T.V.Retro: Serie «Pesadillas»

Entretenimiento inspirado en el género de terror, pero destinado a niños.

  ¿Por qué no?, es una buena idea.

  Y lo de introducir monstruos (seres monstruosos de toda la vida muy dignos de tal nombre, no personajes expresamente adorables como Los Chuquis), y adaptarlos a productos infantiles, pues tampoco lo veo mal si se hace teniendo siempre presente el público al que va destinado.

  Como exitosos ejemplos de esta curiosa combinación, encontramos ejemplos muy notorios como la genial serie de animación Los cuentos del guardián de la cripta, que se emitió por primera vez en 1993 (inspirada en la serie homónima que se basó en los famosos cómics Tales from the Crypt de EC Comics en los años 50). Mientras que en los 80 contamos con la película Una pandilla alucinante.

  En la misma línea de este tipo de producciones, seguro que muchos de vosotros recordaréis otros ejemplos bastante más inocentes, como la serie Scooby Doo, los Groovie Gooulies (que nosotros conocimos como Mis queridos monstruos), la serie de animación de Los Cazafantasmas, Agallas: El perro cobarde, y posteriormente nos llegó la película Monster House, por nombrar algunos. Lo cierto es que, en aquellos tiempos, me suena haber oído decir varias veces que actividades de campamento tales como las “noches de brujas” y el contar historias de miedo son positivas para los niños, pues así aprenden a superar el miedo a la oscuridad, la noche, y criaturas tenebrosas que solo existen en sus respectivos mundos de ficción.

  Actualmente, me da que este concepto de unificar seres horrorosos con productos infantiles sería más difícil de llevar a cabo (creo que salvo la trilogía cinematográfica Hotel Transilvania no existe nada ni remotamente parecido de forma reciente), pero pensad por un momento en la cantidad de obras que desarrollaron esta premisa inicial en los ochenta y noventa, incluyendo la serie que hoy vengo a presentaros y seguro que muchos de vosotros recordáis.

  Todos y cada uno de sus capítulos, empezaban con esta introducción:

www.youtube.com/watch?v=sC25IPBIkSI

  El formato de la serie no tiene mayor misterio.

  En cada episodio se nos presenta una historia auto conclusiva de unos veinte o veinticinco minutos cada uno (algunos de carácter especial llegan a durar hasta una hora o bien se explica en dos partes), pero sin aparente relación unos con otros salvo el hecho de que en todos ellos aparecen objetos o seres con carácter paranormal de naturaleza amenazante. De modo que en cada episodio se nos presenta una historia de temática tenebrosa pero ideada para un público preadolescente.

  Curiosamente, y contrariamente a lo que uno podría pensar debido a la buena acogida de esta serie, no es una pionera en su formato. Pues en 1990 se estrenó la serie canadiense ¿Are you afraid of the dark?, la cual nosotros conocimos como El club de la medianoche, cuya trama si tenía un mínimo hilo conductor de un episodio a otro. En ella, veíamos que cada capítulo empezaba con un grupo de amigos adolescentes que se reunían de noche para que uno de ellos contara una historia de miedo a los demás, no sin antes pronunciar las palabras “Someto a la aprobación del club de la medianoche, esta historia a la que llamo…” y arrojar un puñado de polvo al fuego, sobre el cual aparecía el título de la historia, con lo que a continuación empezaba el capítulo.

   Y es que la serie que ocupa este post, no fue estrenada hasta octubre de 1995 en su país de origen, que al igual que la anteriormente comentada resulta ser Canadá, dónde se emitió en el canal YTV. La serie tuvo un gran éxito, llegando a tener más de 70 capítulos a lo largo de 4 temporadas, hasta que llegó a su final en noviembre de 1998. Mientras que en nuestro país se empezó a emitir en la cadena Antena 3, poco después de su lanzamiento, y recuperada posteriormente en el Cuatro.

  La serie estaba basada en los libros del mismo nombre Pesadillas, o Gosebumps en versión original, lo cual hace alusión a los diminutos bultos que aparecen en la piel cuando tenemos frío o miedo, produciendo el efecto conocido como “tener la piel de gallina”.

  Dichos libros son obra del autor Robert Lawrence Stine, más conocido como R.L.Stine, el cual da vida al hombre vestido de negro que vemos en la introducción de la serie. Dichos libros catapultaron a su autor a la fama, y los 62 volúmenes que llegó a publicar como parte de esta colección, han llegado a vender la friolera de 300 millones de unidades en todo el mundo, lo cual le valió (entre otros honores) el record Guinnes del año 2003 a la colección más vendida de todos los tiempos. Lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta que muchos de nosotros teníamos varios de sus libros en casa cuando éramos pequeños, o bien conocíamos a un amigo, un compañero de clase, o familiar que tenía al menos un par de ellos.

