Animación Retro: Dartacan y los tres mosqueperros.

«Eran uno dos y tres los famosos mosqueperros.

El pequeño Dartacán siempre va con ellos. Amis, Ponthos, Dogos son, los tres mosqueperros. Sus hazañas, más de mil, nunca tienen fin.

  En la lucha no hay rival que les gane en el combate, uno para todos y todos para uno.

  El amor de Dartacán es para Julieta, él le ofrece su valor y su corazón«.

  Si has leído los párrafos anteriores cantando, no hay duda alguna de que tú también creciste con esta famosa serie animada. Ni más ni menos que la archiconocida ワンワン三銃士WanWan Sanjushi, popular serie ochentera de origen japonés, que nosotros conocimos como Dartacán y los tres mosqueperros, cuya intro era tal y como sigue.

  «Sobre gustos no hay nada escrito», dice el viejo refrán. De modo que cuando vimos esta serie en nuestra infancia, a algunos les gustaría más y a otros menos, pero no cabe duda de que se convirtió en un ícono, algo puramente característico de la década de los ochenta, y que formó parte importante de la infancia para muchos de nosotros. Buena muestra de ellos son el gran éxito y popularidad que llegó a tener en nuestro país.

  Esta serie fue dirigida por Shigeo Koshi (el cual ha participado en proyectos como las series para televisión de Ana de las tejas verdes, La familia Robinson, Alicia en el país de las maravillas, Bésame Licia o Bots Master entre otros) y por Taku Sugiyama (a quien le debemos, entre otras cosas su participación en títulos como Los tres espaciales, Hi No Tori 2772, Las aventuras de Tao Tao, Alicia en el país de las maravillas y Hearth-coloured killer ticket por mencionar algunos). Estos dos buenos señores trabajaron codo con codo para llevar a cabo la serie protagonista de este post en los estudios Nippon Animation.

  Como resultado, WanWan Sanjushi se estrenó por primera vez en su país de origen en octubre de 1981, llegando a emitir hasta 24 episodios de unos 25 minutos de duración aproximadamente, llegando al final en marzo de 1982.

  Sin embargo, dónde resultó ser un verdadero pelotazo fue en nuestro país. La serie llegó a España en octubre de 1982 (un año después que en Japón) bajo la distribución de BRB Internacional, y se empezó a emitir los sábados por la tarde en TVE1. Al principio era una absoluta desconocida, pero no tardó en convertirse en un éxito arrollador y llegar a ser todo un fenómeno de merchandising increíble, pues no faltaron las promociones, la aparición de muñecos y juguetes, colecciones de cromos (como sucedió con La vuelta al mundo en 80 días de Willy Fog y David el Gnomo), camisetas, chicles, y demás. De hecho, actualmente se puede adquirir la serie completa en DVD, e incluso ha llegado a estar disponible en algunos canales de streaming. 

  Tal es así, que la serie fue repuesta varias veces en los años siguientes, tanto en la cadena TVE1 como en TVE2. E incluso se creó una continuación de la serie, la cual fue producida por BRB Internacional, Thames Productions, y Wang Films Productions, la cual se estrenó en 1990 y que se llamaría El retorno de Dartacan. Dicha continuación se estrenó en nuestro país en setiembre de 1991, y como ocurrió con su antecesora, también se empezó a emitir los sábados por la tarde… pero esta, ya es otra historia.

  Y esta vez, oh buenas gentes lectoras, me temo que me he liado incluso más que de costumbre.

  Sin más dilación, permite que te cuente la trama de esta singular serie de animación.

  Para ello, debemos trasladarnos a la Francia del año 1625, pero no de nuestro universo, sino de una realidad alternativa en dónde el planeta Tierra está habitado por animales de aspecto antropomórfico, mayormente perros.

  En este singular universo alterno, nos encontramos con el principal protagonista de esta historia, un joven llamado Dartacán (me parece que de raza beagle aunque no estoy muy seguro), el cual resulta ser un hábil espadachín procedente de una familia noble venida a menos, natural de la región gala de Gascuña. En el primer episodio, vemos como nuestro valiente (aunque un rato ingenuo) Dartacán, abandona el hogar familiar a lomos de su extraño caballo Rofty para dirigirse alegremente a Paris, dónde espera hacer realidad su gran sueño: convertirse en un auténtico mosqueperro de la guardia real de su majestad el rey Luis XIII, conocido como El Justo.

