Cómic y animación retro: Los Pitufos.

  «Cuando era niño, me encantaba dibujar. De hecho, todos los niños dibujan. Sin embargo, algunos deciden convertirse en personas adultas y serias, mientras que otros se niegan a cambiar y crean personajes de dibujos animados» .

-Dicho atribuido al creador de Los Pitufos,Pierre Culliford <<Peyo>> –

A principios de los ochenta no se puede decir que hubiera mucha variedad televisiva para elegir en España. A duras penas estaban las cadenas TVE1 (que empezó sus andanzas en octubre de 1956… ¡no ha llovido ni nada), La 2, y para de contar.

  Sin embargo, la cosa cambió en diciembre de 1982 con la aparición de ETB (Euskal Telebista), que no solo fue la primera cadena autonómica del país,  sino que además fue la primera en ofrecer programación en otro idioma, abriendo así el camino para que surgieran otras cadenas cuya programación se llevara a cabo, total o parcialmente, en una lengua autonómica de las muchas que se encuentran a lo largo y ancho del país. Aunque en Baleares tendríamos que esperar un poquillo todavía.

  Por otra parte es lógico que la emisión de esta cadena no llegara hasta mis queridísimas Islas ni a mi Ciutadella de Menorca natal (que queda bastante lejos del País Vasco). De hecho, la cadena autonómica de las Islas Baleares, la conocida como IB3, no empezó su emisión hasta finales de marzo del 2004 (momento en que también empezó la andadura de  IB3 Ràdio), entrando a ser miembro de pleno derecho en la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA), ofreciendo a los habitantes del archipiélago balear una programación informativa, cultural, e infantil con el hablar tan característico y especial que se da en mis preciosas islas (Visca ses Illes Balears, tu).

Logo de IB3.

  Pero claro, como ya se ha mencionado, la IB3 no vio la luz hasta principios de los 2000, por lo que todos aquellos  niños isleños cuya infancia tuvo lugar a principios de los ochenta no teníamos más programación infantil que la ofrecida por las dos cadenas nacionales existentes en aquel momento: las ya citadas TVE1 Y La 2. Pero bueno, ni tan mal oye, porque gracias a sus emisiones pudimos disfrutar de series como Dartacán y los tres mosqueperros (1982), El Inspector Gadget, Sherlock Holmes y Los Diminutos (siendo todas ellas emitidas en España a partir del 1983), así como Heidi (que llegó por estos lares en 1974),  Marco en 1977, y la célebre Mazinguer Z en marzo de 1978 (¡puños fuera!).

  Vamos, que dibujos animados no nos faltaban… ¡y los que me he dejado en el tintero, oye! La verdad que no nos podíamos quejar.

  Sin embargo, en enero de 1984 se produjo un fenómeno que daría mucho que hablar durante la hora del recreo  a todos aquellos niños de Baleares que estaban cursando la EGB o estaban a punto de hacerlo: el inicio del canal autonómico TV3 en Cataluña, cuya emisión también llegaba hasta las islas. Y no es de extrañar que causara tanta expectación, porque a partir de entonces se nos abrió un nuevo mundo de posibilidades en lo que se refiere a programación infantil que disfrutar tras finalizar las clases a las cinco de la tarde. Así conocimos series animadas como Pac-Man (inspirada en la popular máquina recreativa… y tenía su gracia, oye), l’Osset Faluc (o El osito Faluc, que fue el nombre con el que se llamó por aquí a la serie de origen polaco Mis Uszatek), Els Bobobobs, y Capità Harlock, que se convertiría en el primer anime traducido al catalán (y que con el tiempo se le unirían otros como Kinnikuman, Dr.Slump, Dragon Ball, y otras muchas). Y aunque todavía tendrían que pasar varios años para que en las islas pudiéramos disfrutar de series animadas con doblaje balear gracias a la aparición de la cadena IB3, no cabe duda que los niños de mi quinta lo pasamos en grande con esta mayor variedad de animación. Y ya ni te cuento cuando en octubre de 1989 inició su andadura la cadena autonómica valenciana Canal 9, cuya programación también llegaba a las islas y que también tenía sus series infantiles.

