Animación Retro: Toy Story y el origen de Pixar

Estudios de animación hay la tira.

  Entre algunos de los más destacables podríamos mencionar los famosos Studios Ghibli, Sony Pictures Animation, DreamWorks Animation, Illumination, Laika, Walt Disney, Toei Animation, y un largo etcétera. Cada uno, con su estilo artístico y modo de hacer las cosas, han logrado llevar a cabo grandes producciones muy disfrutables.

  Y como en la variedad está el gusto, seguro que muchos de vosotros, oh buenas gentes lectoras, tendréis un favorito acorde con vuestras preferencias. Y esto es genial, pues todos ellos tienen trabajos muy interesantes en su haber.

  Sin embargo, creo que podemos estar objetiva y mayormente de acuerdo si digo que, de entre los más influyentes, la gran Pixar destaca especialmente.

  ¿Pero de dónde salió este asombroso estudio y cómo fueron sus primeras andaduras en un mercado tan competitivo como es la animación?

  Permíteme que te hable (muy brevemente) al respecto de este tema, y de paso me queda una introducción bastante apañada ^_^.

  De hecho, para comprender su evolución hasta lo que es Pixar en la actualidad, debemos remontarnos bastante más atrás al momento de su fundación en 1986, concretamente hasta 1960. En este año, nos encontramos con que el prestigioso New York Institute of Technology se convierte en una de las primeras instituciones de la historia en integrar ordenadores en sus aulas con intereses educativos. Esto ocurrió después que la directiva comprendiera que las computadoras tenían un gran futuro por delante, y que con el tiempo se convertirían en máquinas aún más sofisticadas con gran cantidad de funciones que explotar en distintos campos. Uno de estos visionarios fue el propio fundador de dicha institución, el doctor Alexander Schure, el cual mostró interés en estas máquinas al pensar que podrían agilizar y modernizar el laborioso trabajo de animación.

  Ni corto ni perezoso, este buen señor creó el Computerized Graphics Lab (CGL para abreviar) en 1974. Reunió lo más avanzado en tecnología que existía en aquel momento y contrató a los más grandes genios del sector, entre los que se encontraban mentes privilegiadas como David DiFrancesco, Ed Catmull, Alvy Ray Smith, y Malcolm Branchard. Todo ello con un solo propósito: crear la primera película creada íntegramente por ordenador, lo cual teniendo en cuenta las limitaciones técnicas de la época (especialmente la capacidad de los procesadores), era una tarea más que ambiciosa, por no decir casi imposible.

  No obstante, este equipo logró importantísimos avances en el aún joven campo de la animación por ordenador, e incluso crearon una interesante cinta experimental llamada The Works. La cosa llegó a tal extremo que Ed Catmull realizó una serie de visitas a Disney para dar a conocer el trabajo del CGL y preguntar su opinión, y aunque en el futuro esta relación con la empresa del tío Walt sería básica para el futuro de la aún inexistente Pixar, en aquel momento las cosas no fueron muy bien que digamos. De hecho, en Disney no se mostraron muy receptivos que digamos por los avances del CGL (ni siquiera mostraron interés en un algoritmo para renderizado de cosecha propia al que llamaron REYES y que era una pasada). Nadie estaba interesado en el trabajo de la CGL… salvo John Lasseter (nombre importantísimo como veremos más adelante).

 Sea como sea, el CGL pronto se encontró sin fondos para seguir su labor. De modo que el equipo se disolvió y varios trabajadores fueron a buscar campos más verdes en los que seguir su labor, como por ejemplo Smith y Catmull, que en 1979 se largaron con todo lo aprendido en el CGL para entrar a seguir trabajando de lo suyo en LucasFilm como jefes del Graphic Group (poca broma con eso), dónde siguieron perfeccionando sus técnicas con el paso de los años. A principios de los ochenta, el Graphic Group (bajo el genial liderazgo de Smith y Catmull) habían avanzado lo suficiente como para realizar trabajazos realmente espectaculares, como la secuencia del “Caballero de cristal” en la película Sherlock Holmes y el Secreto de la pirámide, siendo la primera escena en la historia del cine en usar efectos CGI fotorealistas. ¡Casi nada!

  En poco tiempo, y tras la contratación de John Lasseter de Disney (figura clave para la futura Pixar), LucasFilm incomprensiblemente decidió prescindir de Graphic Group. El equipo de Smith y Catmull, de nuevo en la calle, entabló conversaciones con Phillips (interesada en el renderizado de tomografías) y General Motors (que ansiaba dicha tecnología del desaparecido GG para el diseño de nuevos vehículos). Finalmente, tras aflojar cinco millones de dólares, quien se llevó el gato al agua fue Steve Jobs, el cual fundó una nueva compañía que tendría a Catmull como vicepresidente, y Smith como principal CEO.