  Para conseguir tal objetivo en la vida, Dartacán lleva consigo una de sus posesiones más apreciadas: una carta de recomendación redactada por su padre y que nuestro protagonista tiene intención de entregar al señor de Treville, un viejo gascón que resulta ser el actual capitán de la compañía de mosqueperros y un viejo amigo del padre de Dartacán (al parecer hicieron la “mili” juntos durante la guerra del rey Enrique IV y ambos se hicieron grandes amigos). Con la entrega de dicha misiva, el joven protagonista de esta serie confía que el señor de Treville acceda aceptarle como nuevo cadete.

  Sin embargo, sin saberlo nuestro protagonista, pero sabiéndolo nosotros, corren malos tiempos para la noble orden militar de los mosqueperros, la cual ha sido casi disuelta y prácticamente sustituida por la guardia personal del pérfido cardenal Richelieu.

  De este modo, y sin proponérselo, Dartacán se verá envuelto en una misión para evitar un malvado complot que podría poner de rodillas a la familia real y a toda la nación. Para lo cual se enfrentará a despiadados enemigos como el engreído conde de Rochefort, la misteriosa espía conocida como Milady de Winter, o el maquiavélico Cardenal Richelieu.

Lady de Winter, el cardenal Richelieu, y el conde de Rochefort.

  No obstante, nuestro héroe no se encontrará solo en tan arriesgada misión, pues contará con el apoyo de su amada Julieta de Bonacieux (por la que nuestro héroe bebe todos los vientos) y su criado Pom el Ratón. Eso, además de tres imprevistos camaradas con los que alcanzará a desarrollar una gran amistad: el inteligente y cauteloso Pontos (un pastor alemán), el fortachón Dogos (un San Bernardo al que le encanta comer), y por último nos encontramos con Amis, un lebrel afgano poeta tan ágil con la pluma y el pergamino como lo es con la espada.

  Juntos vivirán grandes aventuras además de desafiar mil peligros, traiciones, duelos, y astutos enemigos si desean restablecer la orden de los mosqueperros, salvar a su rey, y hasta su país.

De izquierda a derecha: Pom, Dartacán, Amis, Dogos, y Pontos.

  Y hasta aquí la trama de esta serie.

  Si quieres saber cómo sigue esta historia, mucho me temo que no tendrás otro remedio que ver la serie, porque yo no os lo voy a contar.

  Animalitos aparte… ¿dirías que esta historia te suena de otra parte? Si es así, estás en lo cierto, pues esta serie no deja de ser una versión infantil (a la que han quitado todas las escenas de contenido adulto) de la clásica novela Los tres mosqueteros. Libro cuyo autor resulta ser el genial escritor Alejandro Dumas (padre), al cual le debemos libros como El castillo de Eppstein, El conde de Montecristo (quedan recomendados el libro y la película del 2002), La boca del infierno, El tulipán negro, Historia de un muerto contada por él mismo, y El vizconde de Bragelonne (en la cual se basa la serie que sirvió de continuación a la protagonista de este post), entre otros muchos trabajos. Vamos, que con sus novelas, historias de terror, cuentos infantiles, reportes de guerra, libros de viajes, y demás, a este sujeto se le atribuyen más de 100.000 páginas escritas (que será un gran escritor y todo lo que quieras, eso no se lo quita nadie… pero menudo pájaro estaba hecho el Dumas… así tenemos los escritores la fama que tenemos).  

Ilustración de 1894, perteneciente a una edición londinense que se publicó cincuenta años después de que saliera a la venta la novela original.
Alejandro Dumas (Padre). ¿Qué queréis que os diga? a mi me da la sensación de que se contiene la risa.

