Videojuegos retro: «Parodius: Non-sense fantasy» (actualizado)

Desarrolladora y distribuidora: Konami // Lanzamiento: Abril de 1990 // Plataformas: Originalmente para MSX, arcade, SHARPX68000, Game Boy, Game Boy Color (en un recopilatorio de Konami), TurboGrafx-16, Super Nintendo (el que conocí originalmente y en cuya versión europea voy a basar este post), PS1 (recopilatorio de la saga), PSP (recopilatorio de la saga), Sega Saturn (recopilatorio de la saga), y para móviles (aunque tiene menos niveles) // Género: Shoot’em up // Vista: Scroll horizontal automático.

  Como ocurre con todas las artes, una de las finalidades de los videojuegos es sin duda alguna (aparte de despertar nuestra imaginación y aportarnos tan buenos ratos), la de evocarnos ciertas emociones. Ya sea a través de su experiencia durante el juego, por la naturaleza de las decisiones a tomar en ciertos momentos, o en cómo se desarrolla la trama.

  De este modo, no sorprende en absoluto que como jugadores vivamos todo tipo de situaciones que pueden variar desde el deslumbrarnos con la belleza de los escenarios y los gráficos hasta cautivarnos con historias cargadas de nostalgia y sentimiento. De este modo, a través de los mandos de nuestros videojuegos favoritos, empatizamos con nuestros personajes y sentimos su frustración, pena, desdicha, experimentamos su traición o abandono, la sensación de estar solos en un mundo hostil, sus pérdidas, temores, y fracasos.

  Pero tras mucho esfuerzo, también llega el momento en que nos emocionamos tras alcanzar la meta ansiada. La satisfacción de lograr un mundo mejor tras derrotar al malvado de turno, de sobreponernos a nuestros temores y conquistarlos, experimentar una catarsis bestial cuando derrotamos a este enemigo que tanto daño nos ha causado a nosotros y nuestros queridos PNJ o aliados. Esta sensación de vislumbrar un rayo de esperanza cuando creíamos que todo estaba perdido, de que no estamos solos, de celebrarlo con nuestros héroes favoritos del medio, y de alcanzar la victoria, encontrar momentos que nos llenan de paz y bienestar.

  Y por supuesto, con los videojuegos nos podemos a llegar a reír mucho. Encontrarnos con situaciones que, ya sea porque nos pillan por sorpresa o por estar dotadas de un fuerte sentido del humor, consiguen que soltemos una estruendosa carcajada. Este tipo de juegos en que el botón de pausa se convierte en algo más que necesario mientras tomamos un momento para recuperar el aliento tras partirnos de risa.

Mientras no se le caiga el bañador, todo irá bien.

  En mi caso, tengo una larga lista de títulos que cumplen esta condición, muchos de los cuales ya los nombre en mi post dedicado a las aventuras gráficas. Pero si hay un juego que recuerdo con especial cariño, y que me obliga a contener una sonrisa para poder acertar a escribir estas líneas, este es sin duda un juego de la Super Nintendo en cuya caja aparecía solo una palabra como título: Parodius. Un juego que, como su propio nombre indica, es una parodia de los juegos de la saga de “matamarcianos” Gradius entre otros títulos, ofreciendo una experiencia cargada con un humor hilarante, irreverente, e incluso un tanto gamberro en ocasiones, el cual referencia varios aspectos de la cultura japonesa y el saber general.

  No obstante, durante el trabajo de documentación para este post, este juego me ha sorprendido de varias formas (nada como tener un blog que te obligue a recabar información para saber más sobre tu tema favorito). Para empezar, resulta que este no es el primer título de la saga (como siempre había pensado), sino el segundo, y su nombre original es: パロディウスだ! -神話からお笑いへ, que traducido vendría a ser Parodius Da! Shinwa kara Owarai e (¡Es Parodius! – del mito a la risa), en claro homenaje al Gradius 3: From Legend to Mith, y que llegó a Europa con el nombre de Parodius – Nonsense fantasy (Parodius – fantasía disparatada).

  El primer título de esta saga (dejando fuera todos los pachinkos), fue para la MSX y la NES. Apareció en 1988 bajo el nombre original (en romaji) de Parodius – Tako wa Chikyū o Sukū (Parodius – El pulpo que salvó la Tierra). Tras el éxito de este, se lanzó el arcade conocido como Parodius Da, que pretendía ser un homenaje/parodia al Gradius 3 que se lanzó poco antes, y sobre el cual se lanzaron las siguientes versiones y títulos de la saga. Siendo la de Game Boy un título previo y totalmente distinto al resto de «Parodius 1» que existen.