  Pero esta es una historia para otro post y me estoy liando.

  De todas las series de dibujos animados que llegaron a las islas Baleares por medio de TV3, hay una que siempre recuerdo con cariño y que simplemente me chiflaba. Vamos, es que me lo pasaba en grande con el humor y aventuras tan simpáticas que ofrecía el show animado que primero conocí como Els Barrufets y posteriormente con el nombre de Los Pitufos. 

De izquierda a derecha: Filosofo, Goloso, Poeta, Pitufina, Papa Pitufo, Bebe Pitufo, Bromista, Gruñón, y Músico.
Un día normal en la Aldea del Bosque.

  Y precisamente es a estos entrañables seres que va dedicado el presente post. De modo que sin más preámbulo te animo a que te pongas bien cómodo, respires bien hondo, te relajes, y te sirvas una agradable bebida que te acompañe durante la lectura (y si tienes unas pitufibayas que picotear mientras escuchas la intro de la serie en España pues mejor que mejor), porque este post empieza ya mismo.

  Espero que te guste *^_^*.

En un bello país, que muy lejos está, existe una ciudad…

  Bueno, para no perder costumbre, voy a empezar narrándote la trama de la serie. Para lo cual te invito a que cruces conmigo el portal dimensional que nos llevara directamente a un universo paralelo de fantasía medieval en dónde las criaturas encantadas, los misteriosos bosques frondosos, los grandes castillos, y la magia, son el pan de cada día.

  Sin embargo, existe un rincón del bosque que se encuentra perdido entre su espesura y al cual es imposible llegar salvo que se conozca el camino. Un claro hechizado que tiende a pasar desapercibido al ojo humano y en dónde se encuentran unas gigantescas setas que fácilmente te llegarían hasta las rodillas, y en cuyo interior viven unos entrañables seres de color azul y vestimentas blancas llamadas Pitufos, cuya altura puede ser tema de discusión pues algunos dicen que son tan altos como tres manzanas puestas una encima de otra, mientras que otros aseguran que cabrían perfectamente en la palma de tu mano. Pero dejando su altura aparte, estas criaturas benignas (que posiblemente se encuentren relacionadas con algún tipo de duendes o gnomos) son sumamente inteligentes y de buen corazón, además de que solo pueden reproducirse mediante un ritual mágico que solo es posible de realizar cuando se produce el fenómeno de la Luna Azul. Pero lo más curioso, aparte de su peculiar forma de hablar, es que cada uno de ellos recibe su nombre en base a algún rasgo de su personalidad o el oficio que desarrolla en la aldea dónde viven. De este modo, existen alrededor de un centenar de estas criaturas de cualidades mágicas, de las que se dice que solo pueden haber una cierta cantidad de las mismas a la vez y que no puede nacer una nueva hasta que este número disminuya. Entre estas criaturas podemos encontrar algunas como el pitufo Bromista, Fortachón, Goloso, Inventor, Torpe (también conocido como Tontín), Filosofo o Gafitas, Vanidoso, Músico, Pintor, Labriego, Gruñón… ¡la tira de pitufos!.  Por supuesto también está Pitufina, la única hembra de la especie, la cual fue creada por un malévolo mago con la intención de corromper a los pitufos hasta que el líder de estos, el anciano sabio conocido como Papa Pitufo, usó una pócima mágica para lograr que Pitufina se volviera bondadosa.

Pedazo champiñones se gastan los pitufos como casa. Quien pillara uno para hacer una buena tortilla.

  Entre algunas de sus muchas cualidades está el comprender el lenguaje de los humanos e incluso pueden mostrarse ante algunos de nosotros y comunicarse si consideran que traemos buenas intenciones. Además, también están capacitados para hablar con los animales, crear pociones mágicas, conjuros, y entablar conversación con seres mágicos inteligentes como Padre Tiempo.