  Bajo esta cara de hombre apacible y simpático, se encuentra todo un señor escritor que, no solo es increíblemente prolífico con su trabajo, sino que todo da a entender que disfruta haciéndolo. De hecho, se dice sobre él que, desde pequeño era un voraz lector (como todo escritor que se precie) y que con nueve años ya pasaba horas frente a su máquina de escribir, con la que en ocasiones llegaba a crear hasta veinte páginas en un día. Y aunque esta colección de Pesadillas fue su mayor pelotazo, no fue su primer éxito editorial. De hecho, este hombre empezó publicando el libro Blind Date (conocido en nuestro país como Cita a ciegas), en dónde un adolescente recibe una extraña invitación para salir de una chica no muy vivaracha que digamos. Este libro fue el preludio de una colección de libros destinada a un público mayormente adolescente, me estoy refiriendo a los relatos de Fear Street, los cuales tuvieron un más que notable éxito.

  Y ahora viene lo bueno del asunto.

  Cuando el editor de Stine vio que la cosa funcionaba, tuvo la idea de “expandir horizontes” y le sugirió al escritor que empezara a hacer libros de terror destinados a un público más de edad situada entre los 8 y los 12 años. Pero resulta que, de entrada, Stine se negó, le pareció una idea horrible a la que se negó a participar rotundamente, pensando que sus fans adolescentes le perderían el respeto si se ponía a escribir “libros de terror para niños”. Pero bueno, la cuestión es que le terminaron convenciendo, y sin que el escritor las tuviera todas consigo, lo cierto es que llegó a escribir los primeros libros de la colección, de modo que a principios de los noventa se pusieron a la venta, mostrando en portada los coloridos y realistas trabajos del ilustrador Tim Jacobus.

  Fueron un éxito arrollador.

  Había nacido una estrella, y los siguientes libros de la colección se empezaron a vender como churros. Destacando algunos de ellos como La noche del muñeco viviente (el favorito del propio Stine), o Sangre de monstruo, entre algunas de las preferidas por los fans.

  Razón por la que no es de extrañar que surgiera una serie de televisión al poco tiempo, junto a una gran variedad de merchandising relacionado que incluye juegos de mesa producidos por MB (Noche en la torre del terror, Un día en Horrorlandia, y Terror en el cementerio), dos juegos para PC, y una autobiografía del autor, además de reediciones como la Serie 2000, nuevas colecciones (como la que apareció en octubre de 2014), o la edición Gosebumps most wanted.

  Pero ya me estoy liando, incluso un poco más de lo habitual.

  Volviendo a la serie, las historias que nos mostraban eran interpretados por actores mayormente desconocidos, nada de estrellas infantiles ni rostros populares, para evitar que estos pudieran eclipsar lo realmente importante de cada capítulo: la historia.

  Aparte que la serie tenía muchos aspectos en común con los libros.

  Para empezar, el papel principal siempre recaía en un niño o niña al que le faltaban pocos años para entrar en la adolescencia, y que se enfrentaba a una situación propia de la edad, tal como viajar a un nuevo destino de vacaciones con la familia, ir de campamento, mudarse a una nueva ciudad, o algún hecho similar. Con lo cual ya nos ubica en un entorno muy concreto que también es novedoso para los personajes protagonistas, pero sin dejar de ser cotidiano. De algún modo, sucede un hecho terrorífico, un objeto embrujado cae en manos de los niños, o bien hace acto de escena alguna criatura o ser de naturaleza malvada que amenaza al protagonista o sus seres queridos. Siendo muy pocas veces creídos o apoyados por los adultos, los personajes principales descubren que están solos frente al peligro y que deben apañárselas para lograr salir victoriosos.

  Además, tengo que decir que esta serie tiene dos ingredientes que me encantan a nivel argumental. Para empezar, el hecho de que sean novelas destinadas a un público bastante joven, no implica que todas las historias tengan un final feliz (que también los hay), dando lugar en no pocas ocasiones que los protagonistas terminan obteniendo una victoria pírrica, acaban con un destino irónico, o bien salen perdiendo, eso por no dejar en el tintero aquellas ocasiones en que el monstruo no era el villano después de todo. Por lo que cada novela es toda una sorpresa cuyo final no puedes predecir fácilmente, y esto es sencillamente genial. ¿De cuantas obras de ficción, de cualquier medio, puedes decir esto? Además, y con esto llego al segundo punto que me parece muy interesante en estas Pesadillas, es que al final siempre se produce algún tipo de giro argumental imprevisible e imaginativo que da a la novela un golpe sorprendente muy bien llevado (aparte que el corte publicitario estaba oportunamente pensado para que se produjera en el momento más interesante y de mayor tensión).