  Seguidamente vino el protagonista de este post, y luego dos títulos más que también aparecieron para la Super Nintendo. El Gokujō Parodius! -Kako no Eikō o Motomete (El último Parodius -En busca de la gloria pasada que apareció originalmente en 1994 y que nosotros conocimos como Fantastic Journey), y el Jikkyō Oshaberi Parodius (Trampeando a Parodius que apareció en 1995).

  Posteriormente salieron a la luz el Sekushī Parodiusu (más conocido como Sexy Parodius, el cual apareció para recreativas en 1996), Parowōzu o Paro Wars para la PS1 (1997), y finalmente (hasta dónde he podido averiguar), el arcade Otomedius de 2007 (el cual tuvo una versión para X-Box 360 llamada Otomedius Gorgeous!).

  Pero volvamos a lo que nos ocupa, el primer juego de la saga que apareció para SNES, que a efectos prácticos voy a llamar simplemente Parodius a partir de ahora.

  Su trama no puede ser más sencilla, ni descacharrante. A lo largo de todo el mundo se esta observando que los ricos son cada vez más codiciosos, mientras que los niños están demasiado centrados en sus ordenadores e ignoran a sus madres cuando estas van a avisarles para ir a comer. Todo parece indicar que estos, y otros desastres, son causados por un gigantesco Pulpo Rojo que dirige la operación desde su planeta privado.

El Gran Pulpo Rojo en su higiene diaria. Que será malo y todo lo que tu quieras, pero mira, es un tipo limpio.

  Como es de suponer, los cuatro protagonistas de esta aventura no piensan quedarse de brazos (y otros apéndices) cruzados. Por lo que rápidamente se organizan para formar una flota de naves de combate con las que parar los pies a la terrible armada de El Gran Pulpo Rojo. Para lo cual están decididos a recorrer todos los planetas que hagan falta (como un castillo hecho de dulces) y enfrentarse a todos los temibles peligros que les acechan (como los volcanes que erupcionan berenjenas o los capitanes pirata pingüino gigantes de color rosa) con tal de salir victoriosos y detener esta amenaza.  

  Conozcamos a los valerosos héroes de esta aventura:

  –Vic Vipper: Seguro que muchos de vosotros conoceréis a esta famosa nave de los videojuegos, pues se trata de la misma que se manejaba en Gradius e incluso cuenta con una combinación de armas muy parecida. La cual incluye misiles terrestres, disparo sencillo en dos direcciones (línea recta y en ángulo de 45º), un potente láser, y un escudo de protección frontal consistente en dos esferas de energía de color azul.

  –Octopus: El hijo menor del villano tratará de hacer lo imposible por detener los planes de su padre. Una vez se anuda un pañuelo (¿o son unas bragas?) a la cabeza para protegerse del sudor, está listo para el combate. Su equipamiento es parecido al del juego Salamander (también de Konami), el cual consiste en dos peces-misil que salen disparados hacía el suelo y el techo, un disparo simple frontal y posterior, además de un láser circular muy efectivo, y un jarrón como los que usan los pescadores de pulpos, que este simpático personaje usa para defenderse de los ataques frontales.

  –Twin Bee: Esta encantadora nave de color rosa y grandes ojos azules que recuerdan un insecto a reacción, es uno de los personajes más populares y conocidos del juego. Apareció en el juego Pop’n Twin Bee para la SNES, además del juego original. Su configuración de armamento es similar a la de sus pasadas aventuras, incluyendo la capacidad de lanzar sus puños al enemigo en un ataque frontal, un disparo simple en dos direcciones como el de su compañero Octopus, y un ataque de proyectiles en tres direcciones, además de un campo de fuerza multicolor que le protege de todos los ataques al ser activado.

  –Pentarou: ¡Pingüinos al poder!, mi personaje favorito. Esta simpática ave de climas fríos no piensa permitir que el villano del juego se salga con la suya, por lo que armado con lo que parece ser una especie de trabuco espacial, y retomando su papel de estrella en otros videojuegos de Konami (como el Penguin Adventure), hará todo lo posible por restaurar la paz en la galaxia. Entre sus armas se encuentran unas mini-ballenitas que actúan como misiles terrestres, un ataque simple doble como el de su amigo Vic Vipper, y unos proyectiles que explosionan varias veces al alcanzar el objetivo. Además, cuenta con una poderosa burbuja que le protege de los disparos enemigos.