  Sin embargo, los pitufos prefieren evitar a los humanos en general debido a la mala imagen que estos les inspiran y tienden a desconfiar de nuestra especie. Pero de entre todos los humanos, hay uno al que los pitufos temen más que ninguno: el ambicioso hechicero Gargamel, el cual no es que sea muy ducho en artes mágicas ni muy listo que digamos, pero es lo suficientemente decidido y cruel como para suponer una amenaza seria junto a su temible gato Azrael. De hecho, es tal la obsesión que tiene este torpe pero despiadado brujo con los pitufos, que constantemente elabora todo tipo de planes bastante descabellados con la intención de encontrar la aldea escondida en el bosque dónde viven estas criaturas y capturar tantas como le sea posible. ¿Con qué propósito?, seguramente estés pensando con esta sagacidad que te caracteriza. Pues al parecer, Gargamel ha descubierto que estos seres son el ingrediente clave para poder fabricar la misteriosa Piedra Filosofal que convierte los metales en oro, aunque también es cierto que algunos hechizos permiten convertir a los pitufos en este valioso metal. Sin embargo, aunque en un principio la idea de este siniestro brujo era hacerse rico mediante la captura de estos seres, no pocas veces ha proclamado sentir tal odio hacía estos seres que solo desea capturarlos para meterlos en la olla y comérselos guisados (que ya son gustos raros habiendo gambas que están tan ricas oye).

Casa de Gargamel.
Gargamel maldiciendo a los pitufos, como todos los días.
El gato Azrael.

  Mientras tratan de llevar una vida pacífica, los pitufos no solo tendrán que enfrentarse a Gargamel y su gato Azrael, sino que a lo largo de sus aventuras también deberán vérselas cara a cara con a otros individuos poco recomendables como el temible Lord Balthazar (el rico y poderoso tío de Gargamel), o la desagradable bruja Hogatha, además de vivir grandes peripecias y enfrentarse a todo tipo de acontecimientos imprevistos junto a otros personajes.

Lord Balthazar.

  Y hasta aquí puedo escribir. ¿Que dificultades y acontecimientos sorprendentes deberán enfrentar estos encantadores seres? ¿Lograrán deshacerse alguna vez del brujo Gargamel y su gato Azrael?, ¿Como afecta el carácter de cada pitufo a la vida de los demás? Si quieres saber la respuesta a estas preguntas, me temo que solo te queda la opción de leer sus historietas o ver algún que otro capítulo de su serie animada, porque yo no te lo pienso contar.

El primer Papa Pitufo

  Todo esto está muy bien y seguro que a más de uno traerá muchos recuerdos.

  Pero llegó el momento de preguntarse, ¿cómo se originaron estos simpáticos duendecillos azules?

  Para poder responder a esta pregunta debemos dar un salto atrás en el tiempo hasta llegar a finales de junio del año 1928. Momento en que nace el pequeño Pierre Culliford en Schaerbeek (Bruselas, Bélgica), hijo de un corredor de bolsa británico llamado Richard Culliford y la belga Marguerite Marie Kulinckx.

  Desde muy temprano, Pierre mostró una inclinación natural hacía el dibujo y el arte en general, aunque lo cierto es que no se le daba muy bien que digamos. Aunque por otra parte si destacaba en historia y sentía una gran predilección por el periodo medieval, lo cual le influiría de forma sorprendente con el paso del tiempo. Tanto, que decidió seguir perfeccionando sus habilidades artísticas con la intención de dibujar aventuras basadas en su época histórica favorita… aunque sin demasiado éxito, no creas. Para empezar, no es que el joven Pierre Culliford tuviera mucho tiempo que dedicar al dibujo, pues tras la pronta muerte de su padre, el joven Pierre no tuvo más remedio que arremangarse y dar el callo por dinero para que su familia pudiera salir adelante. De este modo entró a trabajar como asistente de proyección en un cine local, pero no se rindió ni renunció a su deseo de dedicarse a dibujar profesionalmente, por lo que tan pronto le fue posible entró a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de Bruselas.

Peyo dibuja que te dibuja.