  Incluso podría decir que siempre hubo un tercer factor que me parecía una maravilla tanto en los relatos como en el show de televisión, y es la admirable capacidad del autor para tomar algo que ya existe o ya conocemos (fantasmas, monstruos, insectos gigantes, objetos malditos, zombies, vampiros, maldiciones y demás cosas espantosas en esta línea), y explotarlo de una forma original y novedosa que combinaba con aspectos del día a día que se podrían dar en la vida de un preadolescente cualquiera para crear la historia, o el cercano trasfondo en dónde se desarrollaría la trama terrorífica de cada capítulo . Lo cual tiene especial mérito si tenemos en cuenta que en gran variedad de ocasiones se mezcla un intento de crear terror con situaciones un tanto rocambolescas que causan una sensación más de asco que de otra cosa, pero claro, eso lo digo con el paso del tiempo y reviviendo la experiencia de ver la serie ahora como adulto, pero no cabe duda alguna de que esto lo veíamos de pequeños y más de uno tendría alguna que otra mala noche pensando en lo visto en estas geniales historias, que han envejecido mal, podrían tener un cierto toque a lo serie B, y todo lo que tu quisieras, pero todo ello no impedía que fuera una serie tremendamente divertida que muy seguramente serviría para que muchos de nosotros tuviéramos un primer contacto con el género de terror, e incluso animarnos para seguir disfrutándolo de adultos.

  Otro punto a favor que le veo es que, dentro de los medios que había en aquella época para lo que son efectos especiales, maquillaje, etcétera, eran un tanto reguleros, no resultan para nada cómicos ni tampoco excesivamente mediocres dentro de la intención de la serie, sino que resultaban ser muy efectivos. No cabe duda que personajes como Slappy (vaya mal rollo que daba el dichoso muñeco), el Bibliotecario señor Mortman, la máscara maldita, o el Espantapájaros, cumplían a la perfección con su propósito en el show, lo que contribuía a su considerable éxito.

  Para muestra un botón. Aparte de las increíbles ventas de los libros, la longevidad de la serie, y los productos de merchandising anteriormente nombrados, Pesadillas tuvo una película cuyo proyecto se intentó llevar adelante mucho antes con Tim Burton como director, pero que finalmente fue estrenada en 2015 y dirigida por Rob Letterman (El espantatiburones, Capitán Calzoncillos, Detective Pikachu, y Monstruos Vs Alienígenas, entre otras). Además, esta producción contaba con Jack Black en uno de los papeles principales, y contaba con un pequeño cameo del verdadero R.L.Stine (el profesor en el pasillo). Lo cierto es que no es la gran cosa, pero oye, tiene buenos momentos, es entretenida, y para una lluviosa tarde de domingo o uno de estos momentos en que uno no quiere complicarse la vida, pues se trata de una buena elección.

  En conclusión. La serie, dentro de sus limitaciones y que verla años después pierde gran parte de su gracia, lo cierto es que hacía justicia a la genial colección de libros y nos ofrecía unas historias de lo más entretenidas, divertidas, e imprevisibles con una sencillez y una proximidad que le daban un punto muy logrado, consiguiendo que realmente lo pasáramos de miedo en nuestros años mozos. ¿La recuerdas?

  Por si todo lo dicho fuera poco, y si no lo digo reviento, me he quedado de piedra al descubrir que el actor Adam West (conocido por la famosa serie de Batman de los setenta) aparece en el episodio El ataque del mutante.

  Y hasta aquí llega este post.

  Como recomendación de la semana, quiero hablaros del compañero bloguero Razielツ, el cual no solo es maja gente, sino que además me propuso la idea del post que acabas de leer. Si me estás leyendo, ¡¡Muchísimas gracias compa :D, espero que te gustara y a ti va dedicado, que eres un fenómeno!! Dicho sea de paso, lleva un blog que es calité y del que ya os he hablado alguna que otra vez, se trata de mundoanimecritico.blogspot.com/, en el cual se publican con frecuencia todo tipo de artículos dedicados al cine, series, anime y manga (de los cuales demuestra claramente ser todo un experto), música, y términos específicos de todas estas áreas del entretenimiento o de los elementos que componen una historia o guion. La verdad es que cada vez que entro en este blog termino aprendiendo algo nuevo, porque la verdad es que está muy bien documentado, y siempre ofrece nuevos posts muy interesantes. Una maravilla de blog que hay que visitar, porque es una pasada.

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  Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.