De izquierda a derecha: Octopus, TwinBee, Vic Vipper, y Pentaro dispuestos a dar caña. Así de bien aparecieron en el libreto de instrucciones original.

  En esta aventura no solo podremos elegir una de las cuatro naves disponibles, sino que además podemos seleccionar la cantidad de vidas con que queremos empezar, pudiendo elegir entre 0 (lo que se traduce en que al más mínimo ataque recibido o al más leve choque contra una pared u enemigo es Game Over directamente), hasta un máximo de nueve, eso sin contar las que consigamos durante el juego a base de acumular puntos. Que muchos de vosotros pensaréis que es un chollazo y que así el juego debe ser un paseo, pero es que incluso eligiendo el más bajo de los 7 niveles de dificultad disponibles en la pantalla de opciones, Parodius ya presenta una dificultad entre normal y moderada. Lo cual me parece una excelente idea en un juego de estas características, pues ambas opciones permiten que todo tipo de jugadores puedan adaptar la dificultad a su gusto : tanto aquellos con ganas de ponerse a prueba y tengan ganas de pasarse sus numerosas fases a base de esfuerzo, como los más casuales que solo quieran gozar de la experiencia sin frustrarse por no poder guardar. Pero si todo esto te sabe a poco, el juego ofrece una fase de entrenamiento llamada Lollipop (Piruleta) u Omake en versión original (palabra utilizada en japonés para los extras de un manga, DVD, o videojuego), la cual también es bastante extensa, tiene sus propios enemigos y escenarios, además de ofrecer la oportunidad de intentar superar nuestro propio récord de puntuación, al igual que la aventura principal.

Sí, sí. Todo muy bonito y muy simpaticote, pero mejor no confíes ni en esta sonriente montaña ni en la sakura de la izquierda.

  Además, a lo largo del juego nos podremos encontrar con varias campanas que cambian de color a medida que las disparamos. Según el color que termine mostrando al atraparlas, se producirán varios efectos en pantalla que nos pueden ser muy útiles si sabemos aprovecharlos, tal y como se describe a continuación:

  –Amarilla: La más común. Nos entrega puntos que sumar a nuestro marcador. Si conseguimos varias seguidas de este mismo color, la puntuación obtenida con cada campana es mayor cada vez. Facilitando que ganemos alguna vida extra.

  –Azul: ¡Destrucción total!, esta campana nos obsequia con una bomba que se almacena en nuestro inventario (abajo a la derecha de la pantalla) y que destruye todos los enemigos en pantalla al acto (salvo los jefes finales de nivel, que no acaba con ellos pero también les hace daño). Podemos almacenar hasta tres de ellas.

  -Roja: Tres barras de energía verticales quedan almacenadas en nuestro inventario. Al usar una de ellas, se quedará estáticamente en la pantalla y causará graves daños a los enemigos que cometan la insensatez de intentar atravesarla.

  –Verde: ¡Super nave!, nuestro protagonista crecerá notablemente hasta ocupar un tamaño cinco veces superior al habitual. Durante los escasos segundos en que dura este efecto, la nave es absolutamente invencible y hiere a los enemigos solo con tocarlos, aunque no puede disparar ni atrapar otras campanas.

  –Blanca: ¡La palabra es poder! Gracias a un poderoso megáfono, nuestra nave lanzará potentes ataques horizontales de longitud variable, que derrotarán a nuestros enemigos gracias al poder de los sabios e importantísimos mensajes de nuestro protagonista, tales como “Traffic Jam”, “Bed & Breakfast”, “Shaving is boring”, o “Huh!, garlic breathe” entre otros. Claro está, en su versión original en japonés, los mensajes varían y están en este idioma.

  Y hablando del original japonés, este tiene significativas diferencias comparada con la versión europea censurada que jugué en mi queridísima Super Nintendo hace casi 29 años al momento de escribir estas líneas (¡como pasa el tiempo y que viejuner estoy ya!). Para empezar, en la versión original sin censura, el boss del cuarto nivel se mueve de forma muy diferente y provocativa, en el mismo nivel aparece el cuadro “El nacimiento de Venus” mientras que en la versión europea no, y del mismo modo, los payasos de la segunda fase muestran una cruz cristiana cuando son derrotados, mientras que la que todos conocimos por estos lares en su momento, estos mostraban el mecanismo que activa los juguetes de cuerda, amén de otros muchos cambios.