  Estuvo solo tres meses (ya te vale Pierre), pues al no congeniar con los métodos de enseñanza del centro decidió ir por la brava y empezar a trabajar como ilustrador para un estudio de animación. Así, a pelo, con la técnica por depurar y sin haber encontrado todavía su estilo… con un par. Aunque la verdad sea dicha, entró en este trabajo por pura casualidad después de llegar tarde a una entrevista de trabajo para otro puesto que nada tenía que ver con la cosa esa de dibujar. De este modo, llámalo destino, llámalo suerte, fue como Pierre Culliford empezó a diseñar carteles para la Compagnie Belge d’Actualités (CBA), en donde conoció nada más y nada menos que a Morris (famoso por ser el dibujante de cierto personaje de cómic que quizás te suene de algo, un tal Lucky Lucke) y André Franquin (creador de personajes para el noveno arte como Marsupilami o Spirou y Fantasio entre otros). Con la compañía de estos dos gigantes del cómic belga, Pierre Culliford empezó a perfeccionar su estilo y adoptó el sobrenombre que le haría mundialmente famoso: Peyo, el cual adquirió tras cierta anécdota familiar cuando uno de sus primos británicos de corta edad trataba de usar el diminutivo Pierrot para referirse a él. Entre que el primito en cuestión no tenía mucho conocimiento del idioma galo, y que al tener tan corta edad le costaba mucho prounciar la letra -r-, terminaba llamándolo cariñosamente <<Peyo-ot>>, y de ahí a <<Peyo>> pues era un solo paso.

  Pero me estoy liando.

  La cosa es que Pierre Culliford <<Peyo>> seguía erre que erre con su pasión por llegar a ser un dibujante profesional y crear historias basadas en la edad media. De este modo, en 1946 publicó su primera página en el suplemento juvenil de el diario L’Occident, con lo cual no tuvo mucha repercusión pero si que sirvió para que empezara a dar mayor solidez a su estilo de dibujo. Peyo había sembrado una semilla. De este modo, y tras dejar definitivamente la CBA (donde además de ilustrador también ejerció de acuarelista), Peyo entró a trabajar en el periódico Dernière Heure dónde público por primera vez una aventura de su personaje Johan, un paje que constantemente se veía envuelto en todo tipo de entuertos de caballería y que trabajaba al servicio de un rey como escudero. Poco a poco, el personaje se iba haciendo un hueco en el corazón de los lectores y sus aventuras empezaron a ser publicadas también en el periódico Le Soir, convirtiéndose así en una de sus más grandes creaciones.

  Tras unas pocas publicaciones, Peyo decidió que ya era hora de darle un compañero de fatigas a su personaje de Johan, por lo que tras pensarlo bastante, decidió decantarse por un personaje que sirviera como alivio cómico a las aventuras del paje. Este no fue otro que el bufón real y trovador llamado Pirlouit. A partir de entonces, Johan dejó de ser un personaje solitario para ir siempre acompañado de su fiel amigo en las viñetas de Johan et Pirlouit (también conocidos como Jano y Pirlouit o Juan y Guillermo según desde dónde me estés leyendo). La fama de estos personajes empezaba a subir de forma considerable, por lo que posteriormente también fueron publicados en el semanario Le Journal de Spirou de la Editorial Dupuis (poca broma con esto porque la revista de Spirou llegó a competir directamente contra las entregas de las aventuras de Tintín… ¡ahí es nada!), llegando a ser una de las series principales de dicha publicación.

Papa Pitufo con Pirluit y Johan.

  Sin embargo, el destino tenía preparada una grandiosa sorpresa a Peyo, la cual vino en 1958 tras publicar una nueva aventura de Johan y Pirluit llamada <<La flauta de los seis agujeros>> también conocida como <<La flauta de los Pitufos>>, historieta en la que Peyo decidió introducir a unos nuevos personajes en los que estaba trabajando: unos pequeños duendecillos azules llamados <<Les Schtroumpfs>> en su versión original, pero que en inglés serían conocidos como <<The Smurfs>> y en español serían llamados <<Los Pitufos>>.

  Había nacido una estrella.

