, sin prisas pero sin pausas, para conducirte exactamente al punto donde quiere llevarte mientras te ofrece momentos con una gran tensión y atmósfera de peligro que te llevan a preocuparte de veras por el porvenir de los protagonista. Vamos, que es una de estas que van creciendo paulatínamente para llegar al momento de dejarte con la boca abierta cuando en tu cabeza varias piezas se juntan y se comprende parte de lo que esta ocurriendo. De todo ello, me gustaría destacar especialmente todo lo que implica el personaje de HAL 9000, así como su comportamiento y las implicaciones de sus actos así como el porqué de los mismos. En este sentido, me parece una parte fascinante de esta producción, y ni que decir que su voz en castellano es otro gran trabajo del actor de doblaje Felipe Peña ( si tienes en mente a Anthony Quinn, Burt Lancaster, o John Wayne, ya sabes a lo que me refiero). Al poner este ritmo intencionadamente monocorde en las líneas de diálogo del computador del Discovery 1, logra una gran labor y que te entre un escalofrío solo por escucharle hablar.

Siendo justos, debo decir que con esta película hay que ser paciente en más de un sentido y que requiere más de un visionado para poder apreciarse debidamente. Pues la primera vez que uno ve 2001: Una odisea en el espacio, la tendencia mayoritaria parece ser la de quedarse un tanto descolocado, pero también te digo que es una de estas películas en que todo cobra mayor sentido cada vez que la ves, además de que siempre se acaba descubriendo algo nuevo en lo que no te habías dado cuenta anteriormente al mismo tiempo que tomas conciencia de la gran simbología que aparece por todas partes, gracias a estas escenas y planos de cámara que personalmente me parecen una genialidad y que le son tan propios a esta producción .

 Y es que toda la producción cuenta con un unos detalles de lo más curioso y un nivel de investigación que es simplemente admirable, siendo marca de la casa de Stanley Kubrick (que tendrá sus cosas  y gustará más o menos a cada uno, pero detallsita lo es un rato largo). Y es que el director insistía en que durante la película se mostraran únicamente avances científicos que se adaptaran lo máximo posible a la realidad de lo que podría llegar a darse en un futuro, para lo cual solicitó expresamente el asesoramiento de varios expertos en el tema para que le guiaran. Eso aparte de que durante la película podemos encontrar varias marcas comerciales reales (como las aerolíneas Pan Am o las cadena de hoteles y restaurantes Howard Johnson) en emplazamientos clave, favoreciendo que el universo de la película tocara de cerca al gran público.

Por otro lado, esta película tiene un elemento añadido que destaca especialmente: su aspecto sonoro. No me refiero a su doblaje ni en como suenan las voces de los actores en su versión original (que tampoco están nada mal), sino al brillante uso de los silencios absolutos o los sonidos mínimos para cada momento, como por ejemplo cuando los personajes se enfundan en sus trajes de vacío para salir al espacio y solo oímos su respiración, contribuyendo a crear una mayor atmósfera de tensíon, misterio y peligro, al mismo tiempo que nos llega la emoción de cada uno de ellos sin necesidad de que estos digan ni una palabra, solo por el ritmo y frecuéncia al tomar aire (lo cual me recuerda mucho al videojuego Dead Space y estos segmentos en que su protagonista Isaac Clarke hace lo mismo). Aunque si hablo del sonido de esta película, no puedo pasar por alto de ningún modo su banda sonora, la cual cuenta con una de estas piezas que se reconocen enseguida de tantas veces que se ha usado en otras obras al referenciar esta pelíciula. Me estoy refiriendo a la apertura del poema sinfónico que Richard Strauss compuso en 1896, titulada Also Sprach Zarathustra, o Así habló Zarathustra, inspirada en un trabajo del filosofo Friedrich Nietzshe.

2001: A Space Odissey opening.

¿Que te ha parecido esto?, ¿no te da la sensación de que, hayas visto la película o no, has oído esta fanfarria como un millón de veces? Si es así, que no te extrañe, pues esta película aparece referenciada (tanto a nivel visual como de sonido) en infinidad de otras obras de entretenimiento. Como por ejemplo el videojuego Spore, en dónde podemos ver un elemento muy característico de esta película en la última fase del juego y un claro guiño en la animación que se ve al superar el nivel del estado animal. Pero también en otras películas como La Loca Historia de Las Galaxias, en dónde hay una escena en particular dónde podemos escuchar parte del tema principal que acabamos de oír en el vídeo anterior.

Pero en dónde abundan los guiños a esta 2001: Una odisea en el espacio, es sin duda en el trabajo del dibujante Matt Groening. Por ejemplo, en la serie Los Simpsons, hay una escena en la que vemos a Homer parodiando el final de esta película durante el episodio Deep Space Homer (Episodio 15 de la Temporada 5), así como otros guiños en el segmento House of Whacks del especial de Halloween Treehouse of Horror XII (Episodio 1 de la Temporada 13),  y otro más en el capítulo Brother, Can you spare two dimes? (Capítulo 24 de la Temporada 3).

Como no podía ser de otro modo, también hay una gran cantidad de referencias a esta película en la maravillosa serie Futurama, especialmente en episodios como Love and Rocket (Episodio 3 de la Temporada 4) y en The Sting (Capítulo 12 también de la Temporada 4).

Vaya, ¿porqué estará fuera de servicio? 😉

Y de nuevo ya me he vuelto a liar.

Volviendo a la banda sonora de la película, en ella podemos encontrar un gran tema de la música clásica como es The Blue Danube Waltz, también del compositor Johan Strauss.

Blue Danube Waltz.

Pero ojo, que no todo son fanfarrias y bailes alegres, pues en esta producción se encuentra el que en mi opinión es uno de los temas más tétricos y espeluznantes que aparecen en una película. Una enervante pieza musical que parece salida de algún trabajo del escritor H.P.Lovecraft, y que al escucharla, uno casi tiene la sensación de andar perdido en el espacio a merced de una fuerza tenebrosa que te rodea sin darte cuenta. Me estoy refiriendo al tema Jupiter and Beyond del compositor György Ligeti.

No te aconsejo escucharla a escuras y en soledad.

Jupiter and Beyond.

En conclusión. 2001: Una odisea en el espacio puede gustarte o no, requerir un esfuerzo para digerirla, y poder dividir claramente al público en dos extremos opuestos. Pero tampoco es descabellado afirmar que si ha influido tan poderosamente en el género de ciencia-ficción hasta el punto de convertirse en parte importante de la cultura popular, y que se siga hablando de esta película trás más de 50 años desde su estreno, pues oye, algo ha hecho bien. Y mucho.

Además, lo cierto es que tuvo una muy buena recepción. Por lo que no sorprende que se rodara la secuela 2010: The Year We Make Contact (1984), también conocida como Odisea 2.

Pero esto, ya queda para otro día.

Y hasta aquí llega el post.

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  Y ya me despido de ti hasta el próximo domingo 29 de agosto.  No sin antes recordarte que ya está disponible en formato digital mi libro LOS OTROS TÚ: Relatos de ciencia-ficción y terror en otros universos.

 Espero que te guste.

 Hasta entonces, te deseo feliz semana. Cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

¿Qué significará esto?, mientras pensamos y filosofamos en ello, me despido no sin antes desearte que tengas una muy feliz semana. ¡Hasta el próximo domingo!

Tus comentarios son más que bienvenidos.