En la versión japonesa sin censura, los payasos lloran mientras aparece el cartel de «OUT» y una cruz funeraria sobre sus cabezas.

  Por mi parte os recomiendo que por poco que podáis, probéis la versión original del país del sol naciente, aunque en realidad no varía mucho más una que otra. Pues en ambas, el juego está dotado de un gran colorido, además de una originalidad hilarante que se aprecia tanto en su gran variedad de enemigos como en lo sorprendente de los escenarios, así como los pequeños detalles del juego que aparecen de forma más sutil. Hay que jugarlo para creerlo.

  Para terminar, si hay algo que llama poderosamente la atención, es la música. Y es que es imposible jugar a este juego y no reconocer varios de los temas que suenan de fondo, los cuales son mayormente temas de la música clásica y popular, como por ejemplo: Flight of the bumblebee de Korsakov, el concierto número uno para piano de Thaikovsky así como su Dance of the red pipes y la Rusian dance trepak de El cascanueces, Thunder & lightning polka de Johan Strauss, la danza húngara de Brahams, el Csikos post de Hermann Necke, o el final de la abertura de William Tell de Rossini y el famoso Can-Can de Offenbach entre otros muchos temas que dichos así, a la mayoría nos pueden sonar a chino, pero que una vez los escuchas no puedes evitar exclamar “¡si la conozco, es de un dibujo animado, es de un anuncio, la escuché en tal película!”. Pues son todos ellos temas archiconocidos, solo que interpretados con un estilo más alegre y dinámico, siendo un acompañamiento perfecto en el tronchante periplo que nos propone este juego mientras tratamos de esquivar un esqueleto que se tapa sus partes nobles con un pai-pai, nos las vemos con un gato-barco pirata, o atacamos una nave espacial hecha con estatuas maoríes de la Isla de Pascua, entre otras cosas difíciles de creer en un videojuego hasta que uno las ve con sus propios ojos.

Que por cierto, la selección de temas musicales tan populares para crear la banda sonora del juego no fue una elección profundamente meditada ni mucho menos, sino que esto se convirtió en una marca de la franquicia gracias a cierta serie de factores que se produjeron durante el desarrollo del primer título de la saga. Esencialmente, ocurrió que al compositor le dieron un plazo de tiempo tan breve para desarrollar todos los temas del juego, que decidió reconvertir varias piezas conocidas de la música clásica y arreglarla con otras escalas y ritmos para poder entregar a tiempo. Lo cual resultó ser todo un acierto, como se vio en el juego ya terminado, y en los sucesivos títulos que vinieron.

Sí, es un gato-barco pirata lleno de grumetes pingüino que nos disparan con sus cañones. No es lo más raro que se llega a ver en el divertido mundo de Parodius.

  Siendo muy escrupuloso, lo único que se me ocurre en contra de este juego es que el modo de dos jugadores no es cooperativo. Y que cada jugador hace su propia partida, en cuando el otro ha perdido una vida. Aparte de esto, es una maravilla de título con el que pasarlo en grande.

  Por el amor de Dios, jugadlo por favor. Por mi parte queda más que recomendado, y anda que no le voy a echar más partidas aún. A este y los demás de la saga, pero esto ya es otra historia.

Hace unos minutos, el mascarón de esta nave espacial era un tipo duro y aguerrido con gafas de sol.

  Y hasta aquí el post.

  Como recomendación de la semana, quiero comentaros una vez más el maravilloso trabajo que hacen las muy buenas gentes de Videojuegos por alimentos. De verdad que me encantan este tipo de iniciativas solidarias promovidas por la comunidad friki y por amantes de los videojuegos. Esta organización cambia videojuegos donados voluntariamente a cambio de alimentos que posteriormente son entregados a las familias más necesitadas. En estos tiempos tan peculiares que estamos viviendo, dar apoyo a estas causas es más importante que nunca, de modo que no cuesta nada acercaros a su web ni que sea para echar un vistazo o bien darlos a conocer. Os dejo el link nuevamente, y os recuerdo que cualquier otra causa benéfica que conozcáis me la podéis hacer llegar a través de la caja de comentarios para darla a conocer.

  videojuegosporalimentos.org

  Como siempre, te recuerdo que acostumbro a publicar nuevo contenido todos los domingos, de modo que, si nada lo impide, volvemos a vernos el próximo día 30 de agosto.