Primera aparición de los pitufos en 1958.

  Paso a paso, estos encantadores seres sonrientes de gorros blancos empezaron a desbancar en popularidad a sus compañeros de aventuras Johan y Pirlouit. De hecho, fue tal el éxito de estas criaturas azules parecidas vagamente a los gnomos, que al año siguiente empezaron a protagonizar su propia serie de historietas a petición de un cada vez más entusiasta público que se fue encariñando paulatinamente con estos personajes. Durante los años siguientes, los cómics protagonizados por los pitufos empezaron a a superar las cuarenta entregas gracias a historietas propias como El pitufo número 100, El Astropitufo, o el Pitufador de lluvia. Eso, junto a la peculiar invención del <<idioma>> de los pitufos (utilizando dicha palabra como comodín para cualquier cosa) con la ayuda de su viejo amigo y colega André Franquin un día mientras ambos estaban bromeando, contribuyó enormemente a aumentar la popularidad de estos personajes hasta tal punto que sus historietas llegaron a ser traducidas a más de veinte idiomas, publicándose en casi todo el mundo (en España. por ejemplo, llegaron gracias a Norma Editorial).

Los pitufos en viñetas.

  Pero ojo, porque la cosa no se paró aquí.

  En 1976 se produjo la que sería la primera película animada de estos duendecillos azules, la cual estaba basada en su primera aparición en el mundo del cómic y que fue conocida como La flauta mágica o La flauta de los pitufos. 

  Finalmente, llegó el gran momento para estos personajes cuando la productora Hanna-Barbera (¡Hanna-Barbera!) se interesó en llevar a cabo los pitufos a la pequeña pantalla a través de una serie regular. Dicho y hecho. Tras emitir por la NBC los primeros episodios de la serie animada en 1981, el show televisivo se convirtió en un pelotazo mayúsculo que gozó de un éxito demoledor hasta el punto que la serie animada de los pitufos se emitió hasta el año 1990 y alcanzo la friolera cantidad de 450 episodios, convirtiéndose en una de las series más longevas de la productora.

<<Nuestra primera peli y el estreno de la serie con nuestras aventuras… ¡esto hay que celebrarlo!>>

  Conclusionando. Durante mi documentación para escribirte este post me he encontrado infinidad de historias inverosímiles y morbosas acerca de estos entrañables personajes: que si son racistas, que si representan el comunismo, que si son una metáfora del nefasto KKK o el ideal de la raza aria, que representan los siete pecados capitales (lo mismo se dijo de la serie Bob Esponja, ya ves)… en fin, teorías rocambolescas de todo tipo. Personalmente soy el primero al que le gusta que le expliquen una buena historia y este tipo de narraciones me suelen resultar divertidas, pero dudo que se puedan considerar seriamente. Porque si una cosa está clara, es que generaciones enteras de niños (y no tan niños) han gozado de las divertidas peripecias de los pitufos durante muchos años y que el cariño que se les tiene a estos personajes ha llegado a todo el mundo. A modo de ejemplo no hay más que ver la ingente, exagerada, inmensa cantidad de merchandising y productos promocionales que existen sobre estos duendecillos azules, empezando por peluches, camisetas, figuras, juguetes, llaveros, o las tres películas life action (Los Pitufos de 2011, Los Pitufos 2 de 2013 y Los Pitufos y la aldea perdida del 2017) por nombrar solo unos pocos. Y por supuesto videojuegos a saco para casi todas las plataformas de 8 y 16 bits, consolas portátiles, móviles, para la Wii, e incluso un título llamado <<Operación Vilhoja>> para la Switch… y los que seguro me dejo en el tintero.

¡A pitufar en la PS1!

  Con todo lo dicho, creo que no es descabellado decir que gracias a la creación de Peyo, y el modo en que sus hijos han seguido con su trabajo tras fallecer en 1992, muchas infancias han sido más felices. Aunque bueno… esta es solo mi opinión y puede estar perfectamente equivocada.

  Y hasta aquí llega este post.