  Esta compañía se llamaría Pixar Image Computer, y aunque al principio se dedicaba exclusivamente al hardware para medicina y organizaciones gubernamentales, Lasseter dio un último empujón a su “Sistema de producción de animación por computadora” (CAPS por sus siglas en inglés), y crearon un primer corto puramente animado: Luxo Jr.

www.youtube.com/watch?v=D4NPQ8mfKU0

  Este primer trabajo creó una gran impresión, tanto, que la compañía decidió usar los personajes de Luxo como emblema y mascota. Es 1986, y aunque no logró el óscar a “mejor corto animado” de aquel año, este trabajo logró una gran repercusión.

  Aún faltaba mucho para que Pixar se convirtiera en el gigante que hoy conocemos… pero no cabe duda de que este paso fue realmente importante. Había nacido una nueva estrella que no ha parado de investigar, innovar, y avanzar para perfeccionar sus trabajos.

  Y hasta aquí voy a contar al respecto, si queréis saber más, os recomiendo el genial artículo The Genesis of Pixar de la web Cinelinx. www.cinelinx.com/movie-news/movie-stuff/the-genesis-of-pixar/#:~:text=In%201979%2C%20George%20Lucas%20hired,would%20later%20evolve%20into%20Pixar.&text=It%20was%20the%20first%20use,graphics%20in%20feature%20film%20history.

  Y bueno… tengo que admitir que esta vez sí me he liado, pero a lo grande, y como “introducción” se me ha ido realmente la mano *^_^*. Sin embargo, todo lo dicho hasta ahora me viene de maravilla para presentaros el que sería el primer largometraje de este maravilloso estudio que es Pixar, y con el que empezaría una trayectoria realmente meteórica. Obviamente me estoy refiriendo a la mítica Toy Story, la primera película creada íntegramente por ordenador en toda la historia, cumpliéndose así el sueño de Alexander Shure al fundar el CGL.

  Dicha película, dirigida por el mismísimo John Lasseter en persona, fue estrenada en su país de origen en 1995, cuya trama es tal y como sigue a continuación.

  Para ello debemos desplazarnos a un universo alternativo al nuestro, situado temporalmente a mediados de los 90. En dicho lugar, en cierto barrio residencial de Estados Unidos, la vida transcurre de la forma más cotidiana que te puedas imaginar… los adultos a currar, los chavales al cole, todo aparentemente muy normal, salvo por un fabuloso detalle: ¡Los juguetes tienen vida propia! Cuando los humanos andan cerca se quedan quietos, pero cuando están solos, estos objetos con la sagrada misión de servir de compañía y juego a los niños, resulta que disponen de emociones, carácter, y libre albedrío además de poder moverse a voluntad.

  Y así empieza esta historia, en dónde conocemos al niño Andy (voz original de John Morris). Un chaval con una gran imaginación que ama a sus juguetes, especialmente a Woody (doblaje de Tom Hanks), un muñeco con forma de cowboy provisto de un sistema de frases con voz activado por cordel.

  Por supuesto, Woody, al ser el favorito de Andy, está al mando de todos los juguetes de la habitación, siendo un líder eficaz que siempre ha cuidad muy bien de todos y disfruta haciéndolo. Los otros juguetes, como el protestón Míster Potato (Don Rickles), el sarcástico cerdito-hucha Hamm (John Ratzenberger), el inseguro dinosaurio Rex (Wallace Shawn), o la dulce pastora de porcelana Bo Peep (con voz de Annie Potts a la que muchos recordamos como Janine de los Cazafantasmas), siguen con admiración a Woody y confían en él.

  Pues bien, como ocurre en todas las navidades y fiestas de cumpleaños de Andy, los ánimos están muy caldeados entre los juguetes de la Habitación, pues temen que pueda venir un recién llegado mejor que ellos y sean desplazados o sustituidos.

  Cuál es su sorpresa cuando sobre la cama de Andy descubren a un modernísimo juguete de última generación. Nada más y nada menos que un muñeco de acción Buzz Lightyear (Tim Allen de la serie Un chapuzas en casa), una auténtica pasada de juguete con alas desplegables, voces, luces, y totalmente articulado, además de tener una presencia futurista-espacial de lo más increíble. Y pese a que este no tiene constancia de ser un juguete, sino que creé de verdad ser un aventurero galáctico en un planeta desconocido. Aún así, Buzz va ganándose el cariño y admiración de todos los demás juguetes de Andy.

  Un día, siendo llevado al límite por sus propios miedos, Woody decide aprovechar una oportuna casualidad para intentar deshacerse de Buzz. Sin embargo, el plan sale incluso mejor de lo esperado y el juguete espacial termina cayendo al jardín. Desgraciadamente, los demás juguetes son testigos de lo ocurrido y lanzan a Woody al mismo destino. Nuestro protagonista llega a la conclusión que, para hacer las paces con sus amigos, deberá rescatar a Buzz y convencerle de que vuelva, aunque en el camino vivirán grandes aventuras que les alejarán cada vez más de casa de Andy, además de tener que sortear terribles peligros, como el malvado niño Sid (Erik Von Detten), un sádico que disfruta rompiendo juguetes expresamente.

  Y hasta aquí puedo contar. Si aún no has visto esta película y quieres saber cómo acaba todo, ya sabes lo que te toca, porque yo no te lo voy a contar.