  Pero volviendo a la serie de animación que nos ocupa, si hay algo por lo que sobresale esta Dartacán y los tres mosqueperros es por el modo en que transmitía grandes valores morales a su joven audiencia. Pues virtudes como la honestidad, el valor, la lealtad, la amistad, y el no rendirse nunca ante las dificultades por mal que vengan las cosas, están más que presentes a lo largo de toda la serie. Lo cual no se mostraba de forma pesada o moralista, sino todo lo contrario, pues todas estas enseñanzas se entremezclan con un gran sentido del humor que se muestra abiertamente gracias al carácter de los protagonistas y las bromas que se dedican unos con otros (aparte que tanto villanos como protagonistas muestran un carácter muy bien definido), además de ofrecer grandes dosis de aventura, emoción, peligro, maléficos complots y no pocos combates con espada.

  A todo ello, hay que añadir que la serie tiene especial mérito, pues aunque esté destinada a un público infantil y obviamente se han quitado todos los elementos adultos o perturbadores que contiene la obra literaria en que se basa, hay que decir que sigue siendo muy fiel a la misma. Al mismo tiempo que se le ha otorgado un aspecto de lo más simpático, unos personajes muy expresivos y fácilmente identificables, así como un apartado de acción de lo más dinámico que la convertían en un programa realmente divertido.

  Vamos, que su popularidad en el momento que se emitió hace casi treinta años (al momento de escribir estas líneas) está más que justificada.

  Por otro lado, también hay que añadir a todo esto el genial trabajo que se llevó a cabo con el doblaje de voz. Gracias a grandes profesionales del sector como fueron Gloria Cámara, Claudio Rodriguez, y Eduardo Jover entre muchos otros, se consiguió un trabajo formidable para este show. Y si ya que estamos con el tema sonoro, es necesario comentar el gran éxito que llegó a obtener el tema principal de la serie que hemos visto antes, el cual fue interpretado por el dúo infantil Popitos (creado por los dos niños Francisco y Esther, que en realidad eran compañeros de colegio).

  Solo por curiosidad, comparémoslo con la intro de la serie en su idioma original.

  En conclusión. Tanto si creciste con esta serie como si no, es innegable que fue una de las grandes de su momento por méritos propios, por lo que no es de extrañar que tantos de nosotros lo pasáramos en grande con las aventuras de estos graciosos perretes armados con espadas. Y si bien el aspecto técnico hoy en día pueda parecer un tanto regular (tirando a bastante), lo cierto es que su estilo de dibujo, colorido, y sus divertidos efectos sonoros, contribuían en gran medida a crear un universo ágil y emocionante con el que dar a conocer a los más pequeños de la casa esta obra clásica de la literatura universal. Material de primera para potenciar nuestra imaginación y hacernos desear vivir grandes aventuras en nuestras infancias, así como un muy feliz recuerdo para todos aquellos que hoy peinamos alguna que otra cana y vivimos las peripecias del ingenuo, aunque valiente y decidido, Dartacán, siempre acompañado de sus fieles amigos mosqueperros. Vamos, que solo falta tener a mano una rebanada de pan con Nocilla para redondearlo.

Dartacán y su amada Julieta.

  ¿Tu llegaste a verla? ¿Qué te pareció?

  Y hasta aquí llega este post.

  Como recomendación de la semana, quiero presentaros un canal de YouTube muy especial que he descubierto gracias al buen hacer y gran trabajo de un buen amigo de este blog: Lupusy (síguele en Twitter, créeme que su trabajo es muy interesante). Me estoy refiriendo a Epic Wellnes Music, una maravillosa selección de temas musicales sin copyright que incluye temas motivacionales y música de entrenamiento, así como una extensa variedad de temas pensados para que puedas incluirlos en tus trabajos de Twitch, Youtube, Videos de viajes, además de estudiar, escribir, concentrarte, o simplemente dejarte llevar por ellos. Una verdadera gozada que no te puedes perder, pues se nota que todas y cada una de estas composiciones musicales está hecha con mucho mimo y dedicación. En serio, hazte el favor de seguirlos en este link:

www.youtube.com/channel/UChNBL316NPtT_fb9ItYNxBw

  ¿Y tu?