  Pero, ¿Qué me cuentas tu al respecto? ¿recuerdas haber visto la serie de televisión o leer los cómics de estos personajes? ¿tienes algún pitufo favorito? Ya sabes que me encanta leer vuestras impresiones acerca del viaje que acabamos de realizar a través de la caja de comentarios.

<<Oye Gargy, ¿no podrías escribir un comentario bien simpático en lugar de tocar la moral con el cazamariposas ese?>>

  Como Recomendación de la Semana, quería hablaros nuevamente acerca de una de estas iniciativas solidarias que tanto me gustan, y que vienen a señalar que el frikismo no es incompatible (ni mucho menos) con realizar buenas obras que benefician a quienes más lo necesitan. Me estoy refiriendo a VIDEOJUEGOSPORALIMENTOS.ORGuna asociación sin ánimo de lucro que cambia videojuegos y periféricos a cambio de alimentos no perecederos para repartir entre las familias en riesgo de pobreza o exclusión social. Nada de dinero. Solo kilos de alimentos y te llevas un juego para casa, además de contribuir a una noble causa. ¿Qué más se puede pedir? En su web podréis encontrar una amplia descripción de su actividad así como su presencia en próximos eventos para que puedas ir a hacerles una visita.

  De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡GRACIAS POR ESTAR AL OTRO LADO DE LA PANTALLA!

Y un AGRADECIMIENTO MUY ESPECIAL a la lectora SuperEspe por darme la idea para este post, y a todas las buenas gentes lectoras de bien que colaboran con el blog a través de la CAFETERÍA DE TALLOPIS-ESCRIBE o bien comprando mi libro de relatos cortos de ciencia-ficción <<Los Otros Tú>>. ¡¡Mil gracias por vuestro apoyo y ayuda en lograr que esta bitácora salga adelante!! Todo lo aportado servirá para sufragar los costes del blog, invertir en mejoras, novedades, y nuevos proyectos en los que estoy trabajando.

Se llamaran <<Pica Azulitos>> o como uno quiera, pero esto es un pitufo. Anda que no.

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  Y ya me despido de ti hasta el próximo 11 de setiembre.

  Hasta entonces, te deseo feliz semana. Cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.

Como veo que ahora Papa Pitufo está ocupado con una de sus pociones, creo que mejor no le molesto y me marcho ya mismo a preparar el post de la próxima quincena. Hasta entonces, espero que todo te vaya de maravilla 😀

Comments

  1. A ver, parece que ya por fin vuelvo a poder comentar…

    Pedazo de post te has sacado de la manga. No tenía ni idea de que los Pitufos nacieron como personajes episódicos de otro cómic, el cual tengo que confesar que no lo conozco.

    Qué montón de talentos hay en el cómic belga, rediós. Mi favorito siempre fue Astérix.

    Yo disfruté los Pitufos con la serie de dibujos y con el videojuego de la NES, que me lo trajeron los Reyes por petición de mi hermana (yo quería el MegaMan 4…). Si bien este videojuego de los Pitufos estaba bastante apañado, creo que salí perdiendo, porque tampoco se puede comparar con las aventuras del bombardero azul.

    Una vez más has pitufado el mundillo de los blogs, ¡Enhorabuena!

    1. ¡¡Bienhallado señor Empepinao86 :D!!
      Como siempre, un placer recibir tu visita a esta humilde bitácora *^_^*.
      La verdad que para mi también ha sido toda una sorpresa descubrir que los pitufos fueron una especie de spin-off de un cómic ya existente, la verdad. Recuerdo vagamente que de pequeño vi la serie animada de Johan y Purluit (que yo conocí como «Jan i Trencapins»), pero pensé que esta derivaba de los pitufos, pero no, era al revés. ¡Curioso!
      No te falta razón. El comic belga y francés está plagado de verdaderos exitazos del noveno arte, tanto por los comentados, como por el genial Astérix que comentas, como Spirou, Marsupilami o Gaston Lagaffe (que en España conocimos como Tomás el Gafe y seguro que te suena si buscas alguna imagen de este personaje). Y por supuesto Tintín. ¡La tira oiga!
      Bueno, no pongo en duda ni por un momento de que el juego de los pitufos para NES debía ser de lo más divertido (si es que estos duendecillos azules me parece que están en casi todas las plataformas), pero mucho le falta para poder igualarse al gran Bomberman IV, que es todo un juegazo. Pero oye, seguro que ambos lo pasasteis en grande pitufando por la 8 bits.
      Mil gracias por tantos honores y un abrazo bien grande 😀