  Estrenada en 1995, y con guion de Alec Sokolow, Joss Whedon, Joel Cohen, y Andrew Stanton, esta película fue el inicio de algo realmente extraordinario, logrando que Pixar entrara en el mundo de los largometrajes de animación por la puerta grande, y convirtiéndose en toda una declaración de intenciones en lo que a estilo narrativo se refiere al contener muchos de los factores que se volverían recurrentes en todas las siguientes (y exitosas) producciones de estos estudios. Entre ellos contamos las numerosas referencias a la cultura popular, mostrar historias con fuerte contenido emocional bastante maduro, contar con una muy cuidada música de fondo pero pocos o ningún número musical (en el caso de esta Toy Story escuchamos el célebre tema de You’ve got a friend in me), estar dirigidas a audiencias infantiles pero contar con protagonistas y subtramas directamente dedicadas a los adultos (como la revelación de Buzz sobre su realidad), personajes protagonistas imperfectos que aprenden y evolucionan moralmente, por lo que ya se puede adivinar que esta película cuenta con una trama, y desarrollo de la misma excelentes, que son una auténtica clase magistral sobre como contar una buena historia.

  Además de la gran cantidad de easter eggs que a Pixar tanto le gusta esconder en sus películas, así como todas las leyendas y teorías que circulan alrededor de esta producción, como que en la película Coco podemos ver el destino final de Sid (el malvado niño de esta Toy Story), o que cuando el niño-araña usa el código morse, transmite el mensaje «RR Come Out», por poner unos ejemplos.

  Y es que, si como un servidor, te encantan las películas con mil detalles para buscar y curiosidades puestas ahí para que des con ellas, esta producción te va a encantar. Pues en esta producción también se usan por primera vez ciertos elementos que con el tiempo se convirtieron en parte de la marca Pixar, como las auto-referencias a otros trabajos de la compañía que vemos en prácticamente todas las producciones (en este caso los títulos de los libros de la habitación de Andy resultan ser nombres de cortos anteriores a la aparición de Toy Story), o el presentar tanto a la característica pelota amarilla con la estrella roja como al clásico camión de Pizza Planet que aparece escondido, a veces de forma terriblemente sutil, en todas sus producciones.

  Detalles todos ellos que alimentan una de mis hipótesis favoritas en la historia del cine: La teoría del universo único de Pixar (sobre la que no descarto hacer un post algún día porque me parece un tema muy interesante). Pues en posteriores producciones Pixar, podemos ver aparecer personajes de otras películas de estos mismos estudios.

  Pero eso es otra historia.

  A dónde quiero ir a parar es que esta película es, objetivamente, un título que marca un antes y después en toda la historia del cine. No solo por ser la primera producción en ser realizada íntegramente por computadora y el primer largometraje de esta compañía, sino también por su gran cantidad de aspectos positivos que la convierten en un título merecedor de gran cantidad de elogios.

  Entre ellos contamos con la gran solidez de los personajes, los cuales desprenden una humanidad arrolladora, con sus virtudes, defectos, historias personales, y aprendizajes. Mostrando nuevamente la atención que Pixar pone en los detalles.

  Luego está el genial equilibrio entre sus diferentes elementos que forman la historia, mostrando gran cantidad de escenas que se interpretan de forma muy distinta cuando uno la ve en la infancia y luego la vuelve a ver en la madurez. De este modo encontramos que todas sus tramas son muy profundas, así como todas estas escenas que tienen poco o ningún diálogo pero que muestran poderosos mensajes, así como una estupenda proporción humor-aventura, mundos amplios y abiertos, villanos que sirven de apoyo a la historia en lugar de llevar todo el peso del conflicto narrativo, un ritmo dinámico muy ágil a la par que sutil en muchas ocasiones, partiendo de la sencilla premisa de mostrar un mundo que creemos conocer desde un punto de vista absolutamente original… ¡Dios, si es que podría seguir así durante mucho más tiempo!, porque en verdad que esta producción no solo es toda una pionera en su género, sino toda una obra de arte de la animación que te entra por la excelente cantidad de sus imágenes, la búsqueda constante de la perfección y la mejora que muestra Pixar en todos sus trabajos, pero que acabas gozando por sus historia y diálogos.

  Con todo eso, no es de extrañar que en su momento saliera el pertinente videojuego para SNES, Game Boy, Mega Drive, y Windows (aparte de un Toy Story Racer que acabó saliendo para Game Boy Color y PS1), entre otro merchandising de lo más variado, como juguetes, camisetas, y demás, sino que además la película contó con tres precuelas y varios cortos.

  En definitiva: Uno puede tener sus preferencias, ser perfectamente libre de que algo le guste más o menos, pero si Toy Story es el inicio de la gran aventura que es Pixar, además de ser una película mítica que debe verse, pues se dice y punto.

  Por el amor de lo que sea, si no la has visto, corre y hazte el regalo de disfrutarla.

  Y hasta aquí llega este post.

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www.shogunsalamanca.com/tienda/

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  Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

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  UN ABRAZO BIEN GRANDE.