  ¿Aún no te he mencionado nunca en la “recomendación de la semana”?

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  Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

Uno para todos, todos para uno, y hasta la semana que viene buenas gentes.

Comments

  1. Hola señor. Lo cierto es que estos dibujos también fue bastante importantes en los 90. Los mosqueperros tal vez fueron de los dibujos más importantes de los 80s y 90s. P.D Querría que vieras dos animes de fantasía oscura medieval con toques infantiles llamado Slayers (Reena y Gaudy en España que empezó a emitir en el 95 si mal no recuerdo) e Inuyasha (del 2000 el anime, pero el manga del 96). Creo que te gustarán y si tienes Netflix no te costará verlo

    1. Hola compa :D. Encantado de verte.
      Sin duda esta serie pegó muy fuerte, y desde luego que fue todo un acierto que se reemitiera tantas veces para que así pudiera ser disfrutada por las siguientes generaciones. Se mire como se mire, fue un pelotazo que pegó muy fuerte en su momento.
      Conozco Slayers e Inuyasha… aunque solo de oídas. Mucho me temo que es una de mis tantas asignaturas manga-anime pendientes… ¡y es que a veces creo que una sola vida no basta para disfrutar de tantas cosas buenas que ofrece el frikismo ^_^.
      Un abrazo bien grande 😀

  2. Hola crack. Grandes recuerdos los que me traes una vez más con tu blog, no me perdía ni un capítulo. Junto a Dragones y Mazmorras y Willy Fog, la serie que primero me viene a la cabeza cuando se habla de series de dibujos de los 80, todo un icono de nuestra generación, tal y como indicas. Como siempre, se aprenden cosas nuevas leyéndote, no sabía que se trataba de una serie japonesa, pensaba que era francesa, no sé por qué. Pero al decirlo, te das cuenta de que así es. Tampoco conocía su secuela, la tendré que buscar a ver que tal.

    Un abrazo, crack.

    1. Hola compa :D, me alegro de verte ¿Cómo te va todo? espero pasando unas muy felices fiestas.
      Pues ya somos dos los que no nos perdíamos ni un capítulo ^_^. Me encantaba esta serie, y sin duda fue un referente para nuestra generación. Como bien dices, en toda conversación que se precie sobre series de animación de nuestra infancia (y de los ochenta en general), esta «Dartacán y los tres mosqueperros» sale a relucir como una de las primeras.
      Curioso que digas esto de que creías que era francesa. Un error muy comprensible, e incluso yo iba un poco más allá… pues de pequeño pensaba que muchas de las series de animación que veía por la tele, eran producciones patrias, de modo que al crecer y ver que no era así, flipé más de una vez (y documentándome para ciertas entradas del blog ya ni te cuento XDXD).
      Por cierto, has nombrado una de las grandes GRANDES de verdad: Dragones y mazmorras. Admito que era una de mis favoritas, y no descarto en absoluto que una semana de estas termine cayendo en forma de post para el blog *^_^*.
      Un abrazo bien grande compa 😀

  3. Guardo muy buenos recuerdos de ella, pero no sé hasta qué punto me gustaría ahora si volviera a verla. Lo que no sabías es que fuera japonesa :O

    1. ¡¡Hola Paseando entre páginas!! 😀 Me alegra mucho verte de nuevo por aquí *^_^*
      Vaya, creo que has hecho un comentario muy interesante. En el blog trato con frecuencia sobre temas que le remueven a uno la nostalgia, y para documentarme siempre reviso de nuevo (en la medida de lo posible) aquello que va a ser mostrado en el post, ¿pero lo disfrutaríamos otra vez siendo adultos? ¿si? ¿no? ¿nos influye demasiado la nostalgia? Es un tema para un debate interesante.
      A mi también me sorprendió mucho saber que era japonesa. Si te soy sincero, de niño siempre pensé que muchas de las series que veíamos (como Willy Fog o David el Gnomo) eran producciones españolas jajaja.
      Gracias por tu agudo comentario y por tu visita.
      Feliz año nuevo 😀

Tus comentarios son más que bienvenidos.