  2. ¡Muy buenas,compañero! En primer lugar queremos pedirte disculpas por todo este tiempo que hemos tardado en dejarte este comentario, pero la última semana ha sido todo un poco caótica en lo que a al día a día se refiere, pero no así vamos a dejar pasar la oportunidad para que, en segundo lugar, decirte de nuevo que te has vuelto a coronar con tamaño post.
    ¿Te acuerdas que en más de un comentario te hemos dicho que conseguimos bastantes VHS de algunos personajes televisivos de un videoclub de nuestra localidad que cerró? ¡Pues de los pitufos nos agenciamos unos cuantos! Hemos de decir que nos encantaban estas azuladas criaturas, llegando a tener también las típicas figuritas de plástico de la época y a más de uno por casa seguro que le taladramos las ideas por escuchar y tararear la canción principal de esta fantástica serie.
    Años más tarde pudimos disfrutar de algunos bocetos originales en el museo del Cómic de Bruselas (sitio que te recomendamos sin falta visitar cuando tengas la oportunidad) viendo de primera mano el trabajo que hizo Peyo.
    Huelga decir que nuestro Pitufo favorito era Goloso aunque el mal trato hacia Pastelero por sisarle comida lo vemos mal desde el punto de vista profesional, pero el personaje se deja de querer al sentirnos muy identificados xD.
    Lo dicho, muchas gracias por deleitarnos con este fantástico post (otra vez) y en el próximo vamos a estar desde primera hora dejando un enorme comentario para alabar tu trabajazo.
    Un abrazote y nos seguimos leyendo.

    1. ¡¡Bienhallado Presstartcook :D!!
      Disculpa ninguna por favor, que cuando se trae tanta alegría y buen hacer como el que plasmas en todo cuanto haces, nunca se llega tarde y siempre se es bien recibido. Lamento mucho que tuvieras una semana tan caótica. Espero de verdad que todo esté mejor y que tanto tu como los tuyos os encontréis bien. Si puedo hacer algo o quieres hablar, puedes contar conmigo.
      Siiiiii :D. Me encanta cuando me explicas anécdotas como esta y si recuerdo que en alguna ocasión me has comentado acerca de las cintas que lograsteis tras el cierre de este videoclub que tenías cerca. Y que bueno que algunos de estos VHS fueran dedicados a estas simpáticas criaturas. De verdad que espero las disfrutaras a lo grande. Personalmente disfrutaba un montón con las aventuras de estos duendecillos azules tan variopintos y recuerdo perfectamente las figuras de plástico que mencionas. Incluso me parece que también se comercializaron unas gomas de borrar, y hasta un juego de parchís en que las fichas eran pequeñas estatuillas de pitufos. Y por lo que veo, no era el único que se dedicaba a cantar la sintonía de la serie a todas horas XDXD.
      Que maravilla que pudieras visitar el Museo del Cómic de Bruselas, ¡seguro que es una verdadera pasada! Aparte que me parece toda una experiencia que tuvieras la oportunidad de ver algunos bocetos originales del mismísimo Peyo. Espero que lo pasaras en grande y ojalá que algún día se den las circunstancias para que pueda visitarlo personalmente *^_^*. Curiosamente uno de mis favoritos también es Goloso, junto a Inventor… bromas aparte, pero las tartas que hacía tenían una pinta estupenda por muy dibujo que fueran XD.
      Gracias de todo corazón por el apoyo que siempre me das y por estos mensajes tan llenos de esta energía positiva que desprendes siempre. ¡Eres un crack!
      Un abrazo y nos seguimos leyendo.

Tus comentarios son más que bienvenidos.