  Para terminar, quisiera pedirte que, si has disfrutado el post, me sería de mucha ayuda si le dieras al botón “Me gusta” y lo compartieras en tus redes sociales, así como con tu familia y seres queridos. También decirte que puedes participar activamente en el blog a través de la caja de comentarios, ya sea dejándome tus sugerencias para la “recomendación de la semana” (si conoces algún evento o local interesante relacionado con el frikismo cerca de dónde vives), así como tus aportes para la sección de “Fechas frikis” y “Curiosidades” al margen de cualquier cosa que quieras compartir conmigo y los demás lectores. También puedes apoyar al blog mediante la aplicación “Invítame a un café” que se encuentra en la barra de widgets. Todo ello me sería de gran ayuda para seguir adelante con “tallopis-escribe.com”.

  Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

P.D: Muchísimas gracias al excelentísimo señor UdaMaster, genial youtuber y mejor persona, amén de un buen amigo de este blog, por su aporte y ayuda en el desarrollo de este post. Te recomiendo que visites su extraordinario canal, con el que no solo aprenderás de lo lindo sobre videojuegos, sino que además lo disfrutarás cosa seria. ¡¡Un abrazote compa!!

www.youtube.com/user/TheUdamaster

Aunque parezca un enemigo, esta vedette en realidad no quiere hacernos daño… creo.

Comments

  1. Seguimos leyendo las entradas de tu blog y vamos y nos encontramos con la reseñaza de nuestro Shoot ‘em up favorito.
    Otra cosa no pero este juego derrochaba humor bizarro por todas las esquinas del cartucho y por eso nos encanta.
    Y es que este es uno de esos juegos que aún sin poseer el software original en aquellos momentos y tirando vía emuladores, pudimos disfrutar y donde además de poder disparar a diestro y siniestro podíamos echarnos unas buenas risas tras varias acciones o escenas que aparecían en pantalla.
    Muy buena reseña para dar a conocer este gran juego a todos aquellos que no lo han probado aún y que si son muy fan de los «matamarcianos´´´con este van a disfrutar de lo lindo.
    Genial también que recomiendes esa gran iniciativa llamada VideojuegosxAlimentos que hacen una grandísima labor y en la que deberíamos de colaborar todos sin dudarlo.
    ¡Nos leemos en la siguiente entrada, amigo T.A. Llopis….eso sí, después de una buena partida a este juegazo!
    Un abrazote.

    1. ¡¡Hola de nuevo compa :D!!, de verdad que tenerte como lector es todo un lujo *^_^*
      En emuladores conocí los otros dos de la SNES y desde luego que son también muy recomendables (con nuevos e hilarantes escenarios y más naves a elegir incluyendo un cerdo con alas). Pero quizás porque este «Non-sense Fantasy» fue el primero al que jugué, me impactó fuerte. Recuerdo que en su momento me costó entre 12.000 y 15.000 pesetas de las de mediados de los noventa, pero el hartón de reír que me di con este juego fue de los de revolcarse por el suelo… algo increíble, vamos. El momento «paraguas» en el cementerio fue demasiado.
      Mira que por regla general no me llaman mucho los shoot’em up (sin decir que no me gusten, ojo), pero me encantan todos y cada uno de los tres juegos para la 16 Bits de la gran N, además, para esta misma consola probé el Super R-Type y el Axelay, ninguno de los dos está nada pero que nada mal. También he probado el «Sexy Parodius» en M.A.M.E. y es la risión absoluta.
      Ah, y lo de las iniciativas… admito que con esta de «VideojuegosxAlimentos» me ha enamorado. Ayudar a los más desfavorecidos gracias a los videojuegos me parece una genialidad. Ahora mismo ando buscando otras propuestas parecidas para darles un poco de bombo y estoy pendiente de respuesta en otras, esperemos que me respondan pronto y pueda dedicarles un espacio en futuros posts.
      Desde luego, que no falte un pequeño momento de descanso y despejar la mente con una partidita, y si encima nos reímos con ello, pues mejor que mejor.
      Cuídate mucho y un fuerte abrazo 😀

Tus comentarios son más que bienvenidos.